Galicia

Balance de la campaña gallega: el nerviosismo de Rueda y el disfraz ‘moderado de Pontón’

Por su parte, Besteiro hace los coros al BNG y Marta Lois suma más bien poco

  • La candidata del Bloque Nacionalista Galego (BNG) a la presidencia de la Xunta, Ana Pontón y el candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro posan a su llegada al último debate electoral para las elecciones gallegas del -

La campaña electoral gallega ha entrado ya en el sprint final y los candidatos de todos los partidos tienen estudiado al milímetro el plan de ataque que desplegarán para aprovechar al máximo las pocas horas que quedan de combate, de lucha cuerpo a cuerpo para intentar atraer a los indecisos que todavía no tienen claro a quién votar y para movilizar a los numerosos ciudadanos que integran el ‘batallón abstencionista’. El sábado tocará recluirse en los cuarteles para respetar la llamada jornada de reflexión y el domingo tendrá lugar la verdadera batalla ante unas urnas que esperan a casi 2.700.000 electores, de los cuales cerca de 500.000 residen de forma permanente en el extranjero.

Y bien, ¿cómo ha transcurrido la campaña hasta ahora? ¿Qué aspirantes a presidir la Xunta de Galicia la han aprovechado mejor a la hora de vender sus respectivas ‘mercancías’? ¿Habrán servido para algo tantos mítines, tantas promesas, tantas acusaciones, tanto fuego cruzado y tantas arengas? ¿Hay candidatos que lo han hecho bien y otros a los que les hubiese rentado más quedarse en casa? Vayamos por partes…

En el caso de Alfonso Rueda, todo indica que el candidato popular ha sabido vender con convicción su perfil de político moderado y que apuesta siempre por el ‘sentidiño’ frente a la improvisación y las arengas de corte populista. Su papel hasta el momento ha consistido en presentarse ante el electorado como un gestor responsable de los recursos públicos y como un estadista sensato que huye de los radicalismos como de la peste, pero quizá le ha faltado poner algo más de pasión en sus intervenciones públicas.

Ha acertado, sin duda, a la hora de atraer hacia su terreno a los votantes moderados y centristas que repudian los sobresaltos, las ideas ‘peregrinas’ y los sectarismos ideológicos, aunque no pocos analistas opinan que ese ‘nicho’ ya lo tenía ganado de antemano y que podría haber aprovechado mejor, mediante una estrategia más incisiva, las innumerables flaquezas de la oposición. Otra cuestión que no ha pasado desapercibida es que el PP, en general, ha transmitido cierta sensación de nerviosismo y de agobio, como si se hubiese plegado ante el empuje triunfalista de una oposición que parece que ha acabado creyéndose que tiene el triunfo al alcance de la mano pese a que la gran mayoría de las encuestas apuntan hacia otra dirección. Es decir, a que Alfonso Rueda conservará, aunque sea por la mínima, la mayoría absoluta.

El 'no' de Rueda al debate de RTVE

En cuanto a la decisión de no acudir al debate celebrado este miércoles en las instalaciones de RTVE en Santiago de Compostela, en el que sí intervinieron los candidatos del BNG y del PSdeG, los responsables de la campaña electoral del PP están probablemente arrepentidos de haber imitado la estrategia seguida en las pasadas elecciones generales, cuando pensaron que Nuñez Feijóo tenía despejado el camino hacia las elecciones generales. En todo caso, son muchos los electores que no entienden muy bien por qué Alfonso Rueda no acudió a batirse en duelo contra Ana Pontón y Gómez Besteiro, sobre todo teniendo en cuenta que el candidato popular logró salir airoso del anterior debate celebrado en la TVG, donde tuvo que enfrentarse en solitario, con éxito, ante cuatro contrincantes de la misma ‘cuerda’.

Sobre Ana Pontón, quizá su mayor acierto ha consistido en ocultar el verdadero programa del BNG, que defiende sin tapujos la independencia de Galicia por ser una comunidad supuestamente oprimida por el ‘represor’ Estado español, bajo un sinfín de disfraces elegidos minuciosamente con el objetivo de camuflar dichas ideas bajo un manto de aparente moderación. Es decir, el ‘nacionalismo amable’ al que tanto se refieren los estrategas del partido en un intento de dulcificar su proyecto secesionista. Lo cierto es que Pontón, que milita en el ala más radical y marxista del Bloque, la UPG, ha tenido la habilidad de presentarse como una líder templada y hasta comedida pese a que su programa electoral es de todo menos moderado. De hecho, defiende con entusiasmo el uso exclusivo de la lengua gallega en el ámbito educativo, propone expulsar de forma progresiva de Galicia a la Policía Nacional y a la Guardia Civil para sustituir los cuerpos de seguridad estatales por grupos policiales ‘autóctonos’, apuesta por crear un sistema jurídico propio y hasta defiende alterar el ordenamiento territorial para suprimir las provincias.

El PP, que inició la campaña un tanto tibio a la hora de desvelar la verdadera ‘cara’ del BNG, sí está centrado ahora en despojar a Pontón de su disfraz supuestamente moderado y en advertir de los riesgos que corre Galicia si la presidencia de la Xunta acaba en manos de un partido independentista de corte radical, pero habrá que ver si su mensaje está calando lo suficiente en el electorado. Tanto Rueda como Feijóo también han desplegado ahora toda su artillería con el fin de denunciar que el PSOE está dispuesto a todo, incluso a poner en bandeja la presidencia del gobierno autonómico a un partido que desea romper la unidad nacional, con tal de echar al Partido Popular de la Xunta, de forma que quizá su mensaje acabe frenando las altísimas expectativas del BNG de cara al 18-F. De momento, casi todas las encuestas apuntan a que experimentará un importante incremento de escaños y que superará sin problemas los 19 con que cuenta en la actualidad.

La 'mochila' de Besteiro

En cuanto a Gómez Besteiro, el candidato socialista no ha logrado ‘despegar’ en toda la campaña y todo indica, si las encuestas no se equivocan de una forma rotunda, que el PsdeG se llevará un buen ‘palo’ el día de las votaciones. Muchos analistas creen que el político lucense no se ha visto beneficiado por el apoyo prestado por Pedro Sánchez, que se ha volcado por completo en la campaña gallega, y que le hubiese ido mejor intentando quedar al margen de los muchos escándalos y polémicas que rodean al PSOE nacional por cuestiones tan controvertidas como la ley de amnistía, las cesiones a las fuerzas independentistas o el asesinato, por parte de varios narcotraficantes, de los dos guardias civiles que prestaban servicio en Barbate, pero lo hecho hasta el momento ya no tiene marcha atrás. Con toda esa pesada ‘mochila’ a la espalda, Gómez Besteiro parece haberse resignado a ejercer el papel de simple comparsa ante Ana Pontón, que logró destacar mucho más que él en los dos debates televisivos emitidos durante la campaña, y su principal objetivo ya solo consiste en que el resultado de las elecciones no sea demasiado humillante para el PSOE.

Si Besteiro no ha logrado brillar con luz propia en toda la campaña, menos aún lo ha hecho la candidata de Sumar, Marta Lois, que se juega quedarse fuera del Parlamento gallego después de haber renunciado a su cómoda acta en el Congreso de los Diputados. Si los peores pronósticos se cumplen (las encuestas le otorgan entre 0 y 2 escaños), el fracaso será aún más doloroso para Yolanda Díaz que para ella, porque pondrá de manifiesto el nulo entusiasmo que despierta Sumar en la región natal de la vicepresidenta segunda del Gobierno. Eso sí, siempre le quedará la posibilidad de recurrir al refrán según el cual nadie es profeta en su tierra.

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