Fabrizio Piscitelli era un varón de 53 años con antecedentes por narcotráfico que fue hallado muerto este verano en un parque de Roma. Pero Fabrizio Piscitelli también era Diabolik, histórico líder de los Irriducibili, los ultras de la Lazio. Los ecos de su muerte se han propagado los últimos días en forma de homenajes por estadios de media Europa, también en España. Todo ello después de un polémico funeral por el que su familia llegó a pedir la intervención del papa Francisco.
En España los principales honores han corrido a cargo de los ultras del Real Madrid y el Espanyol de Barcelona, unidos desde hace años a Irriducibili por lazos de hermanamiento. El mundo ultra practica una especie de diplomacia internacional que conlleva asumir las alianzas y las enemistades del otro. También el envío de delegaciones para asistir como invitados a citas importantes como finales o encuentros de máxima rivalidad.
Ultras Sur, que aun se reúne en las inmediaciones del Santiago Bernabéu los días de partido pese a haber sido expulsados del estadio, elaboraron una pancarta en recuerdo del capo laziale en la previa del encuentro contra el Valladolid del pasado fin de semana. Fue a escasos metros del feudo madridista, en su punto de reunión habitual en la calle de Marcelino Santa María. En Barcelona, el estadio del Espanyol apareció una noche con otra pancarta con un mensaje en italiano: “RIP Diabolik. Tus hermanos en Barcelona están cerca de tu dolor”.
Da Madrid, Diablo presente. #Diabolik #RIP #Irriducibili #UltrasSur #SSL #RMCF #Roma #Madrid pic.twitter.com/qnLZnnKWnF
— ULTRAS SUR (@FondoSur_1980) August 24, 2019
‘Diabolik’ fue atacado por detrás con un disparo en la cabeza la tarde del 7 de agosto. El jefe ultra murió en el acto y el presunto asesino se dio a la fuga. Iba vestido de corredor para confundirse entre las personas que hacen deporte habitualmente en la zona, según relató el chófer de la víctima, que llegó a verle la cara al agresor. La prensa local informa de que las autoridades policiales revisan cámaras de seguridad, recaban testimonios y tratan de acceder a varios teléfonos móviles del fallecido para esclarecer el crimen.
Admiradores de Mussolini
Los Irriducibili (Irreductibles) son uno de los grupos más conflictivos del fútbol europeo, especialmente violentos, profundamente fascistas. No en vano, presumen de ser el equipo de Mussolini al que ensalzan con cánticos y pancartas (il Duce fue socio del club en 1929). Una de las últimas decisiones polémicas del grupo radical fue prohibir la presencia de mujeres en las primeras filas de su grada.
Basta la siguiente anécdota del pasado para comprender el universo en el que reinaba Diabolik. Arrancaba la temporada 1992-1993 y en aquella época la Lazio había hecho algunos fichajes de relumbrón como el centrocampista inglés Paul Gascoigne o el holandés Aron Winter, de raza negra y procedente del Ajax, club vinculado a la comunidad judía. Los Irriducibili recibieron a su flamante fichaje con pintadas de “judío y negro” o “Winter Raus” (‘Winter fuera’, en alemán). La pintada iba acompañada de una esvástica nazi. Poco o nada ha cambiado desde entonces.
Existe una foto de Piscitelli a ras de césped alzando al cielo uno de los trofeos ganados por la Lazio. Como si fuese un jugador más, algo al alcance de muy pocos aficionados de cualquier equipo. Podría haber llegado a tener mucho más peso en su equipo de haber triunfado su plan de forzar al actual presidente, Claudio Lotito, a vender el club a un extraño grupo de inversores húngaros. Su método para lograrlo fue la extorsión y por ello fue condenado en 2015.
Contaban como hombre de paja con el ídolo laziale ya fallecido Giorgo Chinaglia, máximo representante de la Lazio de los pistoleros. Se les recuerda así porque aquella plantilla estaba dividida en dos facciones y acudían armados a los entrenamientos. Pese a ello, ganaron la liga en 1974.
Tradicionalmente, la Lazio bebe de los barrios residenciales de las afueras de la capital italiana, mientras que la Roma, su eterno rival, es el equipo del centro de la ciudad. La muerte de Piscitelli ha hecho que enemigos acérrimos aparquen sus diferencias para rendirle tributo. Y los primeros fueron precisamente los seguidores radicales del equipo vecino.
Fue durante el partido de pretemporada de este verano contra el Real Madrid, apenas cuatro días después del presunto asesinato. El grupo Fedayn, uno de los más veteranos en la Curva Sud de la Roma firmaba una pancarta de respeto: “En el cielo blanquiazul (los colores de la Lazio) brilla otra estrella, adios Fabri”.
