"Vamos a ser leales con el presidente del Gobierno, el partido y la familia socialista, pero lealtad desde la libertad, con nuestro acento". Susana Díaz ha hecho esta declaración de intenciones –desde el escenario de una victoria este domingo– al cerrar su campaña de primarias del PSOE de Andalucía por la candidatura a la Junta de Andalucía. El lugar elegido en Sevilla ha sido Triana, ante medio millar de militantes, a orillas del Guadalquivir y también muy cerca de su barrio, El Tardón.
Sin entrar al fondo de la polémica suscitada por la decisión del presidente del Gobierno, al anunciar indultos para los presos del procés, la baronesa socialista ha denunciado ante sus partidarios que "la foto de Colón de mañana es la que se hacen aquí todos los días", ha dicho sobre el bipartito de Partido Popular y Ciudadanos que tiene como socio parlamentario a Vox. Para Díaz, "es la foto de la derecha andaluza abrazada a los nostálgicos del franquismo", en alusión al partido de Santiago Abascal.
Bajo los acordes del 'Resistiré' del Dúo Dinámico, sintonía que ha acompañado a la expresidenta durante los "más de 25.000 kilómetros" y "300 encuentros" en casas del pueblo, que presume de haber hecho en este periplo de meses, Díaz ha vuelto a quejarse de estas "primarias exprés" que "sólo se han celebrado en Andalucía", ha lamentado: "Decían que había que hacerlas por si adelantaba elecciones Moreno Bonilla, pero ¿en Madrid, Castilla y León y Murcia?", se ha preguntado sobre tres de las comunidades autónomas sujetas a inestabilidad, debido a la participación en sus gobiernos de Ciudadanos.
Críticas a Ferraz
"Se ha querido decidir desde fuera", ha insistido sobre la decisión del PSOE desde Ferraz para provocar este proceso. Susana Díaz viene manteniendo que debió "debatirse primero el modelo y luego las ideas". Se queja de "no haber podido" llevar a cabo un proceso de participación de la sociedad andaluza y colectivos sociales que quería aglutinar, en torno a lo que ella representa.
De nuevo ha hecho autocrítica, al reconocer errores como "no ver venir las mareas" en alusión a las protestas de los sanitarios y los educadores, entre otros colectivos. Ha vuelto a hablar de "la mochila que me pusieron al llegar", para referirse a lo que se encontró como presidenta al suceder a José Antonio Griñán. El expresidente tuvo que marcharse, cercado por el 'caso ERE' y hoy está pendiente de un posible ingreso en prisión, a falta de la última palabra del Supremo. Sobre la corrupción del PSOE en Andalucía ni una palabra de Díaz.
"Hoy mi mochila no trae nada, sólo los valores del PSOE, la manera de vivir y estar en el mundo. Me siento rebelde, quiero recordar que en Andalucía ganamos las elecciones no sólo en 2018, sino todas las anteriores", ha reivindicado.
Además de lo anterior, ha presumido de haber cogido un partido "que había perdido las elecciones autonómicas y generales en Andalucía". Un dardo a su padrino político, José Antonio Griñán, que perdió contra Javier Arenas en 2012, pero logró seguir al frente de la Junta, gracias a Izquierda Unida.
Susana Díaz arremete contra Bendodo
De lo que también ha querido presumir quien aspira a volver al Palacio de San Telmo es de que el actual gobierno de centroderecha de PP y Cs no les ha sacado ningún caso de corrupción de la etapa que ella encabezó: "En estos dos años y medio, el bandido ese, Bendodo, que tiene Moreno Bonilla nos ha mirado de arriba abajo y no ha encontrado nada", ha dicho al descalificar al consejero de Presidencia de la Junta y hombre fuerte del actual Ejecutivo.
La manera que propone Díaz ahora para retornar al sillón que ocupa Juanma Moreno es "volver al Gobierno con un lienzo en blanco, en una Andalucía feminista y tolerante", además del "talento" que –añade– tiene su candidatura frente a la de Juan Espadas, al que no ha citado en ningún momento de su intervención.
"El PSOE andaluz es leal, pero para ser leal hay que ser libre, sólo las personas libres son leales, si tienes miedo a decir lo que piensas no eres leal, eres sumiso sumisa", ha reiterado como hizo en el único debate televisivo de esta campaña para reivindicar a las bases frente al aparato, representado por Espadas, apadrinado desde Madrid por Sánchez.
Tampoco han faltado las andanadas contra muchos de los que estuvieron a su lado y ahora son denominados 'susanistas conversos', al pasarse al bando de Espadas. En este punto, la lideresa reconoce que "me equivoqué, cuando no vi venir los cantos de sirena; no me decían la verdad y ahora veo los melones calados y veo quién viene a servirse del PSOE". Esta vez no ha hablado de "pelotas y palmeros", expresiones que ha empleado en su periplo por las ocho provincias andaluzas.