Un consejo, si estás deseando hacer ese viaje por las islas griegas y no estás seguro de si será mejor dejarlo para el futuro, hazlo ahora mismo. La España 2050 se está volviendo del color del apocalipsis. Si ya en su día el informe de Iván Redondo sobre la España del futuro alertaba de 20.000 muertos diarios por calor, ahora un documento firmado por virólogos y microbiólogos de reconocido prestigio apunta en la misma dirección distópica. En 'Las enfermedades infecciosas en 2050', elaborado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas (SEIMC), se alerta de la posible llegada del Zika a Madrid, del Chikungunya a Andalucía, de la mortalidad disparada por las bacterias multirresistentes y hasta del resurgir de "enfermedades olvidadas".
El libro, en el que participan 34 especialistas en Enfermedades Infecciosas que ejercen la práctica clínica en hospitales españoles o la investigación en centros especializados, comienza con un resumen de 16 puntos sobre el futuro epidemiológico de nuestro país que da ganas de lanzarse a la licorería: Primero se advierte que "la elevada variabilidad genética del virus de la gripe, la falta de predicción de los cambios genéticos y la existencia de reservorios animales sugieren que la aparición de futuras pandemias es una amenaza real".
También se alerta de que no está todo dicho respecto a la covid-19: "El futuro de la infección por SARS-CoV-2 es incierto debido a que la duración de la inmunidad adquirida a través de la vacunación y/o de las infecciones ocurridas es desconocida y a la eventual aparición de nuevas variantes con capacidad de escape inmunológico y/o de producir enfermedad grave".
A su vez, se prevé un incremento "de la población expuesta a infecciones de transmisión sexual, lo que provocará una alta morbilidad (cantidad de personas que enferman en un momento determinado) y "la aparición de nuevos agentes responsables de producir hepatitis de curso grave". Persistirá una alta "morbi-mortalidad por tuberculosis" y "el efecto del cambio climático sobre la distribución de diversos artrópodos vectores de enfermedades infecciosas y los hábitos migratorios de especies que actúan como sus reservorios puede provocar epidemias de dengue, Zika o Chikungunya en nuestro país".
Zika en Madrid, Chikungunya en Andalucía
Uno de los aspectos más llamativos y preocupantes figura en el capítulo sobre las consecuencias del cambio climático en la propagación de enfermedades africanas en nuestro país, elaborado por Francisco Javier Membrillo, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Gómez Ulla en Madrid, y Miriam José Álvarez, parasitóloga del Hospital Clínic de Barcelona.
Estos especialistas concretan que el cambio climático va a influir en los hábitos migratorios de especies como los artrópodos (insectos, arácnidos, etc.) con la consecuente llegada a España de mosquitos transmisores de Zika, dengue y otras enfermedades que hoy suenan muy lejanas.
"El mosquito Aedes albopictus está presente en una amplia área geográfica de España, y ya se han detectado los primeros casos de trasmisión de virus del dengue autóctonos en nuestro país. Esta enfermedad puede cursar con un espectro variable desde cuadros leves, hasta una fiebre hemorrágica con riesgo vital. El mismo vector tiene capacidad de transmitir la infección por el virus del Chikungunya, que, aunque menos grave, puede producir con más frecuencia secuelas incapacitantes a medio-largo plazo", explican.
Las condiciones climáticas podrían suponer la aparición de epidemias de dengue, Zika o Chikungunya en todo el sur, centro y Levante español produciendo entre "cientos y cientos de miles de contagios". Además, podría suponer la reintroducción de virus erradicados en España como la malaria (desaparecida en 1964).
La medicina moderna, en riesgo
Por supuesto, también consideran que es más que probable la emergencia de nuevos agentes zoonóticos como la viruela del mono y creen que el "empleo de agentes biológicos, microorganismos patógenos o toxinas como armas o medio de intimidación" será una amenaza real en 2050. La lista de los horrores continúa con "las 'enfermedades olvidadas' (neglected diseases) en migrantes y refugiados, que se incrementarán por el aumento de la llegada de los mismos". En este sentido, comentan que el aumento de población en el África subsahariana y el consiguiente incremento de la migración dará lugar a la proliferación de patologías como el sarampión, el cólera y la tuberculosis.
Se prevé un incremento de casos de fiebres hemorrágicas virales en España; las infecciones en pacientes inmunodeprimidos por trasplantes de órganos o el empleo de terapias inmunosupresoras aumentarán; es muy probable el aumento de la morbimortalidad de las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria (las IRAS); el incremento continuado de las infecciones asociadas a dispositivos médicos implantables será un grave problema de salud; y el aumento constante de las infecciones causadas por bacterias y hongos resistentes a los antimicrobianos pondrá en riesgo la medicina moderna.
Este último punto lleva advirtiéndose desde hace largo tiempo por los epidemiólogos. De hecho, como se recoge en el libro, en 2016 ya se publicó un informe encargado por el gobierno del Reino Unido, y que posteriormente tuvo una enorme notoriedad, en el que se indicaba que, de no tomarse medidas frente a las resistencias a los antimicrobianos, en el año 2050 se producirían en el mundo más de 10 millones de muertes, siento incluso superior a la mortalidad producida por el cáncer.
