Íñigo Quintero es un tipo reservado que parece rehuir de las entrevistas. Íñigo Quintero tiene aspecto de ser un chico tímido que desea intenta limitar al máximo sus apariciones públicas, como si tuviese cierto miedo a sumergirse de lleno en un mundo que a veces le desborda. Íñigo Quintero es un personaje que intenta guardar con celo exquisito su intimidad mientras millones de personas desean saber mucho más de su vida, de sus sentimientos, de su forma de ver la realidad que le rodea. Íñigo Quintero… A ver, ¿quién diantres es de verdad y de dónde ha salido ese tal Íñigo del que tanta gente habla?
La respuesta no es sencilla debido a su nulo interés en airear su vida privada, pero lo cierto es que en muy pocos meses se ha convertido en un fenómeno musical que “peta” las redes sociales gracias a unas canciones que no dejan a nadie indiferente. A sus 22 años, este gallego nacido en A Coruña y residente en Madrid, donde estudia Psicología y Magisterio, ha pasado de ser un perfecto desconocido a contar con millones de seguidores que confiesan sin tapujos sentir un pellizco muy especial en el alma cuando escuchan “Si no estás”, un tema con infinidad de matices que cada cual interpreta de una forma diferente.
Unos afirman que se trata de una canción de amor/desamor compuesta por un chaval con una sensibilidad muy peculiar, otros no dudan en señalar que la letra refleja la desorientación que padece la sociedad debido a la pérdida de ciertos valores; algunos consideran que el autor, que ha cursado estudios en centros ligados al Opus Dei, intenta buscar a un Dios poco cercano, y algunos creen que se trata de un simple grito de auxilio por parte de un joven que intenta comprender un mundo extraño y a veces muy hostil. Sea lo que sea, parece como si este veinteañero se hubiese empapado de la música y las letras de Antonio Vega, aquel genio que nos dejó hace ya más de una década después de componer piezas tan memorables como “Lucha de gigantes”, en la que el cantautor reconocía su miedo al abismo: “En un mundo descomunal, siento mi fragilidad”.
En todo caso, cuando Iñigo entona su composición estrella delante de un piano el público enmudece, se emociona y desea que ese torrente de versos intimistas no acabe jamás. Eso fue lo que ocurrió el pasado fin de semana en el WiZink Center de Madrid, donde el joven coruñés dio un campanazo espectacular durante un concierto en el que también participaron numerosas “estrellazas” de la talla de Beret o Rozalén. Allí, el veinteañero que rehuye de las entrevistas y desea protegerse del exterior tuvo que exponerse ante 15.000 personas… y no salió en hombros porque aquello no era una plaza de toros. Fue su primera experiencia ante un público tan numeroso y a buen seguro su sorpresa no dejó de crecer al constatar que muchos de aquellos jóvenes conocían al dedillo la letra de “Si no estás”. Y que la tarareaban con devoción:
“Imposible, es demasiado tarde, todo es un desastre, esto es una obsesión no me sirven tus pocas señales, ya nada es como antes, me olvido de quien soy“. O “¿Qué me has hecho? ¿Dónde estoy? Se me aparecen mil planetas de repente. Esto es una alucinación. Quiero ver tu otra mitad. Alejarme de esta ciudad. Y contagiarme de tu forma de pensar...”
De todas formas, a Quintero ya no debería sorprenderle la pasión que despierta en sus actuaciones en directo, porque el éxito que ha cosechado en las redes sociales solo puede calificarse de fulgurante, impresionante, espectacular y grandioso. Los datos hablan por sí solos. A principios de este año, el veinteañero gallego contaba con apenas treinta mil oyentes mensuales en Spotify. Sólo nueve meses después tiene veinte millones de seguidores y la cifra no para de crecer en los cinco continentes gracias al poder “viralizador” de TikTok, que ha impulsado al novel compositor a aparecer en las listas de éxitos de decenas de países y a superar a veces el número de reproducciones diarias, hasta cinco millones (sí, tal cual), que cosechan “tops” internacionales como Bad Bunny o Maluma.
¡Vaya, vaya con el chavalín reservado e intimista! ¿Cuánto tiempo podrá aguantar metido en su “cueva” sin verse arrastrado por el mundo descomunal de la fama? Se admiten apuestas.