Cuando se consultan informes sobre el Grupo Wagner, el lector tiene la sensación de que se mueve en una nebulosa compuesta de duda, leyenda y desinformación. No es casual: liderar actividades subrepticias en escenarios convulsos requiere moverse en la sombra, lejos de los focos de la comunidad internacional. Desde Mali hasta Ucrania, pasando por Libia, el nombre de esta compañía de mercenarios próxima al Kremlin extiende la influencia de Rusia en regiones que la OTAN considera de interés prioritario. El nombre de Wagner se repitió en varias ocasiones en la Cumbre de Madrid, marcando en cierta medida la hoja de ruta de la Alianza para la próxima década. Y el Ejército español teme su avance en algunos de los escenarios en los que está desplegado.
¿Qué es Wagner? La respuesta rápida apunta a un grupo de mercenarios rusos que cumplen misiones arriesgadas o turbias en países conflictivos. A partir de ahí surgen matices y definiciones complejos, en ocasiones divergentes entre sí. Hasta el punto que desde Rusia se niega su existencia, alegando que se trata de una "leyenda" de occidente para menoscabar la reputación del Kremlin.
Los primeros informes sobre el despliegue de mercenarios rusos bajo el paraguas de Wagner se remontan a 2014, en plena invasión rusa de Ucrania que culminó con la anexión de Crimea. The New York Times esboza un perfil sobre su supuesto fundador, Dmitri Valérievich Utkin, miembro de las Fuerzas Especiales Especiales con querencias pronazis. El nombre de la compañía procedería del compositor Richard Wagner, favorito de Adolf Hitler, y algunos de sus miembros se han fotografiado con simbología extremista.
Tras cumplir con misiones engorrosas en Ucrania, los informes ubican a Wagner en Siria, en el año 2015, desempeñándose para Bachar al Asad. Desde ahí dieron el salto a Libia, Mozambique -donde sufrieron severas bajas ante una sucursal del Estado Islámico-, Sudán, República Centroafricana y Mali. España tiene presencia militar en estos dos últimos en escenarios, en misiones lideradas por la Unión Europea. Y la irrupción de mercenarios extranjeros es un factor desestabilizador poco deseable en zona de operaciones.
Mercenarios en Mali
Dieciséis países europeos -entre ellos, España- firmaron el pasado mes de diciembre una carta en la que denunciaban la presencia del grupo Wagner en Mali: "Lamentamos profundamente la decisión de las autoridades de transición de Mali de utilizar fondos públicos ya escasos para pagar a mercenarios extranjeros en lugar de apoyar a las Fuerzas Armadas y los servicios públicos en beneficio del pueblo".
La cúpula militar española consideraba a Mali como una barrera de contención ante las crecientes organizaciones criminales que operan en la región, los flujos migratorios incontrolados y el terrorismo yihadista. Al Qaeda del Magreb Islámico y sus sucursales se hacen fuerte en la región norte del país, donde las estructuras oficiales malienses apenas tienen presencia. Pero la Unión Europea ha comenzado su repliegue militar en Mali tras los continuos golpes militares y la falta de avances significativos. La contratación de mercenarios de Wagner fue la gota que colmó el vaso.
Moscú niega cualquier vínculo con Wagner, pero fuentes de inteligencia consultadas por Vozpópuli aseguran que se trata de una suerte de "ejército en la sombra" al servicio de Vladimir Putin, con capacidades militares imposibles de conseguir sin acceso a la industria nacional armamentística. De este modo, Rusia extiende su área de influencia en áreas de interés prioritario sin tener que pasar por los filtros de la comunidad internacional.
Algunos informes aseguran que los líderes autócratas les facilitan acceso a fuentes de recursos minerales a cambio de mantenerles en el poder. Acompañan sus misiones con campañas de desinformación que sirven para desestabilizar a la comunidad occidental, a sabiendas de que las guerras del siglo XXI también se libran en la mente de los ciudadanos.
La OTAN alerta de Wagner
El nombre de Wagner se 'coló' en la Cumbre de la OTAN. Los líderes internacionales debatieron sobre la 'rusificación' del Sahel africano, una región recogida en el nuevo concepto estratégico de la Alianza como de interés prioritario. Y ese avance de Rusia se produce por vías oficiales y encubiertas: oficiales, con el apoyo del Ejército ruso en determinados países, y encubiertas, a través de la compañía de mercenarios.
Fuentes militares aseguran que la retirada de tropas europeas del Sahel africano supone ceder el terreno a Rusia y a China. Pero ese es un pulso asimétrico. Mientras que la Unión Europea exige una serie de condiciones relacionadas con los derechos humanos y laborales, Pekín y Moscú centran los acuerdos en los aspectos más estrictamente económicos.
¿Y eso supone una retirada total y definitiva? Al contrario. La OTAN considera que debe extender su área de influencia en el Sahel y el norte de África, principalmente a través de acuerdos de cooperación bilaterales con países dispuestos a adquirir destrezas y capacidades para asumir ellos mismos el reto de afrontar sus inestabilidades internas. "Tenemos que ir al origen del problema", incidía un miembro de la Alianza en la Cumbre celebrada estos días en Madrid.
Sólo así -señalan las mismas fuentes de inteligencia- se puede hacer frente a amenazas de diversa índole que, a la postre, derivan en flujos migratorios incontrolados, para gran beneficio de organizaciones criminales. No en vano, España fue uno de los países que más insistió en que el flanco sur cobrase una importancia destacada en el nuevo concepto estratégico de la OTAN; una hoja de ruta que definirá las relaciones internacionales en la próxima década, marcada por el avance militar de Putin sobre Ucrania... y de los mercenarios rusos en el corazón de África.
Alexander
Los movimientos migratorios procedentes de los paises del Sahel no tienen nada que ver con el terrorismo yihadista sino con el cambio climático que está afectando a una zona en proceso de desertificación.
Yomismo
¿La OTAN alertan de Wagner? Nada más. Yo, iluso de mi, crei que la OTAN estaba para contrarrestar cualquier movimiento en contra de sus intereses, que son de las comunidades que tiene encomendado defender.