Desde pequeños se inculca la tradición de tomar leche. Ya sea para el correcto crecimiento de los más pequeños, hasta para fortalecer los huesos. La leche es el alimento que se incluye en todas las dietas. Con el paso de los años, hay división de opiniones entre los expertos sobre el consumo de esta bebida. Hay dos bandos bien marcados: los que son partidarios de consumir leche y los que consideran que no es del todo saludable. Aun así, este producto se encuentra en la mayoría de las neveras de los españoles y se bebe diariamente.
La fecha de caducidad no es un mero indicador para hacerse una idea del tiempo en el que se debería tomar, sino que es una alerta para evitar posibles intoxicaciones o agravios de mayor gravedad. Consumir los alimentos en buen estado es fundamental para que no se produzcan dolencias en el organismo y si hay algo que huele mal o está en mal estado se debería tirar automáticamente a la basura. A continuación, te contamos cuáles son los factores que se debe tener en cuenta para identificar si la leche está mal estado.
Si encuentras esto en un tetra brick de leche, no te la bebas
Ingerir esta bebida en mal estado provoca vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre y dolor de cabeza, siendo en el mejor de los casos unas dolencias que en menos de unos días se pasaran. Hay que tener esto muy en cuenta, debido a que si los efectos secundarios fueran a peor pueden hacerte pasar unos días muy malos e, incluso, acabar en el hospital con un lavado de estómago. Además, con la leche hay que tener especial cuidado, ya que es un producto susceptible a infectarse o, si no se almacena correctamente,a cortarse.
¿Cómo saber si la leche está en mal estado? Lo primero en lo que debemos fijarnos es en el olor. Si el tetra brick al destaparlo desprende un aroma que nos parece poco familiar, lo mejor que se puede hacer es descartar el producto. Normalmente, el aroma de la leche cuando está en mal estado recuerda al de un yogur fermentado, es decir, un olor a ácido que genera náuseas.
Otro punto a tener en cuenta es el color. Por todos es sabido que esta bebida es blanca. En el caso de echar la leche en una taza y al observarla tiene un color amarillo o, en el peor de los casos, marrón, hay que tirar inmediatamente la bebida a la basura o al fregadero. Por último, la textura de la leche es el factor diferencial. Esta bebida no es del todo líquida, sino que tiene un poco de cuerpo. Sin embargo, si es grasienta, tiene grumos y parece cortada, debes deshacerte de la leche.