Cataluña

Los Espona venden Pastas Gallo a Proa por más de 200 millones

Tal y como publicó Vozpópuli la operación se iba a cerrar este mes de julio. El fondo se adelanta a la oferta conjunta de Idilia Foods y Ventura, la entonces mejor posicionada

  • Fábrica de Pastas Gallo en Barcelona

La familia Espona cierra la venta de Pastas Gallo por 230 millones de euros. El fondo ProA Capital se ha impuesto a la oferta mejor posicionada hasta ahora, la de Idilia Foods y Ventura Equity. Había una tercera oferta, la de TowerBrook.

Los hermanos Espona Massana han cerrado la operación en julio, tal y como publicó este medio. Según la información avanzada por Expansión, ProA Capital se queda con la mayoría del capital, mientras la familia tendrán una participación minoritaria de entre el 15% y el 30%, pero tras abandonar todo puesto en el consejo. La empresa ha declinado realizar valoraciones sobre la esperada operación. 

La familia Espona Massana estaba asesorada en un proceso de fusiones y adquisiciones por EY y Banco Sabadell y buscaban un comprador para esta sociedad, que se marchó de Cataluña en pleno procés' para domiciliar la sede social en El Carpio (Córdoba), un municipio donde se asienta su fábrica más grande. 

Pastas Gallo tiene un beneficio cercano a los cinco millones de euros, y una facturación anual de 200 millones. La empresa ha vuelto recientemente a los números verdes.

El fondo ganador de esta oferta está capitaneado por Fernando Ortiz y cuenta con inversiones en Moyca, Avizor, MAW y Rotor, entre otras compañías. En 2018 salió de Saba y Grupo Vips, así como del Hospital de Llevant. La salida de Saba se debió a la compra de CriteriaCaixa del 49% que no controlaba. También dejó grupo Palacios y la Clínica Eugin.

Pastas Gallo fue fundada 1946 por José Espona Bañarés. A los 20 años, compró una fábrica de harina en Rubí (Barcelona). La estrategia entonces se centro en el trigo duro, un cultivo que se fue expandiendo entre los agricultores de la zona, hasta convertirla en la líder del sector. Los comienzos fueron complicados, ya que tardó nueve años en sacar provecho del trabajo. Poco después del fallecimiento del fundador y de su esposa, los herederos comenzaron la guerra por el control de la compañía.

Dos hermanas pretendieron vender su 20%, respectivamente, sin llegar a un acuerdo con el resto de hermanos. Los fondos no estaban interesados en adquirir una participación minoritaria de la empresa. En 2018, el quinteto decidió desprenderse conjuntamente y se pusieron a buscar un comprador con el fin de evitar el problema a sus vástagos, los nietos del fundador.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli