Galicia

La irrefrenable decadencia del PSOE gallego: de alternativa hegemónica a muleta del nacionalismo

Desde el bipartito liderado por Pérez Touriño, los socialistas han perdido 11 escaños en el Parlamento autonómico

  • Besteiro y Sánchez -

Han pasado ya casi dos décadas desde que, en 2005, Manuel Fraga tuvo que hacer las maletas e irse con la música a otra parte después de ocupar durante 15 largos años el ‘trono’ de la Xunta de Galicia. Aquel 19 de junio, el incombustible ‘león de Vilalba’ se quedó a las puertas de conseguir la mayoría absoluta al obtener 37 escaños, uno menos de los necesarios para conservar el poder, y la comunidad autónoma pasó a ser gobernada por una coalición integrada por el PsdeG y el BNG con el socialista Emilio Pérez Touriño al frente del timón. Fue el llamado ‘gobierno bipartito’, cuya tormentosa singladura duró tan solo cuatro años jalonados por un sinfín de tensiones y desencuentros entre el comandante jefe y su segundo de abordo, el vicepresidente nacionalista Anxo Quintana.

La realidad de aquella experiencia es que Galicia pasó a estar gestionada por dos gobiernos paralelos con escasas ganas de entenderse. Lo que ocurrió después es de sobra conocido. En 2009, como apuntaban casi todos los pronósticos, la nave ‘bipartita’ se fue a pique y el mando de la Xunta gallega pasó de nuevo a manos del PPdeG con un nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo, al frente, que en 2022 nombró sucesor a Alfonso Rueda para coger las riendas del Partido Popular a nivel nacional.

Algo muy parecido a lo ocurrido en aquel lejano 19 de junio de 2005 podría repetirse este domingo si Alfonso Rueda, que se presenta por primera vez como candidato a la presidencia de la Xunta, pierde la mayoría absoluta frente a sus rivales de izquierdas. Muchas encuestas apuntan a que eso no sucederá, pero algunas dibujan un panorama de incertidumbre en el que el PP podría caer por la mínima. Como le ocurrió a Fraga hace casi 20 años. De cualquier forma, si eso llega a suceder la composición y el mando del nuevo gobierno bipartito o ‘multipartito’ de izquierdas será muy diferente al de entonces, porque en este caso estaría pilotado por el Bloque Nacionalista Galego, al que las encuestas otorgan bastantes más escaños que a un PSOE en caída libre y cuya única aspiración consiste ya en convertirse en una especie de muleta del BNG con tal de conseguir el destierro del PP de la Xunta.

Mucho han cambiado las cosas, siempre a peor, en el PSOE gallego durante los últimos años. Y las encuestas indican ahora que las leyes de Murphy podrían cumplirse en el sentido de que “cualquier situación, por mala que sea, siempre es susceptible de empeorar”. Así, el candidato socialista a la presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, podría hundir este domingo el PsdeG hasta su mínimo histórico en el caso de que, como apuntan bastantes sondeos, el partido pierda su actual suelo de 14 escaños. Las previsiones ni siquiera son optimistas por parte del Centro de Investigaciones Sociológicas, que en su último informe destaca que el partido liderado por Pedro Sánchez está en riesgo de bajar hasta las 9 actas parlamentarias, aunque dibuja una horquilla tan amplia que también podría quedarse como está y alcanzar los 14 diputados. Todo ello frente a un BNG supuestamente imparable que, según el CIS, superará de forma muy holgada el número de escaños actual, 19, hasta alcanzar un récord histórico que sitúa entre las 24 y las 31 actas.

La situación del PsdeG en 2005, cuando Pérez Touriño alcanzó la presidencia de la Xunta, era muy diferente a la actual. De aquella, los socialistas obtuvieron 25 escaños frente a los 13 del BNG. Cuatro años después, aunque el bipartito tuvo que desalojar la Xunta tras conseguir Núñez Feijóo 38 diputados, el PSOE mantuvo el listón anterior y el que bajó un poco, hasta los 12 escaños, fue el Bloque. En 2012, con la irrupción de la AGE en el mapa político gallego, todo empezó a venirse abajo tanto para los socialistas como para los nacionalistas que no siguieron los pasos de Xosé Manuel Beiras. En las elecciones celebradas ese año, el PP de Feijóo remontó hasta los 41 años mientras que el PsdeG perdió de golpe siete diputados, quedándose con solo 18 en un Parlamento de 75. La bofetada fue aún más gorda para el BNG, que bajó hasta los 7 escaños debido al empuje de AGE, que entró en la Cámara autonómica con 9 parlamentarios. En 2016, el naufragio de los dos partidos que integraron el bipartito de 2005 alcanzó la sima más honda por efecto de las ‘Mareas’, de forma que el PSOE se quedó con 14 diputados y el Bloque solo con 6. El milagro para la agonizante familia ‘bloqueira’ llegó en las últimas elecciones autonómicas de 2020, en las que el partido liderado por Ana Pontón adelantó de una forma espectacular a sus antiguos ‘socios’ socialistas y se convirtió en la primera fuerza de la oposición con 19 actas parlamentarias, frente a las 14 del PSOE.

Como resulta fácil de apreciar, mientras el Bloque salía del coma y recuperaba con fuelle las posiciones perdidas, superando con creces su mejor marca histórica, el PsdeG recorría el camino contrario hacia la unidad de cuidados intensivos. Pese a todo, tanto Pedro Sánchez como Gómez Besteiro no parecen estar muy preocupados por esta circunstancia. Su principal objetivo es, ahora, echar al PP de la Xunta aunque sea a costa de entregar el Gobierno gallego a un partido independentista. El 18-F se sabrá si lo consiguen.

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