Aragonés ha movido la ficha definitiva para sacar adelante los presupuestos de 2024 al dar el 'sí' definitivo al macroproyecto del Hard Rock en Camp de Tarragona. Un proyecto que lleva siendo 'la suela en el zapato' en la negociación presupuestaria del president de la Generalitat desde el pacto de las cuentas con el PSC el año pasado, porque supone el 'cromo' definitivo para atar el apoyo de los de Salvador Illa a las cuentas públicas de 2024. Unos pactos presupuestarios paralelos a las cuentas para Barcelona, que han salido con el pacto PSC-ERC y en paralelo a los Presupuestos Generales del Estado, que Sánchez prevé aprobar en abril si la amnistía y el 'caso Koldo' no torpedea su hoja de ruta.
Los socialistas han reclamado en los contactos de los últimos meses, que se han intensificado, que este proyecto entraba dentro de los compromisos del president en 2023 y por tanto debía cumplirlo, junto con la B-40 y la ampliación del Prat. El macrocasino lleva una década de retraso por la presión de plataformas ambientales: el TSJC estipuló en 2020 que el nuevo plan director tenía que aprobarse con todos los informes sectoriales favorables. La clave sigue siendo el tan esperado informe ambiental que aún no se ha presentado.
Aragonés, sabiendo que cuenta con el rechazo absoluto de los comunes, no se había posicionado con claridad sobre el Hard Rock hasta esta última semana en la sesión de control y tras el pleno monográfico por la sequía. Un cambio de rumbo que evidencia la presión de las negociaciones de los socialistas sobre ERC en el último tiempo. Como informan fuentes del PSC a este periódico, las reuniones entre ambos partidos han versado sobre el cumplimiento de los acuerdos de 2023, sin entrar en la negociación de 2024, al menos hasta las últimas semanas. "El acuerdo del Hard Rock lo firma Pere Aragonés, tiene su firma. Tanto la B-40 como el directorio urbanístico del macrocasino como temas de tarifas sociales estaban pactados. Si no se pueden hacer no lo explica, hablamos de cumplimiento", afirman.
El presidente del PSC ha sido tajante en todo momento: el partido no se moverá si Aragonés no cumple, por lo que si el president tiene prisa por sacar las cuentas deberá ceñirse a esos pactos. En la sesión de control de este miércoles, Aragonés espetaba al líder de los comunes en el Parlament, David Cid, a no "sacrificar" los presupuestos por este proyecto. "¿Sacrificaremos todo esto por un solo proyecto? Es el momento de la responsabilidad", decía Aragonés, que justificó que el Hard Rock tiene unos "mecanismos" de tramitación propios y que cuenta con una mayoría parlamentaria. Por si fuera poco, el giro de ERC ya fue cristalino el viernes, cuando ERC votó en contra de la proposición de la CUP de parar el proyecto, así como la creación de nuevas instalaciones de ocio de agua, que incluye surf cities, en toda Cataluña.
Dilema de ejecución por la sequía
Los republicanos ceden también así a Salvador Illa en el modelo turístico e industrial en plena sequía, que es lo que lleva criticando al PSC desde la entrada del estado de emergencia al decir que el Govern no podía ahora excusarse con el déficit hídrico para "impedir el progreso de Cataluña" cuando ha habido una falta de inversiones para prevenir los efectos de la sequía durante 10 años. Aragonés apoya la moneda de cambio del macroproyecto en plena sequía, aunque con el matiz de la moratoria del plan director para intentar ganarse el favor de los comunes. La salida final al Hard Rock en plena negociación parlamentaria es aún más polémica por la grave situación de emergencia por sequía que atraviesa Cataluña, ya que se prevé que la infraestructura gaste más de un millón de metros cúbicos de agua cada año.
Fuentes socialistas han defendido que este motivo no debe ser el argumento que ahora frene el proyecto por la importancia del desarrollo industrial de Cataluña, que es el punto principal de la carrera electoral para las autonómicas de los socialistas, en sintonía además con el nuevo ministro Jordi Hereu en la cúpula del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Como explican fuentes del partido, si se hubiera hecho algo no se hablaría de la sequía y "estaríamos abastecidos". "Lo hemos hecho bien, se han hecho cosas y con respeto al mediambiente. La excusa no puede ser culpar al turismo. El Hard Rock se puede hacer bien dentro de los criterios ambientales".