"El feminismo es de todas, no bonita, nos lo hemos currado en la genealogía del pensamiento progresista, del pensamiento socialista", dijo la secretaria de Igualdad y vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo. Sus declaraciones han suscitado reacciones críticas en distintas direcciones, incluso en personas vinculadas al movimiento feminista, al que la Real Academia Española define como aquel que busca la aplicación del "principio de igualdad de derechos del hombre y la mujer".
"Poner etiquetas no va a ayudar Sra. Calvo, el feminismo es de todas y también de todos", expresa por ejemplo Marien Pozanco, responsable de programas de prevención del Acoso Sexual promocionados por la asociación feminista Mujeres en Igualdad.
Clara Campoamor no era socialista, se definió ciudadana antes que mujer, mujer antes que republicana"
"El feminismo es de todos; no son buenos los cupos", ha dicho por su parte la primera mujer en alcanzar el rol de general en el Ejército, Patricia Ortega, en entrevista con Más de Uno. "El feminismo es de todos, entendido como una parte de los Derechos Humanos de todos. Es un tema que extrapola el género. Es un tema económico, es un tema social".
Trasciende la ideología
La respuesta más contundente a las palabras de la secretaria de Igualdad socialista ha llegado, en cualquier caso, la Asociación Clara Campoamor. "Clara Campoamor no era socialista, se definió ciudadana antes que mujer, mujer antes que republicana. Ese es el feminismo que representa la Asociación Clara Campoamor", ha dicho su presidenta, Blanca Estrella, en conversación con Vozpópuli.
Estrella va más allá de la frase y explica su postura. "El feminismo es una actitud personal, que trasciende totalmente a la ideología. Es un compromiso personal que adquiere cada mujer", dice la presidenta de Clara Campoamor. "En España hay cuatro mujeres que se pueden considerar precursoras del movimiento feminista: Emilia Pardo Bazán (1851-1921), Concepción Arenal (1820-1893), María Cambrils (1878-1939) y Clara Campoamor (1888-1972). Eran ideológicamente opuestas - Cambrils, por ejemplo, sí era socialista pero Arenal, católica, y Campoamor, atea - pero les unía la defensa de los derechos de la mujer".
Paralelamente, este medio ha intentado contactar con la Coordinadora Feminista Estatal y la Asamblea Feminista de Madrid para recabar su valoración de las declaraciones de Calvo pero no ha obtenido respuesta.
