Este año se ha convertido en el período que más se ha discutido sobre educación a nivel institucional. La Comisión creada al paraguas del Congreso para la elaboración de un Pacto Estatal por la Educación, con sus más de 80 comparecientes, ha propiciado el debate y ha hecho que proliferen decenas de propuestas. La discusión sobre qué impartir o qué no impartir en las clases también se ha visto fomentada a raíz del auge del movimiento independentista en Cataluña, donde algunos centros escolares se encuentran en el punto de mira por supuestas prácticas de adoctrinamiento político en las aulas.
Sin embargo, quienes defienden que hablar de política en clase no es adoctrinar, sino explicar la realidad que rodea a los alumnos para que la entiendan, suelen coincidir en que existen asignaturas, como religión, que sí son adoctrinantes y que, "encima", cuentan para nota. Los padres y madres de estudiantes religiosos insisten en que se trata de una "optativa" y que tienen libertad para elegir el centro en el que sus hijos estudian.
Quienes defienden que hablar de política en clase no es adoctrinar, suelen coincidir en que existen asignaturas, como religión, que sí son adoctrinantes y que, encima, "cuentan para nota"
También se ha visto como adoctrinamiento la reciente visita de un torero a un colegio público de Zaragoza para impartir una clase de tauromaquia a petición, supuestamente, de los alumnos "que siempre jugaban a los toros en el patio" y con el visto bueno de sus familias, aunque se tratase de algo excepcional y no de alguna asignatura. O la propuesta para incluir en la ESO una asignatura que trate contenidos afectivo-sexuales para prevenir que surjan más "Manadas", nombre con el que los cinco jóvenes sevillanos denunciados por violación en las fiestas de San Fermín de Pamplona bautizaron a su grupo de WhastApp.
Otras materias propuestas a lo largo de los últimos meses, como optativas o no -y con mayor o menor controversia-, han sido y son la religión musulmana; nutrición; cinematografía; finanzas; medios de comunicación; educación para la ciudadanía (con este nombre u otro); educación afectivo-sexual o una asignatura de 'Empatía' para prevenir el acoso escolar.
Definición
Según la RAE 'adoctrinar' es "inculcar a alguien determinadas ideas o creencias" y una doctrina es un conjunto de ideas, sean estas religiosas, filosóficas o políticas. De acuerdo a la socióloga María Gómez Garrido, de la Universidad de las Islas Baleares, desde ese punto de vista, cualquier proceso educativo implica una transmisión de ideas. "La clave está en si ese proceso está abierto al cuestionamiento y el pensamiento crítico. O, por ejemplo, a poder mostrar las distintas perspectivas sobre un mismo problema. Educamos, y no sólo adoctrinamos, cuando enseñamos que hay más de una manera de mirar el mundo y también cuando favorecemos el hacerse preguntas", considera. E insiste en que "conjuntos de ideas se transmiten en todo momento: no hay un pensamiento 'fuera de', un supuesto pensamiento neutral".
Educamos, y no sólo adoctrinamos, cuando enseñamos que hay más de una manera de mirar el mundo y también cuando favorecemos el hacerse preguntas"
La batalla contra el supuesto adoctrinamiento en algunas escuelas catalanas liderada por Ciudadanos y el PP, así como por diversas asociaciones civiles, tampoco sería considerada "neutral" por la doctora. "De hecho, la actitud autoritaria con la que están llevando el proceso, sin dejar margen para hacerse preguntas ni para el diálogo, está en las antípodas de lo que debería entenderse como procesos de educación para la ciudadanía, o mejor, aún, para el vivir en común", opina.
El liberalismo
"Hoy en día en la escuela y en nuestra sociedad hay muchas otras formas de adoctrinamiento que tienen más peso que la identidad territorial. El liberalismo, que promueve la imagen de un individuo autosuficiente y que forma para que ese individuo sea 'competitivo' en todos los ámbitos de su vida, es un marco hegemónico que domina escuela, centros de trabajo y espacios públicos", dice. "Muy diferente de nuevo, a lo que necesitaríamos: entender que somos personas vulnerables e interdependientes, y que cuando 'vencemos' al de al lado, sólo perdemos algo de nosotros mismos", concluye.
Sin embargo, en medio de la crispación política y social provocada por las diferentes posturas ante el desafío secesionista, el supuesto adoctrinamiento político en algunas aulas de Cataluña y de otras comunidades ha despertado un interés mucho mayor que el que pudieran generar otro tipo de enseñanzas. Jesús Rul Gargallo, licenciado en Filosofía e inspector de Educación en Cataluña, acaba de redactar un dictamen sobre el adoctrinamiento escolar que expondrá próximamente en el Parlamento Europeo.
La educación se diferencia precisamente del adoctrinamiento en que sus fines y sus medios se orientan a la construcción autónoma del alumno"
Para Rul, la educación se diferencia precisamente del adoctrinamiento en que sus fines y sus medios se orientan a la construcción autónoma del alumno; esto es, el desarrollo de la cognición y de la conciencia personal a través del desarrollo de propio juicio a través de la disciplina del aprendizaje en el pensamiento crítico, la racionalidad y la información selecta y objetivada. "El incumplimiento de este deber fundamental, que forma parte de la deontología docente, debe activar sin dilación la acción política, administrativa (informativa y sancionadora) y, en su caso, la penal para restablecer los derechos lesionados y el correcto ejercicio de los deberes docentes", advierte.
De acuerdo a su dictamen, que cuenta con más de 90 páginas, puede afirmarse que hay adoctrinamiento cuando una realidad social o fenómeno interpersonal está sometido a un proceso intencional -estratégico o práctico- de influencia que, mediante la realización de acciones recurrentes (reiteradas, periódicas, permanentes, gradualistas), desarrolladas por actores comprometidos (autoridades, funcionarios,
empresarios, periodistas, asociaciones, etc.), persigue el control social empleándose a fondo en el modelaje de la mente (conformar y/o transformar el "marco mental" personal a través del relato, la visión, las emociones) para incidir en las actitudes y en la conducta.
Nacionalismo catalán
"El nacionalismo catalán, como se analiza detalladamente en el dictamen, ha desarrollado durante las últimas décadas un proceso intencional, gradualista y recurrente guiado por una estrategia y práctica de influencia basada en convicciones con fines de control social de la población, en general, y del modelaje mental y conductual de los docentes y alumnos, en particular", explica el autor del dictamen, que evalúa los hechos de adoctrinamiento puntual -entre septiembre y noviembre de 2017- y los sistemáticos o habituales como "el tratamiento discriminatorio de las lenguas cooficiales y los libros de texto de Historia y Geografía con contenidos erróneos, deformados y sectarios".
"Esta estrategia y las prácticas de influencia han sido desarrolladas con empeño y profusión, especialmente desde el poder institucional que ha ejercido el nacionalismo durante mucho tiempo, aunque como es sabido, una cosa es la voluntad de influir en otros y otra cosa es que lo logre plenamente atendiendo a la capacidad de respuesta de las personas a los influjos. No obstante, su impacto ha sido considerable tanto en la vida sociocultural y política como en la vida escolar donde resulta prácticamente imposible sustraerse a su influencia", considera.