El buque Ártabro ha concluido las tareas de inspección de los restos del Villa de Pitanxo y ya regresa hacia el Puerto de Vigo. Los ROV (vehículos operados remotamente) descendieron este pasado sábado en el punto donde naufragó el barco en febrero de 2022 y durante dos días han realizado sendas grabaciones. Tal y como confirma la portavoz de las familias de las víctimas, María José de Pazo, no se ha encontrado ningún cuerpo.
La inspección del pecio ha servido para recopilar imágenes que ayudarán a esclarecer qué ocurrió el día del naufragio, si bien los equipos del Ártabro no han hallado el cadáver de ninguno de los 12 marineros desaparecidos. A bordo de este buque viajan dos peritos judiciales de la Audiencia Nacional, un perito solicitado por las familias de las víctimas y un miembro de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim).
El pesquero gallego Villa de Pitanxo naufragó a 450 kilómetros de la costa de Terranova en febrero de 2022, acabando con la vida de 21 de los 24 marineros a bordo. A partir de ahí, las familias de los fallecidos han tratado de averiguar qué sucedió, por lo que siempre han pedido que se baje al pecio para buscar pruebas.
Investigación
Durante la instrucción, el juez ha tomado declaración al patrón del pesquero, Juan Padín, en calidad de imputado, a su sobrino Eduardo Rial y al marinero Samuel Kwesi, como testigos, al ser los únicos supervivientes del naufragio.
La investigación judicial se debe a que Kwesi ofreció una versión que contradice la expuesta por Padín y Rial, y que apuntaría a posibles negligencias por parte de estos que habrían desencadenado en la tragedia. Tras tomarles declaración, el magistrado prohibió salir de España al patrón del pesquero, le retiró el pasaporte y le impuso la medida cautelar de comparecer cada quince días en sede judicial y estar localizado. Ahora, la inspección del barco servirá de prueba para el caso.