La figura de un guardia civil torturando a una persona, un tricornio devorado por las llamas en medio de la plaza, carteles de agentes representados con forma de cerdo… así son los llamados Ospa Eguna (Día de la huida) apoyados por la izquierda abertzale contra las fuerzas de seguridad del Estado en el País Vasco y Navarra. La consigna siempre es la misma: “Que se vayan”. Se trata de un mensaje recogido desde hace décadas por ETA en sus comunicados públicos y boletines internos. Este sábado, se repetirá una vez más en Alsasua.
“La consigna popular ‘Que se vayan’ dirigida a las fuerzas de ocupación extranjeras en territorio vasco es extensible a quienes les prestan su apoyo y colaboración”. Esta amenaza venía recogida en un comunicado de ETA de 1982. A los terroristas les parecía intolerable que el Bar Iñarritu, en Bilbao, atendiese a guardias civiles. “Más parecía de bar de comisaría que de un establecimiento abierto al público”, protestaba la organización criminal en plenos años de plomo.
La misma consigna (Alde Hemendik / Que se vayan) protagonizaba la portada de un zutabe de ETA, los boletines internos de la banda. En concreto, se trata de un ejemplar de 2001 incautado por la Guardia Civil. Contenía un detallado mapa sobre la ubicación de todos los cuarteles y comisarías del País Vasco, Navarra y el sur de Francia. Los zutabes estaban dirigidos al consumo de su militancia más cualificada y el objetivo era formar, informar y concienciarles acerca de la opinión de la dirección de la banda sobre temas concretos.
ETA también usaba publicaciones de difusión externa como zuzen. En ellas recogían comunicados reivindicando atentados, pero también análisis de coyuntura política de la sociedad, los partidos políticos vascos y de las organizaciones de su entorno terrorista. En uno de estos boletines hacían un “llamamiento a la población vasca”. Avisaban de que le habían dado un plazo de un mes al Gobierno para que retirase a las fuerzas de seguridad. En caso que el Ejecutivo no cumpliese, podría resultar peligroso para "la población civil vasca" tener cualquier contacto con las fuerzas de seguridad.
Son numerosos los documentos de la banda en los que se instaba a sus seguidores a hostigar a los agentes y a aquellos que les diesen un trato digno. La Fiscalía sostiene que ahora los Ospa Eguna se alinean con aquel "objetivo táctico" de ETA de expulsar a la Guardia Civil del País Vasco y Navarra y y sólo buscan "generar un ambiente de presión y hostilidad" contra el Instituto Armado. Por ello el Ministerio Público pidió a la Audiencia Nacional que prohibiera los actos de este sábado en Alsasua.
Pero el juez Ismael Moreno rechazó este viernes esa solicitud. Sostiene en su auto que “la jurisdicción penal compete sólo la persecución y castigo de los hechos ilícitos penales una vez que estos se han producido, pues carece de competencias preventivas". Se limita por tanto a pedir a las fuerzas de seguridad que permanezcan alerta ante posibles actos de enaltecimiento del terrorismo.
Alsasua fue el escenario en 2016 de la agresión múltiple a dos guardias civiles y sus novias por un grupo de personas condenadas en la Audiencia Nacional a penas de entre dos y 13 años por las lesiones causadas con el agravante de odio hacia el Instituto Armado. La sentencia, no obstante, no consideró la motivación terrorista en la acción. El Tribunal Supremo tendrá la última palabra sobre este caso.
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Vozpópuli tuvo acceso a un vídeo grabado por la plataforma Ospa de Alsasua en el que unos años antes ya simulaban una paliza a policías en un bar. La ficción se desarrollaba en el mismo municipio, solo a 200 metros de donde después se produjo la agresión real. Los Ospa Eguna se vienen celebrando bajo esa denominación desde 2010, un año antes del cese definitivo de los atentados de ETA. Sus promotores se presentan como colectivos sociales.
Desde entonces, cada año y con el respaldo del Ayuntamiento, en Alsasua se han escenificado coreografías que en ocasiones han merecido la apertura de investigaciones judiciales como cuando representaron al rey entre banderas nazis o la citada imagen del guardia civil torturando, entre otras. “Ni se os quiere ni se os necesita. Fuera de aquí”, se ha repetido como lema de los actos.
La Guardia Civil considera que estas actuaciones son la continuación de la estrategia puesta en marcha por ETA hace muchos años. Según sus informes a los que ha tenido acceso este periódico, la banda terrorista activó campañas de acoso contra la presencia de las fuerzas de seguridad desde hace más de 40 años. Ya la “alternativa táctica de KAS” (conglomerado de plataformas de la izquierda abertzale y ETA) exigía en 1976 la retirada de la presencia policial en el País Vasco y Navarra como condición para cesar los atentados.
Dos años después, la banda terrorista añadía que quería un plan de “retirada escalonada y a plazo fijo, de Euskadi Sur de la Guardia Civil, Policía Nacional y Cuerpo Superior de Policía”. La principal acción de hostigamiento de ETA fueron los atentados, pero en paralelo articuló sus tentáculos en la izquierda abertzale para crear un caldo de cultivo contrario a la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado.
Alde Hemendik
No se hizo de forma organizada hasta 1989 ya con el nombre de “Alde Hemendik” (“Fuera de aquí”). Esta estrategia se centró sobre todo en la Guardia Civil por su presencia en el ámbito rural. A mediados de los años noventa, ETA comenzó a hablar de “desmilitarización” para referirse a este objetivo.
Las fuerzas de seguridad cifran en alrededor de 100 los actos de sabotaje enmarcados en esa estrategia “Alde Hemendik” hasta el año 2009 por parte del MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco) y los llamados grupos de violencia callejera taldes “X” e “Y”, creados y dinamizados por la banda terrorista ETA para materializar acciones de las llamadas de “baja intensidad” (cortes de tráfico, barricadas ardiendo, cócteles-molotov…)
Según la documentación de la Guardia Civil, a ello contribuyeron plataformas antimilitaristas surgidas en aquella década como Malatxa o Eudima. En 2009 la Audiencia Nacional consideró que ETA acabó fagocitando Malatxa tras la ilegalización de su cantera, Segi. Respecto a Eudima, el Tribunal Superior del País Vasco declaró sus actuaciones como ilícitas en el año 2000.
"Clima de miedo"
El Instituto Armado considera que el cese de los atentados sólo es un cambio de estrategia y que el objetivo de expulsar a las fuerzas de seguridad sigue vigente. Así lo describe uno de sus informes tras las agresión a de Alsasua de 2016: “influyendo ostensiblemente y de manera negativa en la calidad de vida de los miembros de la Guardia Civil así como en la de sus vinculaciones y familiares como paso previo a su exclusión social”.
La “segunda intencionalidad” consiste en “crear un clima de miedo y rechazo entre los ciudadanos, instándoles de manera indirecta a no entablar ningún vínculo afectivo o de amistad o cortesía con miembros de la Guardia Civil, en un intento de aislarles socialmente. La no contemplación de estos preceptos por parte de algún ciudadano le convierte automáticamente en afín al Cuerpo”.
Para la Guardia Civil en este “continuo hostigamiento y generación de odio, es patente la presencia de la izquierda abertzale oficial SORTU, la que mediante el uso de la palabra y los medios de comunicación afines, prolifera en la publicación de contenidos contra las operaciones que desarrolla la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra, buscando generar sentimiento de repulsa mediante la expresión de cualquier tipo de contenido que sirva para mostrar el odio hacía la Guardia Civil en Navarra”.