La etapa de Peter Lim al frente del Valencia CF ha abierto un capítulo encaminado a la futura venta de la entidad de Mestalla y, según ha podido conocer Vozpópuli de fuentes del mercado financiero, la cifra que pediría de inicio es de 430 millones de euros.
Ese es el mínimo, o el máximo, que Lim reclamaría ahora para formalizar su salida del club.
Sería la parte baja de la horquilla si el Valencia acaba logrando el objetivo de la permanencia en Primera división y Lim consolida los activos inmobiliarios del club con la operación del nuevo estadio en marcha.
No bajar a Segunda
En cambio sería la más alta si el equipo de desciende de categoría, ya que un proyecto en Segunda división exige otras inversiones (por la merma de ingresos) que reducen el precio de venta.
Los primeros 400 millones del traspaso de acciones serían los destinados a que Lim recuperara, con creces, su inversión en la entidad que asciende a casi 290 millones de euros. Los otros 30 para recuperar el crédito que mantiene vigente con el club.
Peter Lim invirtió 100 millones euros en la compra del 70% de las acciones (89 para comprar las acciones de la Fundación; 6 para iniciativas sociales: y 5 para pagar la deuda que la Fundación mantenía con la Generalitat Valenciana).
A lo largo de su estancia en el Valencia CF ha tenido que desembolsar otros 189,6 millones de euros por su mala gestión. Las pérdidas que registra cada temporada las cuentas de la entidad que controla Lim a través de la firma Meriton Holdings son cuantiosas.
Capitalizar créditos
De ellos, un total de 154 millones de euros los prestó y posteriormente los utilizó (junto con 6 millones de intereses) para capitalizarlos y aumentar su número de acciones en el club hasta el 92,5% actual.
Y los 35 millones de euros restantes corresponden a un crédito que el Valencia CF le tiene que devolver a Lim y del que ya han sido satisfechos 4,9 millones de euros, tal y como reflejarán las cuentas que se presentarán en la junta general de accionistas prevista para el próximo mes de diciembre. Quedan pues, 30.
Así que Lim obtendría un beneficio global, si se atiende su petición inicial, de unos 140 millones de euros por su estancia de una década negra para el club de Mestalla.
La Liga y Goldman Sachs
Las fuentes consultadas por este medio en La Liga de Fútbol Profesional niegan estar haciendo de “intermediarios” para la venta del club, aunque Javier Tebas es conocedor de esta situación, como lo fue en su momento con la llegada de Peter Lim a Valencia.
Sí que reconocen abiertamente su mediación para que el club consiga la ayuda de Goldman Sachs para refinanciar su deuda a largo plazo, acabar el nuevo estadio y tener liquidez.
La petición del Valencia al gigante estadounidense de las finanzas es de casi 300 millones de euros.
El anuncio del acuerdo se esperaba para la última semana del pasado mes de septiembre pero quizás hasta noviembre no haya un acuerdo definitivo.
La cifra concedida reducirá la carga anual del pago de intereses y capital de la deuda. La idea es ‘comprar’ la deuda que el club tiene con CaixaBank, principalmente, y el resto de acreedores y que el fondo elegido por Goldman Sachs se haga cargo de las nuevas condiciones de pago que tendrá que afrontar el Valencia CF.
Si se aplica, como pretende el club blanquinegro, una carencia de dos o tres años en el pago de la deuda, el balance económico será mucho más asumible para un potencial comprador.
Goldman Sachs ha preferido, a preguntas de Vozpópuli, “no valorar” si está participando en la búsqueda de inversores que quieran llevar la gestión del club. Normalmente si la información no es correcta se da una negativa que en esta ocasión no se produce.
El hermetismo, a diferencia de cuando el Valencia CF se vendió hace una década, es total. Y las condiciones exigidas por Peter Lim pueden variar en función de qué tipo de inversor e intereses tenga en el sector inmobiliario y la explotación del nuevo estadio.
El nuevo estadio
La deuda neta de la entidad de Mestalla podría rondar los 270 millones de euros en las cuentas que se presentarán en diciembre y por eso para Lim es básico consolidar el patrimonio inmobiliario del club.
El acuerdo con el Ayuntamiento avanza a más velocidad de lo que lo ha hecho en los últimos 15 años. La reanudación de las obras del nuevo estadio en la avenida de las Cortes se da por hecha para el próximo 12 de enero.
Si se cumplen los hitos temporales de construcción marcados por el Consistorio y el pago de los casi 12 millones de euros del polideportivo de Benimamet, el club podrá disponer de la venta de la parcela anexa al nuevo estadio (apalabrada con el fondo Atitlán).
Y con el estadio acabado, en julio de 2027, podrá comenzar la venta de la parcela del actual estadio de Mestalla que tiene un valor no inferior a los 130 millones de euros.
Estas dos operaciones, junto a la explotación del nuevo estadio, permiten a Lim presentar con más solidez sus exigencias a la hora de vender su paquete accionarial, pese a la ruinosa gestión que ha desarrollado.
Tregua en los tribunales
Paralelamente, Lim ha ordenado retirar el recurso contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia valenciano que daba por caducada la Actuación Territorial Estratégica del cambio de estadio.
Es la segunda señal clara de que comienza su etapa final en el club. Rebaja la conflictividad judicial con las Administraciones públicas.
A ello, hay que unir una tercera, la reducción del coste salarial de la plantilla del primer equipo que deja menos cargas heredadas para el posible comprador.
La misma opinión tienen en el Gobierno municipal, donde las fuentes consultadas por este medio ya no dudan al afirmar que Lim “está de salida”.
Venta en 2025
El proceso puede ser largo, como fue el de la compra, pero todo apunta a que el traspaso del paquete accionarial de Lim podría materializarse a lo largo del próximo año.
Caixabank, principal acreedor del club, no va a poner pegas. La quita de 61 millones de euros que aplicó a la deuda del Valencia está condicionada, entre otras cuestiones, a que Lim mantenga el 51% de las acciones hasta 2026.
Si la venta del club, o la compra de la deuda del banco por parte de otro fondo de inversión, se produce antes de esa fecha, no se opondrá, según aseguran fuentes de toda solvencia. Mantendrá esa quita al nuevo propietario o al nuevo acreedor y Caixabank aceptará el pago del resto de la deuda que ahora superará ligeramente los 75 millones de euros.
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