Cataluña

Casi 2.000 transexuales de Cataluña han cambiado ya su nombre en su tarjeta sanitaria

Desde 2015, la Generalitat sólo pide la voluntad de la persona sin necesidad de haber hecho el trámite en el registro civil ni pasar por evaluación psicológica o tratamiento para la modificación del nombre

  • Una mujer porta una bandera trans durante una manifestación contra las violencias machistas en Barcelona -

Cerca de 2.000 personas trans han podido cambiar ya el nombre de nacimiento por el nombre "sentido" en la tarjeta sanitaria de la Generalitat y sin necesidad de haber hecho el trámite en el registro civil ni pasar por evaluación psicológica o tratamiento, según informa Lara Malvesí en EFE.

En el caso de la tarjeta sanitaria catalana, desde 2015 sólo pide la voluntad de la persona, "garantizando el derecho de las personas trans a poderlo realizar sin la necesidad de un diagnóstico médico", ha explicado a EFE el director general de políticas Públicas LGTBI de la Generalitat, Xavier Florensa.

Entre las personas más beneficiadas de la política inclusiva para las tarjetas sanitarias se encuentran todos aquellos que no habían podido aún solicitar el nombre registral a través del Registro Civil, trámite que ahora facilitará la nueva ley trans estatal, que también sigue la línea de la "despatologización" y la declaración responsable del solicitante.

En total, en Cataluña se han tramitado ya cerca de 1.853 cambios de nombre en la tarjeta sanitaria. El número ha ido incrementándose paulatinamente, y si el primer año fueron 11 personas que lo hicieron realidad, en 2022 la cifra se incrementó hasta las 451.

Por edades, del total, 1.163 eran personas mayores de edad y 690 niños y adolescentes menores de 18 años (que las han tramitado conjuntamente con sus responsables legales).

La importancia del "nombre sentido"

Xavier Florensa ha destacado "la importancia" que tiene este cambio para las personas trans.

"Ver el nombre sentido por primera vez en un documento oficial como la tarjeta sanitaria es un paso muy importante para las personas trans. Es una gestión que tiene un gran valor para ellas y que les permite después cambiar el nombre en otros documentos, como en la T-16, el carné universitario o el de bibliotecas", ha afirmado.

Asimismo, ha destacado que la norma catalana aprobada en 2014 ya tenía un enfoque transinclusivo y sentaba las bases de muchas de las políticas dirigidas a las personas trans que ahora, ocho años más tarde, se han hecho realidad en ley estatal para documentación como el DNI.

Por la discordancia entre el nombre que aparecía en muchos casos en el DNI distinto al de la tarjeta sanitaria, desde el SAI (Servicio de Atención Integral) LGBTI de Cataluña, se tramita un certificado que sirve para demostrar que el nombre sentido está vinculado a aquella persona cuando es necesario comprobarlo con un documento identificativo, trámite necesario, por ejemplo, en el caso de los abonos del autobús para menores de 16 años.

La solicitud del nombre "sentido" permite que además los servicios SAI entren así en contacto y vínculo con las personas trans para ofrecer otros servicios y convertirse en su espacio de referencia para la defensa y conocimiento de los sus derechos.

La ley trans catalana, aún en el horno

El Govern trabaja para presentar "próximamente" el anteproyecto dentro del propio ejecutivo de una futura ley trans específica catalana que podría presentarse formalmente para pasar después al trámite parlamentario en un periodo de entre siete meses y un año, han explicado fuentes del departamento de Feminismos.

La futura ley integral de reconocimiento del derecho a la identidad y a la expresión de género buscará garantizar la igualdad plena de las personas trans en todos los ámbitos de la sociedad públicos y privados, así como erradicar cualquier forma de discriminación por razón de identidad o expresión de género, han apuntado.

Se espera, además, han señalado las mismas fuentes, que se profundice en las barreras que aún enfrentan las personas trans en ámbitos de competencia catalana, desde la educación a la salud, pasando por la inserción laboral (el paro en este colectivo afecta a más del 80 %, según las ONG).

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