Comunidad Valenciana

Sánchez insiste: la nuclear de Cofrentes cerrará en 2030 y se perderá el 44% de la producción eléctrica valenciana

La implantación de las energías renovables lleva un gran retraso y no será una alternativa sólida en un plazo de seis años

Pedro Sánchez ha ignorado la petición del presidente valenciano, Carlos Mazón, y de la patronal autonómica para que la central nuclear de Cofrentes no comience su desmantelamiento en 2030.

Esa fecha de cierre es la que marcó el Consejo de Ministros el pasado 27 de diciembre cuando aprobó el séptimo Plan General de Residuos Radioactivos.

Para entonces Cofrentes tendrá 47 años de existencia y los expertos de la red eléctrica española consultados por Vozpópuli aseguran que está “en perfectas condiciones” en la actualidad, por lo que prorrogar su vida útil es “totalmente factible”.

20 años más

Consideran que prolongar 20 años más la producción en Cofrentes es una cuestión a contemplar. En Estados Unidos operan centrales gemelas y van a tener una vida útil de 80 años, el doble de lo que registra ahora la situada en el municipio valenciano.

La importancia de la nuclear de Cofrentes es capital para la generación eléctrica de la Comunidad Valenciana, ya que un 44% proviene de esta planta.

La mitad de la producción es una cifra muy a tener en cuenta porque la alternativa de otras energías que vayan sustituyendo progresivamente a la nuclear es válida pero a largo plazo.

Renovables: testimoniales

Actualmente en la Comunidad Valenciana –después de la nuclear– la siguiente modalidad con mayor producción energética es la de ciclo combinado con un 18%.

En tercer lugar encontramos la eólica (12,8%), seguida de la de turbina de bombeo (12,3%), la cogeneración (5,5%), la solar fotovoltaica (3,6%), la hidráulica (2,3%) y la solar térmica, el conjunto de residuos no renovables y otras renovables que suman el 0,8%.

Es por ello que el conjunto de las renovables, que están llamadas a ir sustituyendo progresivamente a la energía nuclear (aunque ese debate en otros países como Reino Unido, Bélgica, Suecia, Estados Unidos o Italia se centra en la convivencia de ambos modelos), no alcanza en la Comunidad Valenciana ni el 20% de la producción.

Dependientes del exterior

El presidente valenciano, Carlos Mazón, ha explicado que sin Cofrentes la Comunidad Valenciana aumentará exponencialmente su “dependencia energética” –ya importa un 48% más de la energía que produce– y pide al Gobierno, sin éxito, que rectifique y alargue la vida útil de Cofrentes.

La corroboración de la fecha de cierre de Cofrentes debe llegar en 2027, según el plan estatal vigente, y el Gobierno valenciano ya ha comenzado su campaña para evitarlo.

Es ya un nuevo pulso con el Ejecutivo de Pedro Sánchez y será una de las cuestiones clave en la campaña electoral de las autonómicas previstas precisamente en mayo de ese año.

Encarecer la factura

Los populares ya han presentado una iniciativa en el Parlamento autonómico valenciano para pedir la continuidad de Cofrentes porque su cierre supondrá encarecer considerablemente las facturas energéticas para hogares e industrias, y elevar la emisión anual de 3 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera”.

El desmantelamiento de Cofrentes afectaría de lleno, además, a varios municipios del interior de la provincia de Valencia donde genera 650 empleos directos y miles de forma indirecta.

Estas cifras no han hecho variar el rumbo del Gobierno de Pedro Sánchez quien, a través de su ministra valenciana, Diana Morant, ha insistido en que Cofrentes se cerrará en 2030.

Morant pide a Mazón que en los próximos años “haga sus deberes” en materia de implantación de energías renovables para llegar en buenas condiciones a la citada fecha límite.

Expedientes acumulados

Ahora bien, el retraso en los expedientes para la implantación de energía renovables es grande. Precisamente, el Gobierno de Ximo Puig dejó más de 400 expedientes sin tramitar que, en el primer año de Gobierno de Carlos Mazón, se está intentando agilizar aunque el proceso es muy lento.

Una cifra que da una idea de lo retrasado que dejó este plan el Gobierno de PSOE y Compromís es que la Comunidad Valenciana sólo aporta el 3% de la potencia renovable en toda España, por lo que la región podría necesitar más de 100 años para cumplir su objetivo de llegar a 2030 con 10.000 megavatios.

La firmeza mostrada por Diana Morant en España contra la energía nuclear contrasta con la exhibida por su compañera en el Gobierno, Teresa Ribera.

Otro discurso en Europa

La vicepresidenta tercera, que en España es antinuclear convencida, en su última intervención en Bruselas no se ha mostrado con una oposición frontal a la energía nuclear en las futuras negociaciones de la UE con la ONU. Ha asumido la posición francesa.

Ese resquicio de contradicción es el que el Gobierno valenciano de Carlos Mazón quiere aprovechar para que la continuidad de Cofrentes tenga la puerta abierta y no absolutamente cerrada como sucede hasta el día de hoy.

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