Francisco Pérez Cobos seguirá en la presidencia del Tribunal Constitucional tras recibir el apoyo del resto de los magistrados, que no ven incompatibilidad en ser miembro de este órgano y haber militado en un partido, en su caso, el PP, del que pagó cuotas hasta el año 2011. El País reveló este jueves que Pérez Cobos había tenido carné del Partido Popular, militancia que está prohibida a los jueces sea ésta u a otra formación política. De inmediato se desató una controversia jurídica respecto a si dicha incompatibilidad es de aplicación a los miembros del TC.
El argumento que esgrimen los magistrados es que el alto tribunal no es Poder Judicial, por lo que no rige para él la Ley Orgánica del Poder Judicial sino la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, que establece distinciones en el capítulo de incompatibilidades. En su artículo 19 reza que el cargo de magistrado del TC es incompatible "con el desempeño de funciones directivas en los partidos políticos, sindicatos, asociaciones, fundaciones y colegios profesionales", no con la militancia en los mismos. En similares términos se recoge en el artículo 159.4 de la Constitución, aunque es cierto que la Carta Magna hace una acotación que origina las diferencias de lectura, respecto a que "en lo demás, los miembros del TC tendrán las incompatibilidades propias de los miembros del Poder Judicial".
Pérez de los Cobos dejó de pagar su cuota de militante del PP en 2011, aunque ese simple gesto no supondría su baja automática como afiliado salvo que lo hubiera reclamado explícitamente al partido o que, después de muchas cuotas impagadas, fuera la propia formación política la que le hubiera dado de baja.
Lo cierto es que este jueves hubo un cierre de filas absoluto en torno a Pérez de los Cobos, del que cabe decir que fue el primer presidente del TC que consiguió el voto unánime de los once magistrados del TC, hecho que no se daba desde 1992. No lo consiguieron ni Pascual Sala, ni María Emilia Casas, ni Manuel Jiménez de Parga, ni Pedro Cruz, ni Álvaro Rodríguez Bereijo. Y esa unanimidad, que se consiguó también en torno a su número dos, la progresita Adela Asúa, volvió a actuar ayer dado que nadie en el TC reclamó su dimisión tras una reunión extraordinaria del pleno que el propio Pérez de los cobos convocó.
Lo cierto es que el Constitucional tiene sobre la mesa cuestiones muy candentes como la declaración soberanista del Parlamento catalán; el euro por receta de Cataluña y Madrid; el aborto; la ley antideshucios de la Junta de Andalucía o la no revalorización de las pensiones.