El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una proposición de los comuns de Ada Colau que pide interrumpir relaciones institucionales con el actual gobierno de Israel "hasta un alto al fuego definitivo". La proposición presentada por BComú ha sido transaccionada con el gobierno municipal con apoyo del PSC y ERC; y Junts, PP y Vox han votado en contra. Entre los principales impulsores junto con Colau se encuentra el próximo secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, recién nombrado y que hasta ahora ha sido el portavoz del grupo municipal.
El texto acordado exige comunicar al gobierno central y a la Embajada de Israel la decisión de interrumpir las relaciones mientras no cesen los ataques y "no se garantice el respecto a los derechos básicos del pueblo palestino y el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas respecto al conflicto entre Israel y Palestina".
El texto también recoge implementar una cláusula de obligación contractual de carácter esencial en todos los contratos públicos municipales para garantizar que ningún operador realice operaciones financieras, inversiones, compras o contrataciones que vayan en contra del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.
Esta resolución y apoyo del alcalde socialista llega después de que este jueves Pedro Sánchez criticara presencialmente al primer ministro israelí de la actuación por la fuerza en el conflicto entre Palestina e Israel. Una posición por parte del presidente del Gobierno español que también tuvo una larga réplica por parte de Netanyahu frente al mandatario español y al belga.
La tensión en la gestión municipal sigue en aumento por el gobierno en minoría de Jaume Collboni, que cuenta con 10 concejales desde verano. Los comunes siguen con nerviosismo el desarrollo del gobierno municipal y esperan que el socialista se decida por un pacto progresista antes de que sea demasiado tarde. La distancia entre ambos grupos en la cámara municipal acerca de Israel había sido clara, ya que el 1 de septiembre el alcalde socialista firmó un decreto que dejaba sin efecto la decisión de Colau de suspender las relaciones entre la capital condal e Israel.
Fartt
la escoria sanchista en plena forma. Lástima que no estuviera en un kibutz