Solo hace unos meses que los Irriducibili llenaron la ciudad con fotos de Ana Frank con la camiseta de su rival eterno a modo de insulto antisemita. Se hubiesen matado entre ambos grupos -literalmente- de haberse topado en los aledaños de un estadio minutos antes de un derbi. Pero la muerte de uno de sus generales ha puesto a prueba los indescifrables códigos del submundo ultra del fútbol donde lo habitual es mofarse de las desgracias ajenas, incluso las más dolorosas.
Mucho más evidente fue el tributo que le rindieron a Piscitelli los radicales del Inter de Milán antes de su partido contra el Lecce del pasado lunes en San Siro. Un enorme mosaico en la grada mostraba los ojos de Diabolik, el personaje de dibujos animados al que debía su mote. Tiene su origen en una viñeta de los años sesenta sobre un delincuente capaz de adoptar todo tipo de disfraces. La mirada de Diabolik forma parte ya de la iconografía ultra. La coreografía de los ultras interistas no gustó a todo el mundo en el estadio, contrarios a un gesto ajeno a cuestiones deportivas.
Lazio-Roma el domingo
Este fin de semana se enfrentan Lazio y Roma. Es el gran derbi de Italia, el día marcado en rojo en el calendario de cualquier Irriducibili y se espera una tarde plagada de actos. La Curva Furlan de Trieste, o los radicales del Wisla de Cracovia son otros ejemplos de grupos ultras que se han sumado a los homenajes. Eso sin contar los mensajes de particulares en las redes sociales o las pancartas en plena calle, una de ellas frente al Coliseo de Roma.
El entierro de Piscitelli tardó dos semanas en celebrarse. Tuvo lugar en el Santuario Divino Amore de Roma entre estrictas medidas de seguridad. La demora en el sepelio se debió al conflicto entre la familia y la policía. Las autoridades prohibieron un funeral de Estado ultra, alegando problemas de orden público. Querían una despedida privada, algo que los allegados de Diabolik consideraron inaceptable hasta el punto de amagar con no acudir a reconocer el cadáver al Hospital General Pol Vergin de Tor Vergata.
“Papa Francisco, me gustaría llamar su atención sobre la historia que golpea a mi familia y que se suma al dolor ya desgarrador de la pérdida de mi esposo”. Son las palabras con las que se dirigió la viuda de Piscitelli, Rita Corazza, al sumo pontífice en la que definía a su marido como un buen cristiano al que le estaban negando un entierro digno rodeado de los suyos. Al final, pactaron con la policía un cupo de cien invitados en la iglesia. Todos ellos vieron llegar el ataúd con la inscripción de Irriducibili en un lateral y de nuevo los ojos de Diabolik en la parte frontal.
En los alrededores se dieron cita varios cientos más de fieles. Según las crónicas, hubo bengalas, silencio intercalado con cánticos, saludos romanos y una pancarta en la que los ultras resumen el trágico final de su líder: “Los chacales también pueden darse un festín con el cadáver de un león, pero él sigue siendo un león y ellos siguen siendo chacales". En una entrevista concedida a Il Messaggero, la viuda reivindicaba la figura de su marido. "Me gustaría que mi esposo sea recordado con las palabras correctas y que mis hijas se queden en paz. Fue amado y odiado en su vida, pero le aseguro que hay muchos más que lo amaron”.
Sus antecedentes
Las primeras hipótesis de su muerte apuntan a un ajuste de cuentas en la otra faceta de Piscitelli, la del tráfico de drogas y su relación con la delincuencia organizada de Roma. En 2016 se le incautaron dos millones de euros al acusarle de participar en una red de tráfico de drogas con estructura en España. Esa decisión luego fue revocada y todavía se encuentra recurrida. Su nombre también apareció en 2014 en el marco de la investigación del caso Mafia Capital sobre una extensa red de corrupción. Concretamente, figuraba vinculado al clan de los Senese, una de las familias criminales que se disputan el control del territorio de la capital italiana.
La última declaración pública de Fabrizio Piscitelli la recogió en mayo en exclusiva el portal Adnkronos, que titulaba sus palabras con el tratamiento de persona de sobra conocida, es decir, con su nombre antes de dos puntos y unas comillas. “Si quieren volver al terrorismo de los 70, a ese clima, estamos listos. De hecho, no puedo esperar y ciertamente no me contendré", dijo. Era la amenazante respuesta de Diabolik a la explosión de un artefacto cerca de la sede de Irriducibili pocos días después de que el grupo homenajeara -otra vez- a Mussolini.