El impacto de la pandemia de coronavirus sobre la salud mental de los españoles es cada vez mayor. El Telefóno de la Esperanza, que da asistencia telefónica gratis a las personas que necesitan ayuda psicológica, ha recibido 80.600 llamadas entre el 14 de marzo y el 31 de septiembre, un 50% más que en el mismo periodo del año anterior.
"De ellas, 2.500 llamadas (el 0,3% del total) han estado relacionadas directamente con una temática de suicidio, realizadas por personas que han llamado durante un suicidio en curso o que están pensando en hacerlo", afirma Lorena Prieto, coordinadora de la oficina del Teléfono de la Esperanza en Madrid.
Las cifras registradas por esta ONG, la segunda más antigua de España, dan buena cuenta de los efectos que la pandemia está teniendo sobre la salud mental. La muerte de familiares por la covid-19, la pérdida de puestos de empleos, la incertidumbre socioeconómica, el alza en los divorcios y la situación de soledad de miles de personas están detrás del aumento de las sintomatologías de ansiedad y depresión, que en algunos casos acaban derivando incluso en tendencias suicidas. Un escenario del que ya alertó el pasado mes de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Solo en el último mes y medio se han producido cinco casos de suicidio entre agentes de la Policía Nacional", afirma Carlos Morales, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP)
"La demanda de atención psicológica como consecuencia de la pandemia se ha incrementado entre un 20% y un 40%", afirma Pedro Rodríguez, especialista en psicología clínica y miembro de la Junta del Colegio de Psicólogos de Madrid. "Las problemáticas más comunes en el 99% de las llamadas que atendemos están relacionadas con la soledad, la ansiedad y la depresión, pero también hay muchos problemas de índole personal y familiar", indica por su parte Lorena Prieto.
El impacto sobre la salud mental está afectando también a los colectivos profesionales que han estado más expuestos al virus. Especialmente los sanitarios, pero también entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. "Solo en el último mes y medio se han producido cinco casos de suicidio entre agentes de la Policía Nacional, de todas las escalas y de todas las edades", afirma Carlos Morales, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP).
Los psicólogos vaticinan un repunte
Los cuadros de ansiedad y depresión entre la población española han crecido desde marzo, se han sostenido en el tiempo a pesar del final del confinamiento y podrían repuntar aún más como consecuencia de la incertidumbre socioeconómica y la frustración generada por los bandazos de los políticos a la hora de adoptar nuevas restricciones, según advierten los psicólogos.
"En los próximos meses vamos a ver un incremento de las manifestaciones de ansiedad y depresión. La gente se siente frustrada y decepcionada porque, después de tantos meses de limitaciones, el esfuerzo y el sacrificio no han servido de nada y tienen la sensación de que estamos incluso peor", añade Pedro Rodríguez, especialista en psicología clínica.
Las llamadas recibidas por el Teléfono de la Esperanza confirman la tendencia. "El número de llamadas se mantiene en las mismas cifras que registrábamos durante el confinamiento domiciliario. Sólo hubo un pequeño valle durante el mes de agosto. Ahora muchas de las nuevas llamadas están relacionadas con el miedo y la incertidumbre. Desde el Teléfono de la Esperanza estamos convencidos que los casos de ansiedad y depresión van a crecer en los próximos meses", afirma Lorena Prieto.
Piden mensajes claros a los políticos
Para paliar el impacto de la pandemia sobre la salud mental, los expertos solicitan a las autoridades políticas que manden mensajes claros y reforzar los servicios de salud para reducir unas listas de espera en atención psicológica que se han visto incrementadas como consecuencia de la situación sanitaria provocada por el coronavirus.
"Los políticos deben mandar mensajes muy claros y que la gente sepa a qué atenerse para no vivir con esa angustiosa incertidumbre", coincide Eulalia Alemany, directora técnica de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). "Las autoridades mandaron el mensaje en junio de que se había derrotado al virus y ahora la gente se ve de nuevo en un estado de alarma, lo que va a hacer que la situación empeore", añade Prieto.
"¿Cómo es posible que unas comunidades autónomas pidan un confinamiento largo y domiciliario y en otras sólo se soliciten confinamientos perimetrales de dos o tres días de duración? Eso crea incertidumbre y frustración. Los políticos y las autoridades tienen que mandar mensajes claros", señala por su parte Pedro Rodríguez.
Actitud de brazos caídos
Según este psicólogo, el otro peligro de la incertidumbre es que, para no caer en situaciones de ansiedad o depresión, y ante los bandazos de los políticos, una parte de la población española ha comenzado a adoptar una "actitud de brazos caídos" que puede ser muy perjudicial para atajar los contagios de coronavirus.
"Tenemos que seguir peleando y no caer en esta situación de frustración. El ser humano ha superado cosas peores. Ha que reorganizarse mentalmente y decir a la gente que sigue mereciendo la pena hacer esfuerzos y cumplir las restricciones. Hay que persistir", concluye.