Víctor de Aldama vuelve a disparar contra Ferraz. En esta ocasión, en su declaración de este lunes ante el Tribunal Supremo, el comisionista de la trama vinculada a la compra de mascarillas ha aportado al juez nuevos nombres relacionados con el Gobierno de Sánchez, entre ellos, el de la exministra Reyes Maroto.
El empresario ha asegurado en Sala que ha mantenido conversaciones de WhatsApp con la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid y que la llave para acceder a ella y a otros ministerios fue José Luis Ábalos. En concreto, ha señalado al exresponsable de Transportes como la persona que le abrió la puerta y le puso en contacto con diferentes administraciones públicas, incluidos el ministerio de Maroto y Teresa Ribera. Tras ser interrumpido por el juez Leopoldo Puente, Aldama ha defendido que esta forma de gestión constituye "un claro tráfico de influencias", ya que fue el propio secretario de organización del PSOE el que habría pedido a dos ministras que "le atiendan", según detallan a Vozpópuli fuentes jurídicas.
En la misma línea de lo que ya defendió en su declaración ante la Audiencia Nacional, el expresidente del Zamora CF ha ratificado también ante el alto tribunal que se reunió en persona con la actual vicepresidenta de la Comisión Europea. El encuentro, según su versión, se produjo en el mismo edificio del Ministerio y se celebró para impulsar proyectos relacionados con la España vaciada.
El empresario ha sostenido que uno de los motivos por los que accedió a pagar presuntas comisiones a Ábalos fue para que este le pusiera en contacto con las administraciones públicas. De esta forma, conseguiría acceder a fuentes del más alto nivel.
Relación con el Ministerio de Transportes
Las visitas recurrentes de Aldama al Ministerio de Transportes no son ya ningún misterio. No obstante, el comisionista ha querido despejar algunas dudas y, sobre todo, defender que su relación con el ministerio dirigido entonces por José Luis Ábalos iba más allá de su exasesor, Koldo García.
En concreto, el empresario ha asegurado haber mantenido contacto con el expresidente de Correos, Juan Manuel Serrano; el entonces secretario general de Puertos del Estado, Álvaro Sánchez Manzanares e Isabel Pardo de Vera, exsecretaria de Estado de Transportes. A preguntas del Ministerio Fiscal, Aldama ha detallado que el contrato que Soluciones de Gestión firmó con ADIF se gestionó a través de Koldo.
Según su versión, la elección de la empresa vinculada a la trama generó cierta inquietud en entre los responsables de ADIF, en concreto, a su entonces presidenta. Por ese motivo, Isabel Pardo de Vera llegó a llamar al entonces responsable de Transportes. Según la versión de Aldama, tiempo más tarde, la exsecretaria de Estado de Transportes le transmitió haber recibido presiones para cerrar varios contratos y le trasladó varias quejas respecto a la gestión llevada a cabo por el exasesor de Ábalos. Aldama asegura guardar "muchísimas" conversaciones con la expresidenta de ADIF que podrían verificar su versión.
Contratos mascarillas
Sobre la adjudicación por parte de Puertos del Estado del primer contrato covid a Soluciones de Gestión SL, Aldama ha respondido que es posible que el contrato de prestación de servicios se firmase con anterioridad, ya que una semana antes de la adjudicación ya estaba hablando con Koldo y Ábalos sobre la compra mascarillas. La versión del expresidente del Zamora CF coincidiría con lo expuesto en varios correos recogidos en el sumario, de los cuales se desprende que altos cargos de Puerto del Estado eran conscientes de que estaban cerrando una adjudicación 'a dedo' un día antes de que se formalizara la millonaria licitación para la compra urgente de material sanitario.
Según fuentes jurídicas, el "nexo corruptor" ha anotado que en primer momento se recibió un primer adelanto parte de Correos, cuando todavía estaban en fase de negociación. Según su versión, dicha transferencia resultó fallida por lo que se tuvo que buscar un nuevo destino para las mascarillas encargadas; la solución, duplicar el pedido de Soluciones de Gestión de 4 millones a 8 millones de mascarillas.