Extremadura es una de las comunidades autónomas de nuestro país que forman parte de la llamada ‘España vaciada’. Es decir, zonas que cada vez tienen menos población debido a que los jóvenes se marchan de su tierra en busca de oportunidades. Esto es algo que va a cambiar, ya que el objetivo de la autonomía es convertirse, en cierto modo, en la Silicon Valley española de las renovables.
Los motivos para creer esto son dos: la primera, que en Cáceres se encuentra un enorme yacimiento de litio, el segundo más grande de Europa. Recordemos que esta materia prima es esencial para desarrollar baterías para los coches eléctricos. Por otro lado, la enorme apuesta del ejecutivo extremeño por ser una zona puntera en cuanto a desarrollo de hidrógeno verde.
El objetivo de crear una economía en torno a estos dos sectores es desarrollar una industria auxiliar y de alta capacitación para después, hacer que el talento joven que ‘ha volado’ de Extremadura regrese a su tierra. De esta forma, no solo se logrará riqueza, también repoblar un área donde predomina el trabajo rural e industrial.
Extremadura, puntera en la fabricación de baterías
A partir del año 2035, la Unión Europea prevé dejar de vender coches de combustión. De esta forma, solo será posible adquirir vehículos 100% eléctricos, que están alimentados gracias a baterías de litio. La idea es buena, pero Europa tiene un problema de dependencia: China domina de forma casi monopolística la producción de estos componentes. Si tienen problemas de suministro, algo que ya ha sucedido, supondrá la paralización de las fábricas europeas.
Es por eso que Europa ya tiene un plan de contingencia a nivel continental para asegurar su propia producción. En España habrá dos plantas, una en Barcelona desarrollada por Seat y otra en Extremadura, gracias a la inversión de la empresa española Phi4Tech.
El litio se traducirá en una inversión de más de 700 millones de euros en Extremadura
La planta de Extremadura promete ser especialmente competitiva, dado que tendrá casi toda la cadena de valor en la propia región. El litio se extraerá en las minas de Cañaveral y Monesterio para después ser tratado en Cáceres y montado en baterías en Badajoz. La inversión será enorme, de 250 millones de euros y las fábricas comenzarán a levantarse a finales de este mismo año. Creará 1.600 empleos que se repartirán entre las dos provincias.
Se une al proyecto de San José de Valdeflorez en Cáceres, que aunque ha estado repleto de polémica por el impacto medioambiental que supone la extracción de litio a cielo abierto, parece que se llevará a cabo gracias a un proyecto de soterramiento que no afectará a la fauna y flora local. Esta inversión será de 455 millones de euros y dará empleo a 710 personas de manera directa y a otras 1.600 de forma indirecta.
La extracción será llevada a cabo por Sacyr y la australiana Infinity Lithium, a través de su filial, Extremadura Mining. Se estima que en esa mina hay litio suficiente como para trabajar de manera ininterrumpida durante los próximos 26 años.
El hidrógeno verde para consolidar el futuro
Extremadura también apostará por el hidrógeno verde y es el segundo paso dentro del plan energético de la comunidad. ¿Cuál es la diferencia respecto al hidrógeno normal? Pues que en este caso, se produce mediante energías renovables y por tanto cumple con el mandato de descarbonización total que la Unión Europea quiere conseguir para 2050. Será respetuosa con el medio ambiente en su uso, al igual que el hidrógeno 'normal', pero también en su producción.
Este se consigue mediante un proceso llamado electrólisis, que consta de separar los elementos que forman el agua, en este caso, el hidrógeno y el oxígeno. Se consigue a través de la electricidad, que en el caso del hidrógeno verde, se produce mediante fuentes renovables como las placas solares o los molinos de viento.
El hidrógeno verde se produce gracias a la generación de electricidad mediante el sol o el viento
¿Por qué Extremadura es un enclave difícil de superar para levantar esta industria? Porque allí está el 40% del agua embalsada que existe en la Península Ibérica, de manera que existe la materia prima necesaria para extraer el hidrógeno. Además, la cantidad de terreno sin urbanizar, los vientos que soplan y la cantidad de horas de sol le convierten en un lugar propicio para producir energía solar y eólica.
La movilidad eléctrica es la antesala del hidrógeno, que además de ser prácticamente inagotable permitirá mejorar la logística del conductor. Esto se debe a que esta materia prima se puede repostar a la misma velocidad que la gasolina, tan solo emite vapor de agua y no requerirá tener una plaza de aparcamiento en casa para cargar el vehículo. El litio se considera una gran oportunidad para la región, pero el hidrógeno verde es lo que puede consolidar a Extremadura como un referente a nivel europeo.
En estos momentos, se produce un 10% del hidrógeno que será necesario para cubrir la demanda de 2050, porcentaje del cual, solo el 4% es verde.
Esto se debe a que, como puedes leer arriba, China ya tiene el dominio de las baterías de litio y para competir contra el país asiático, es necesaria la colaboración de toda Europa. Ya hay grandes proyectos de fábricas de baterías en Alemania o Italia. En cuanto a esta tecnología, el objetivo de ser pioneros porque todavía no es competitiva. Se estima que en estos momentos, se produce un 10% del hidrógeno que será necesario para cubrir la demanda de 2050, porcentaje del cual, solo el 4% es verde. Esto quiere decir que nadie está explotando este recurso por su baja competitividad actual, pero será un producto de alta demanda en el futuro.
Alrededor del hidrógeno verde, Extremadura quiere crear un gran tejido industrial, fábricas auxiliares incluidas, para garantizar el futuro de la región en el sector de las renovables. El litio es una gran oportunidad, pero tiene fecha de caducidad: llegará un momento en el que dejará de ser poco productivo por su agotamiento, ya que comprar esta materia prima será prohibitivo.
