España

Brahim Ghali utilizó dos identidades falsas en sus primeras 10 horas en España

Brahim Ghali utilizó dos nombres falsos en sus primeras horas en España tras aterrizar procedente de Argelia. La investigación penal impulsada en el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza

  • El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en una foto de archivo -

Brahim Ghali utilizó dos nombres falsos en sus primeras horas en España tras aterrizar procedente de Argelia. La investigación penal impulsada en el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza por falsedad documental ha acreditado que los acompañantes del líder del Frente Polisario no solo le registraron en el hospital de Logroño con un nombre ficticio, sino que también ofrecieron una identidad incorrecta al servicio de ambulancia que le recogió en Zaragoza.

El último oficio policial incorporado a la causa acredita que se registró a Brahim Ghali con el nombre de Mohamed Apdellall. Así consta en un documento interno del servicio de ambulancias del hospital de Logroño que se aporta a la causa junto con las declaraciones policiales de los tres sanitarios que efectuaron el traslado en ambulancia medicalizada. Tanto las dos enfermeras como el técnico conductor coincidieron en apuntar que del avión bajaron tres personas (Ghali, su hijo y su médico personal) que solo se identificaron solo verbalmente.

En el parte de traslados de pacientes anotaron el nombre de Mohamed Apdellall junto con la fecha de recogida en Zaragoza (18 de abril) y la hora (pasadas las 17.00 horas). Este documento se refuerza con un correo interno interno que el servicio de Emergencias Sanitarias de La Rioja envió al área de Sanidad. En esta comunicación, fechada el 24 de enero, se informa de las tres personas que atendieron al líder del Frente Polisario en la base aérea. Al respecto, se especifica que esta dotación "efectuó el traslado del paciente identificado como Mohamed Apdellall".

Se trata del mismo nombre que figura en los informes médicos del hospital de Argelia que portaban los acompañantes de Ghali a su llegada a Logroño. Sin embargo, las diligencias practicadas hasta el momento por el juzgado plasman que en este hospital se ofreció otro nombre distinto. La empleada del Servicio de Admisión explicó a la Policía que se le entregó un pasaporte ficticio con el nombre de Mohamed Benbatouche. La administrativa precisó que aquella noche solo estuvo ella trabajando en el servicio de admisión y que el pasaporte (expedido un día antes) se lo entregó una de las personas que viajó con Ghali.

Nuevas diligencias

Junto con la inscripción se anotó el siguiente apunte: "Paciente que llega en ambulancia medicalizada e ingresa en UCI. Acompañante no dispone de teléfono ni domicilio". De esta forma la empleada explicó que no accedió a ningún dato más de la persona que le dio el pasaporte, el cual se fotocopió en blanco negro. Los médicos de la Unidad de Cuidados Intensivos que le atendieron indicaron, por su parte, que prepararon la asistencia de Brahim Ghali a petición del Gobierno de La Rioja. La presidenta riojana, Concha Andreu, respondió sobre este asunto que se trató de una colaboración con el Ejecutivo central.

El magistrado Lasala indaga si se produjo delito de falsedad documental tanto con la llegada como con la salida de Ghali de España. Los testigos e imputados que han declarado hasta el momento han acreditado que no pasó el control de aduanas en el aeropuerto de Zaragoza por no ser un requisito indispensable. Sin embargo, las acusaciones insisten en que se trató de una entrada furtiva y tratan de esclarecer qué personas del Gobierno estaban al tanto del operativo teniendo en cuenta que Ghali, en aquel momento, tenía abiertas dos causas penales en la Audiencia Nacional.

Por ese motivo acaban de solicitar al juez que identifique a las dos personas que coordinaron el operativo. Se trata de un militar del Ejército del Aire y otro hombre que vestía con traje y corbata y que gestionaron su entrada. Estas dos personas acaban de salir a la luz después de que los facultativos de la ambulancia así lo hayan confesado. A falta de saber la identidad del hombre que vestía de paisano, lo que sí aclararon es que parecía ser el que impartía las órdenes. Preguntados por si tuvieron contacto en el aeropuerto con Camilo Villarino (jefe de gabinete de la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha García Laya) todos negaron este extremo.

La Abogacía descarta prevaricación

Precisamente la Abogacía General del Estado acaba de pedir por segunda vez al juez que archive estas diligencias tanto para Villarino como para su exjefa. En su escrito expone que no se puede hacer una causa general de este asunto ni tampoco sostener que fue una entrada ilegal ya que Ghali accedió "sin vulnerar ninguna norma". Los servicios jurídicos del Gobierno reconocen, no obstante, que el operativo fue secreto y que no pasaron por el trámite de aduanas, sin que ello implique que se vulnerara el Código Schengen. De hecho precisan, como ya hiciera Laya en su declaración ante el juez, que fue una decisión política por razones humanitarias.

"Tampoco concurre ninguna finalidad ilícita o ilegítima. Más bien al contrario, la decisión se funda en razones lícitas, razonables y proporcionadas a la situación: se trataba de atender lo antes posible a un paciente en situación de extrema gravedad, con una enfermedad contagiosa, atendiendo a una petición de ayuda humanitaria realizada de Estado a Estado y tratando de proteger con la reserva y sigilo no solo la intimidad del propio paciente sino también el interés de España en el ámbito de la política exterior", recoge la Abogacía. Se refiere en este último término a la relación con Marruecos y a la fuerte crisis migratoria que se desató en Ceuta en respuesta a la acogida de Ghali.

Así pues, los servicios jurídicos del Gobierno descartan prevaricación pero también niegan que Villarino y González Laya cometieran delito de encubrimiento con su llegada a España así como que conocieran de la existencia de procedimientos penales abiertos en la Audiencia Nacional. Al respecto precisan que no existía ninguna prohibición de entrada para él o su familia ni ninguna otra medida cautelar, pese a que admiten que meses antes de su aterrizaje en Zaragoza la Policía ya estaba investigando su paradero así como las identidades empleadas.

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