Galicia

Varias autonomías estudian imitar a Galicia en su "guerra" contra las bebidas energéticas

Casi la mitad de los estudiantes españoles de entre 14 y 18 años son consumidores asiduos de estos falsos “refrescos” y, entre ellos, doce de cada cien toman más de siete litros al mes

  • Bebidas energéticas

Todo indica que, más pronto que tarde, varias comunidades autónomas seguirán el ejemplo pionero de Galicia en torno a la prohibición o regulación de la venta de bebidas energéticas a los menores de edad. La Xunta ya tiene buena parte del trabajo adelantado y en 2024, como publicaba Vozpópuli el pasado día 18, tiene previsto dar luz verde a una ley que equiparará el consumo de dichos productos al alcohol, con el consiguiente veto a los menores de dieciocho años, pero varias regiones reconocen su intención de poner también control a unos hábitos que han disparado las alarmas en numerosas instituciones sanitarias debido al alto porcentaje de adolescentes que compran bebidas hiper estimulantes con el objetivo de aguantar largas noches de fiesta sin desfallecer, mantenerse despiertos en clase o rendir más en épocas de exámenes.

Los datos hablan por sí mismos: casi la mitad de los estudiantes españoles de entre 14 y 18 años son consumidores asiduos de estos falsos “refrescos” y, entre ellos, doce de cada cien toman más de siete litros al mes. Un porcentaje similar llega a tomar un litro o más durante una sola jornada. Una barbaridad, en opinión de destacados expertos, si tenemos en cuenta que una lata de medio litro de algunas de las marcas más populares contiene la misma cafeína que dos o tres cafés expresos tomados de golpe y el azúcar equivalente a más de diez cucharaditas, entre otras sustancias nada recomendables ni para los jóvenes ni para los adultos.

Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Navarra y el País Vasco son las autonomías cuyos gobiernos prevén estudiar la regulación de estas bebidas, mientras otras regiones, como Castilla y León y la Comunidad Valenciana, ya han comenzado a abordar esta cuestión, según un informe elaborado por EFE. Según el consejero de Sanidad de Castilla y León, Alejandro Vázquez, este es un asunto que “hay que estudiar bien” porque “tiene muchos componentes”, por lo se adoptará una decisión una vez que se analicen "todas las variables". En la Comunidad Valenciana, donde el 45% de los jóvenes reconocen comprar a menudo “refrescos” estimulantes, la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones ya está llevando a cabo un “estudio sensato, reflexivo y sereno” sobre esta problemática “con el ánimo de hacer un abordaje que pueda resolverlo”. Además, el gobierno autonómico solicitará al Ministerio de Sanidad abordar en un Consejo Interterritorial el problema de adicción a estos productos.

Por su parte, fuentes de la Conselleria de Salud de Baleares consideran que regular la venta de bebidas energéticas a los menores de edad es una iniciativa a "explorar y valorar", mientras el Gobierno de Aragón estudia diseñar acciones para concienciar a los adolescentes del riesgo que entraña su consumo, aunque de momento no contempla prohibirlo, como sí anuncia Galicia. En el caso de Castilla-La Mancha, el Gobierno ha apuntado que tiene que estudiar la cuestión, lo mismo que Navarra. En el País Vasco, fuentes del Ejecutivo afirman que tomarán las medidas más adecuadas dentro de la estrategia para fomentar estilos de vida saludables y una alimentación sana de la juventud, respuesta que es similar a la ofrecida por la Junta de Andalucía. Aunque los gobiernos de Cantabria y La Rioja no tienen en marcha ninguna iniciativa en estos momentos, no descartan que en un futuro puedan adoptarse medidas similares a las de Galicia. En cambio, Madrid, Extremadura y Canarias no tienen prevista ninguna acción.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Aesan, recuerda que el consumo de más de 160 miligramos de cafeína, que es el contenido medio de una lata de 500 mililitros de varias marcas conocidas, puede provocar efectos adversos generales para la salud, especialmente entre los niños y adolescentes. Las alteraciones afectan por lo general al sistema nervioso, con síntomas de irritabilidad, insomnio o falta de concentración, y al cardiovascular, a través de arritmias y hasta taquicardias. Sobre este particular, la catedrática Rosaura Leis Trabazo, responsable de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), señalaba a Vozpópuli que “el consumo de bebidas energéticas tiene importantes consecuencias negativas para la salud” tanto en los niños y adolescentes como en los adultos. Destacaba, igualmente, que “hoy sabemos que las principales causas de morbi-mortalidad guardan relación con estilos de vida no saludables. Por tanto, medidas que ayuden a la adherencia a los estilos de vida tradicionales sin duda van a ser de gran ayuda para luchar contra el sobrepeso, la obesidad y otras patologías”.

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