Los vecinos que estaban en sus casas tuvieron pocas opciones de quedarse en el interior porque el humo tóxico se coló por los sistemas de ventilación de los inmuebles. El incendio que se propagó con una extrema velocidad convirtió en una ratonera las pisos de cada planta de los edificios afectados en la avenida Maestro Rodrigo de la capital del Turia.

José Luis y Ángela, dos de los vecinos afectados, explicaban a Vozpópuli que en primer lugar notaron un "olor a plástico" y que cuando abrieron las ventanas se encontraron con una "película de terror" donde las llamas y el humo negro subían con fuerza.

Por debajo de la puerta

Cerraron con rapidez las ventanas pero en apenas unos minutos un humo que "primero era gris y luego negro" empezó a colarse por debajo de la puerta e "inmediatamente empezó a salir con fuerza a través de los conductos de ventilación".

Seguir en el inmueble era ya imposible y buscaron una rápida salida por las escaleras, mientras que no les daba tiempo a avisar a una vecina de avanzada edad que podría estar entre las personas desaparecidas que los bomberos podrían estar buscando en estos momentos.

La fachada

Esta es la situación que vivieron centenares de vecinos que se encontraban en el edificio y que en su mayoría pudieron abandonarlo. Los servicios de emergencia aseguran que si la hora de comienzo del incendio hubiera sido algo mas tardía, ya en plena noche, la tragedia podría haber alcanzado mayores dimensiones.

Los expertos están cada vez mas convencidos de que los elementos constructivos de la fachada han sido determinantes en la expansión rápida del fuego. Unas placas de aluminio (que en el interior llevan fibras que también podrían haber ardido), revestían la parte exterior, mientras que el poliuretano hacía de pegamento entre las placas y de aislante térmico (aunque la policía científica trata de esclarecer si finalmente era otro material diferente el que se colocó para realizar esta función).

Prendió en todas las direcciones

Entre estos elementos y la placa de ladrillos y hormigón habría una pequeña cámara que habría facilitado el efecto chimenea del fuego porque la fuerza de las ráfagas de viento de poniente (de hasta 70 kilómetros por hora) hiperoxigenó estos elementos facilitando la expansión del fuego.

La propagación del fuego también produjo hacia las plantas inferiores debido a que algunos de los elementos constructivos de esa fachada empezaron a 'gotear', según explican los servicios de emergencia a este medio, prendiendo tanto hacia arriba, como hacia abajo, y también en sentido lateral por la fuerza del viento que soplaba.

Inspeccionar más edificios

Los técnicos municipales están investigando cuántos edificios hay construidos con estos elementos en la ciudad de Valencia para poder hacer, a futuro, inspecciones al respecto. No obstante, habrá que esperar al informe definitivo de los bomberos sobre las causas exactas tanto del inicio como de la propagación de las llamas para adoptar medidas más concretas.