Una estafa del ascensor deja colgados a centenares de vecinos en Cantabria y Asturias

Una derrama para instalar un ascensor. Unas obras que nunca terminan. Unos trabajadores que desaparecen. Una empresa que deja de contestar a las llamadas de sus clientes. Estas son las cuatro 'patas' de la ya denominada estafa del ascensor que está generando quebraderos de cabeza a más de un centenar de vecinos de Cantabria y Asturias. Los damnificados explican en una entrevista a Vozpópuli que los constructores han dejado las comunidades 'empantanadas' y se han llevado todo el dinero sin concluir sus labores.

Una de estas víctimas, José Manuel, ha decidido dar un paso al frente y sacar a la luz el problema que están viviendo en sus propias carnes. Este hombre explica a Vozpópuli que el comienzo de su calvario no es distinto al de otras comunidades de propietarios. "Necesitábamos ascensor porque entre los inquilinos hay personas mayores o discapacitados", resalta.

El siguiente paso es que se apruebe su instalación en la Junta de Vecinos y se pide presupuesto. Estas residentes cántabros se pusieron en contacto con OTIS en Cantabria que les facilitaron el contacto de una empresa llamada Grandastur 2007 SL. "Dieron un presupuesto casi imposible de no aceptarlo", recuerda. Vozpópuli ha tenido acceso al presupuesto de esta empresa que alcanzaba un 87.800 euros.

La autorización de todo este proceso llegó en noviembre de 2022. Un mes después comenzaron las derramas del ascensor, las cuales se iban pagando de forma mensual hasta la actualidad. Sin embargo, según explica José Manuel, las obras no comenzaron hasta enero de 2024.

Sin rastro de los ascensores

"Trabajaron 15 días como mucho alternando hasta dos meses sin aparecer", detalla este hombre. Debido a todas las molestias generadas por los trabajos inacabados la comunidad de propietarios dio un paso adelante y comenzó a llamar al propietario de Grandastur 2007 SL. "Dejó de contestar a las llamadas, a los correos y al burofax. Hasta el día de hoy", recalca.

José Manuel, que es vecino de Castro Urdiales, movió sus hilos y localizó otras 19 comunidades de vecinos en Cantabria y Asturias que tienen en la actualidad el mismo problema. Algunos de ellos ya pagaron la totalidad de la obra del ascensor sin los resultados pactados. Hay centenares de propietarios afectados.

La empresa contratada para realizar estas labores tiene su sede en Avilés. Precisamente en esta localidad también hay dos edificios que contrataron sus servicios y no han sido realizados. Otra compañía de la zona se ha comprometido a hacerse cargo de las obras pero no reciben contestación por parte del propietario.

"La verdad es que yo al ver que esto no se hacía público y este señor podría estar haciendo de las suyas, por otro lado, me anime a ponerlo en conocimiento de todo aquel que quisiera oírme y poder encontrar a más afectados para que esto no le sucediera a nadie más", aclara José Manuel. "Nosotros no pedimos dinero, sino que se nos acabe las obras empezadas y como esta empresa vino recomendada por Otis que se haga responsable de dichas obras", subraya.

La respuesta de OTIS

Los afectados han creado una página en Facebook para que otros damnificados puedan contactar con ellos y hacer un grupo de presión. "Uno o dos no podríamos hacer nada contra esta multinacional pero como he comentado anteriormente siendo un grupo a los cuales podemos hacer piña dicha multinacional tendrá que tomar su responsabilidad en esta estafa", señalan.

La empresa OTIS, en declaraciones a Onda Cero, ha negado cualquier tipo de "vinculación contractual o mercantil" con los encargados de realizar las obras de los ascensores. No obstante, reconocen que recomendaron supuestamente a esta sociedad que tiene su enclave en el municipio de Avilés.

OTIS ha defendido que "no son parte de estos caso" y no tienen ninguna vinculación con la empresa que desatiende a sus clientes. Mientras todo esto se produce los vecinos tienen parte de las obras pagadas, no cuentan con ascensores y los espacios comunes de los edificios están intransitables por los trabajos paralizados.