La patronal de pisos turísticos de Barcelona (APARTUR) mueve ficha para armarse frente a la pretensión del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, de acabar con los pisos turísticos con la fecha límite de 2028 para convertirlos en residenciales. Para dar la batalla, ha fichado como nueva directora a la que fuera directora general de Turismo en Barcelona de 2020 a 2022 y directora general de Turismo de la Generalitat entre 2011 y 2016, Marian Muro.
El gremio ha comunicado este fichaje estrella para frenar los intereses del alcalde socialista, respaldado por el PSOE. De hecho, este mismo jueves ha recibido la visita de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, quien aplaudió su decisión, orquestada con el ministro de Industria, el catalán Jordi Hereu, de no renovar las licencias de los pisos turísticos. El gremio busca impedir esta medida con este fichaje y contar con el conocimiento de una profesional que conoce los matices de la administración. El objetivo es "potenciar, fortalecer e impulsar el calado de una de las principales voces del turismo en Barcelona y Cataluña", como han expresado, y apuntan ya a la batalla legal.
APARTUR reconoce que Muro llega en un momento "complicado" para el sector después del anuncio del ayuntamiento de Barcelona sobre los pisos turísticos, que llega después de la aprobación del decreto ley del sector por parte de la Generalitat. Argumentan que son los frentes que les toca afrontar para mantener los "derechos legalmente obtenidos de sus asociados y la supervivencia del sector".
Mientras, el Gobierno busca replicar en el ámbito nacional esta medida, buscando que prevalezcan "los intereses de la ciudadanía por encima de los intereses económicos", lo que también podría levantar ampollas del gremio empresario del sector como ha ocurrido en Barcelona. La estimación es acabar con hasta 10 licencias de pisos turísticos para favorecer el acceso a la vivienda en la ciudad. Sin embargo, importantes voces afectadas como el Sindicat de Llogaters ya han levantado la ceja con la medida.
Han señalado que aunque la medida "aparentemente responde a las demandas vecinales de poner freno al turismo, no tendrá ningún efecto práctico hasta dentro de cuatro años y medio". "El contexto político de los próximos cuatro años es incierto y, por tanto, este anuncio podría caer en cualquier momento antes de llegar a aplicarse: un cambio en el decreto de alquileres turísticos en el Parlament de Catalunya o la voluntad del alcalde escogido en 2027 podrían convertirlo en humo", han continuado.
Así las cosas, APARTUR confía en la profesionalidad de Muro para que "los pisos turísticos sigan liderando el turismo como primera industria en la capital catalana" y atender a la basta demanda que hay en Barcelona, acrecentada año a año por la 'marca Barcelona'.
