El pleno del Parlament ha aprobado una resolución de amplio consenso que "repara" la memoria de las mujeres condenadas por brujería en Cataluña y tilda el hecho de "persecución misógina", y llama a los ayuntamientos a revisar el nomenclátor de sus calles para incorporar los nombres de estas mujeres.
La caza de brujas en Cataluña dejó centenares de feminicidios documentados tras investigaciones historiográficas que muestran una sociedad feudal y descentralizada donde las mujeres con conocimientos médicos, viudas o no normativas eran acusadas de brujería y asesinadas con la connivencia social.
En la Vall d'Àneu, en la comarca del Pallars Sobirà (Lleida), uno de los lugares con más ejecuciones, se aprobó la ley contra el crimen de "brujería" más antigua de Europa, datada en 1424. En este contexto histórico, la resolución aprobada hoy en la cámara catalana ha salido adelante con los votos favorables de los grupos que la han presentado (ERC, JxCat, CUP y comunes) y el PSC-Units, además de la abstención de Ciudadanos y el 'no' de Vox y el PPC.
Revisar el callejero
La resolución también plantea que los ayuntamientos catalanes revisen sus callejeros para incorporar los nombres de estas mujeres, como ejercicio de "reparación histórica y de feminización" del nomenclátor. Las principales críticas de Vox y PPC se han centrado en el hecho de que se lleve a pleno una resolución sobre un tema que carece de "relevancia", mientras que desde el PSC y Cs también han opinado que debería haberse votado en comisión.
En el debate de la propuesta, la diputada de ERC Jenn Díaz ha puesto en valor la memoria histórica para "reparar" a las víctimas y ha señalado que se trata de un tema que tiene conexión con el presente. La aprobación en el pleno del texto, ha dicho Díaz, debe servir para pedir "perdón a un colectivo de mujeres que fueron acusadas de brujas".
Desde JxCat, la diputada Aurora Madaula ha señalado que el Parlament "puede y tiene que ser un referente en la defensa de los derechos de las mujeres". Madaula ha recordado que las acusaciones de brujería eran "catalizadoras de tensión social" con un "marcado carácter de género".
"Cacería de brujas"
Y la diputada de la CUP Basha Changue ha afirmado que la "cacería de brujas" no se puede entender sin "hablar de capitalismo", ya que estas mujeres eran perseguidas "porque molestaban el desarrollo del patriarcado capitalista".
El texto aprobado también pide que se pongan en marcha estudios académicos "con perspectiva de género sobre la caza de brujas" e incorporarlo al currículum académico. A este hecho se ha referido durante el debate la diputada de En Comú Podem Susanna Segovia, que ha defendido recuperar los nombres de estas mujeres, "torturadas, perseguidas y asesinadas" porque tenían "un nombre y una vida".
La diputada del PSC Gemma Lienas ha justificado que su grupo no haya firmado el texto porque, según el criterio de los socialistas, éste debería haberse votado en comisión, si bien han votado a favor y ha lamentado la connotación negativa del concepto "bruja": "Es increíble que se olvide que estas mujeres eran sanadoras". Para seguir el debate se han acercado hasta el Parlament por parte de la revista Sàpiens, que impulsa la campaña "No eren bruixes, eren dones" (No eran brujas, eran mujeres), su directora, Clàudia Pujol y Agustí Alcoberro, además del historiador Pau Castell.
Las palabras más duras contra la propuesta las ha proferido la diputada de Vox Mónica Lora, que ha lamentado que mientras hay pobreza en Cataluña e inseguridad, en el Parlament se debata "sobre las brujas".