Junts y ERC cierran un acuerdo para elegir al presidente de la Mesa del Parlament

Principio de acuerdo entre Junts y ERC para elegir al presidente de la Mesa de la cámara catalana, según ha avanzado RTVE, que será el encargado de proponer el candidato para la presidencia de la Generalitat. El Parlament se constituye este lunes y ya habría acuerdo entre ambos partidos para presidir la Mesa, si bien tampoco esta claro si hay mayoría explícita para elegirle, aunque lo más probable es que la presidencia se la queden los republicanos. En las conversaciones entre ambos partidos, Junts habría propuesto a Josep Rull en el pleno como presidente de la Mesa.

Aunque el PSC ganó las elecciones del 12 de mayo y es el grupo con más diputados, 42, el independentismo, que suma 59, ha movido ficha en los últimos días para intentar cerrarles el paso de la presidencia del Parlament e imponer una Mesa "antirepresiva" con la que confían en convencer a los comunes, que apuestan por una mayoría de izquierdas. El pleno de constitución empezará a las 16.00 horas y servirá para escoger al presidente de la cámara, los dos vicepresidentes y los cuatro secretarios de la Mesa. El presidente del Parlament es quien, posteriormente, propone un candidato a presidente de la Generalitat. Está previsto que en la sesión se permita votar a los diputados 'fugados' de Junts Lluís Puig y Carles Puigdemont mientras que el republicano Ruben Wagensberg seguirá delegando el voto como ya lo hacía por estar de baja.

Junts acaba de iniciar la reunión con su grupo parlamentario en la sala de grupos en el Parlament donde participan por videoconferencia Carles Puigdemont y Lluís Puig. Aunque siguen sin trascender los detalles, en las últimas semanas ha habido un acercamiento entre los partidos independentistas para negociar una "Mesa antirrepresiva" que excluya al PSC y que garantizase el voto a los diputados exiliados. Para que sea posible sería necesario el apoyo de los comunes, si bien también podrían decantar la balanza hacia el PSC y éste ser apoyado a su vez por el PP.

El aterrizaje de las negociaciones sigue sin embargo llevándose al límite. Por ahora, la formación liderada por Jéssica Albiach se ha abierto a facilitar una presidencia republicana del Parlamento si debe contribuir a un acuerdo de izquierdas, que incluiría al PSC. Sin embargo, desde la CUP han insistido este fin de semana a los comunes en que hay que impedir una Mesa en manos de los socialistas y trabajar para "un organismo de carácter democrático, independentista y soberanista, donde se pueda debatir aunque también permita avanzar y garantizar derechos sociales", ha dicho su cabeza de lista, Laia Estrada.

La clave de la Mesa de Edad

La sintonía entre ERC y Junts de cara a este pleno se ha estrechado después del fallo del Constitucional para impedir el voto telemático. ERC anunció que desacataría la imposición y permitiría a los tres diputados huidos votar en el pleno, algo a lo que también animó a sumarse a Junts. El secesionismo tiene fuerza en la cámara para llevar a cabo esta decisión puesto que los dos de los tres miembros de la Mesa de Edad, que elige la nueva Mesa, son de ERC y Junts.

Si no hay sorpresas se espera que ERC tenga la presidencia de la Mesa con el beneplácito de Junts y el PSC, si bien Illa y los republicanos han enfriado las conversaciones después de que Marta Rovira haya exigido un acuerdo de máximos a los de Illa si querían el apoyo de sus 20 diputados para la investidura. Esto es, que se comprometan al referéndum y a la financiación singular.

La estrategia del PSC ha sido prudente. Han generado una negociación paralela entre la Mesa y la negociación de investidura. Aún así, la presión de Junts ha ido en aumento en la última semana e incluso el candidato de Junts a las elecciones europeas, Toni Comín, ha lanzado un órdago al partido republicano en vistas a que finalmente se decidan por el candidato socialista desde la presidencia del segundo órgano de la cámara. Sin embargo, el tablero de los pulsos está ahora cada vez más enrevesado para los de Carles Puigdemont después de perder medio millón de votos en la europeas, lo que también pone en entredicho su estrategia de repetición electoral en Cataluña.