España

Cs decide su futuro con 26.000 afiliados menos que en la mejor época de Albert Rivera

En los últimos cuatro años, el partido de centro se ha quedado con la cuarta parte de afiliados, 7.600 frente a los 34.000 de la buena época de Rivera. Las candidaturas de Edmundo Bal y Patricia Guasp tienen un importante reto por delante

  • Ciudadanos decide su futuro con cuatro veces menos de afiliados -

Ciudadanos se juega su futuro en estas primarias. El partido de centro ha pasado de tocar techo a tocar fondo en solo cuatro años. La vida política en España pasa muy deprisa. Que se lo digan a Pablo Casado, Pablo Iglesias o el propio Albert Rivera. El indiscutido César de Cs llevó al partido a los 34.000 afiliados en 2018, cuando las encuestas le situaban en el podio electoral sentado a la derecha del PSOE. Desde entonces, la formación naranja ha encadenado crisis y batacazos hasta el momento actual, en el que afronta su futuro con 26.000 afiliados menos.

Ahora mismo, Ciudadanos cuenta con 7.600 afiliados, una cuarta parte de los que tenía en la buena época de Albert Rivera. Este número es una radiografía de la precaria situación de un partido que nació para ser una alternativa al bipartidismo y para recuperar el espacio de centro que dejaron huérfanos Unión, Progreso y Democracia (UPyD) y, en su día, Unión de Centro Democráctico (UCD).

Patricia Guasp, diputada de Cs en Baleares y candidata a liderar la portavocía política del partido, en una reciente entrevista con Vozpópuli, situaba el principio del via crucis de Ciudadanos en 2019, en las primeras elecciones tras la moción de censura a Mariano Rajoy. "La moción de censura a Rajoy hizo que nuestros resultados de abril de 2019 fuesen inferiores de lo que vaticinaban nuestras encuestas", defendía. Poco después, en la repetición de los comicios, sí que fue palpable el batacazo del partido, que se saldó con la marcha de Rivera.

Los datos dan la razón a Guasp. En las primarias de 2020 que disputaron la actual presidenta, Inés Arrimadas, y el entonces vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, el partido aunaba 21.000 afiliados. Es decir, con Rivera ya fuera, Cs se dejaba por el camino la friolera de 13.000 afiliados, el 38% de su apoyo total. Un año después llegaría la siguiente gran crisis de Ciudadanos, ya con Arrimadas al frente de la formación.

El tropiezo más sonado durante la gestión de Arrimadas fue la moción electoral contra el PP en Murcia en un momento de profundo rechazo ciudadano al sanchismo por la gestión de la pandemia. Aquel error provocó una reacción en cadena que terminó sirviendo a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como argumento para convocar elecciones autonómicas. La misma excusa sería esgrimida por el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández-Mañueco, para romper con Igea y convocar a su vez elecciones.

El resultado de aquellas escisiones fue que el PP gobernase con Vox en lugar de con un partido de centro. Según las previsiones económicas, Ciudadanos esperaba cerrar aquel año con 18.000 afiliados, y terminó cerrándolo con 12.300. Son 8.700 menos que en 2020. Desde entonces, el partido cosecha tres malos resultados autonómicos; en Madrid pierde toda la representación; en Castilla y León solo conserva el escaño de Igea; y en Andalucía desaparece también el partido de centro.

Este 2022, esperaban cerrar el año con 9.500 afiliados, y se han quedado bastante por debajo (en los ya mencionados 7.600).

El futuro líder de Ciudadanos

Cuatro candidaturas aspiran a liderar el futuro de Ciudadanos, aunque lo cierto es que las votaciones se van a dirimir entre la candidatura de Patricia Guasp y sus socios de la refundación (lista de la que también forma parte Inés Arrimadas), y la de Edmundo Bal.

Ambos han contado en este periódico cuáles son las bases de su proyecto para el futuro. Bal aspira a un Ciudadanos que sea capaz de atraer otra vez al votante de centroizquierda, que se deje de asociar al partido con la derecha o se le considere un subalterno del PP. El ex abogado del Estado aspira a ser un candidato de transición hasta la llegada de un "nuevo Albert Rivera", un líder joven capaz de volver a llevar al partido a una época de éxito.

Guasp, en cambio, cree que Rivera forma parte del pasado y que estamos inmersos en una nueva etapa. Tanto ella como su candidato a la secretaría general, Adrián Vázquez, aspiran a construir un partido más municipalista, que fije su atención en España en su conjunto y recupere las luchas que al bipartidismo no le interesan como la reforma de la Ley Electoral.

Edmundo Bal y Adrián Vázquez mantuvieron una conversación el pasado viernes que terminó de manera "cordial", aunque sin avances de cara a unir ambas candidaturas. Las primarias, que tendrán lugar el 9 y 10 de enero, y la posterior Asamblea General cerrarán el proceso de refundación que comenzó en verano, y que busca resucitar al centro político español. El camino está por andar, y el ganador de las votaciones tendrá el primer gran examen en mayo, donde Cs se lo juega todo en las elecciones municipales y autonómicas.

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