La Asamblea de Madrid cuenta con un presupuesto de 32 millones de euros de cara al año 2022 y una parte de esta partida está dedicada a los salarios de los diputados. Al mes, la suma total de los salarios es de algo más de medio millón de euros: 506.946,35 €, para ser exactos, lo que se traduce en 6,4 millones de euros anuales. Esto es algo que Vox quiere reducir y el Partido Popular va a secundar, aunque todo indica que no van a contar con apoyos suficientes: es necesario que dos tercios de la cámara apoyen la medida y la suma de ambos partidos no alcanza salvo que algún partido de la izquierda ceda 13 diputados que voten a favor. De momento, Unidas Podemos y Más Madrid han sido tajantes en su negativa, mientras que el PSOE se ha mostrado abierto a escuchar.
La propuesta es reducir el número de escaños de 136 a 91, lo cual permitiría reducir la masa salarial "en dos millones de euros", tal y como dijo Rocío Monasterio en rueda de prensa. En Vozpópuli hemos comprobado que sus cuentas son casi correctas: entre sueldos, abono para usar el transporte público (82,75 euros mensuales por escaño) y el presupuesto individual para taxis (125 euros al mes para cada diputado), la Asamblea de Madrid se ahorraría 2.125.060 euros al año, es decir, una cifra ligeramente superior a la mencionada por la líder de Vox en Madrid.
Si desgranamos ese ahorro, 67.500 euros anuales procederían del 'bono taxi' y 44.685 euros del abono transporte, mientras que 2.012.875 euros corresponderían a los salarios de los diputados que quedarían fuera de la Asamblea de Madrid. Se trata de una cifra alta porque el salario medio de un diputado en Madrid es alto: se sitúa en 3727,5 euros brutos al mes, por lo que reducir 'la plantilla' que ejerce la política en la capital implica un ahorro medio mensual de 167.738,6 euros al mes.
Hay que decir que esta cifra varía en función del tipo de político que ocupa un escaño: la que más cobra es María Eugenia Carballedo, que ejerce como presidenta de la cámara. La popular recibe 7.813,82 euros brutos al mes. En el lado opuesto, hay políticos que no se dedican en exclusividad a la actividad parlamentaria y, por tanto, sus retribuciones son inferiores. Un ejemplo es Pablo Gómez Perpinyà, de Más Madrid, que recibe un salario de 1.246,27 euros.
Sin cambios en la representatividad de la Asamblea
El hecho de que la Asamblea de Madrid tenga tanta gente hace que la reducción que propone Vox apenas trastoque la representatividad de los madrileños, aunque sí es cierto que cada escaño 'vale más': si tenemos en cuenta el número de votos de las últimas elecciones, para sacar un diputado eran necesarios 26.969 votos, mientras que con este método se necesitarían 40.305 papeletas.
Con 91 escaños, la representatividad a nivel porcentual con la actual composición de la Asamblea de Madrid varía, pero de manera residual: el Partido Popular pasaría de tener un 47,8% del hemiciclo a un 46,15-47,2%, mientras que Más Madrid y PSOE pasarían de tener ambos un 17,6 del hemiciclo a un 17,48-18,7%. Vox pasaría de un 9,6% a un 8,8-9,9% y Unidas Podemos, de un 7,4% a un 6,6-7,7%.
Precisamente en esto se escuda Rocío Monasterio para estar a favor de la medida, ya que la representatividad apenas variaría (ahora mismo, hay un diputado por cada 50.000 madrileños y Vox quiere que la relación sea 1/78.000 habitantes). El problema, según apuntan diversos expertos, es que los partidos con menos representación perderían capacidad de maniobra. Al ser menos diputados, puede que no tengan activos suficientes para hacer frente al trabajo parlamentario que exige la Asamblea de Madrid.
Esto precisamente es un problema operativo para Vox, pero se trata de una apuesta de futuro, siempre que obtenga el respaldo del hemiciclo para que esta medida salga adelante. La representación de la formación en la capital es minoritaria debido a que los madrileños apostaron en masa por Isabel Díaz Ayuso, pero los de Abascal creen en su crecimiento de cara a los próximos comicios. Estos se celebrarán en 2023.
