Los cuerpos sin vida de Rubén e Izan, los dos niños de 3 y 5 años que desaparecieron en Torrent (Valencia) arrastrados por la riada el día de la DANA, cuando estaban con su padre, han sido encontrados, según han informado este miércoles fuentes municipales. Los niños llevaban desaparecidos desde el pasado 29 de octubre. Después de la catástrofe que supuso la DANA tanto física como emocionalmente, entre 20 y más de 100 personas se trasladaron a Valencia para encontrar a los pequeños y ayudar a los familiares en el proceso. Se encontraban cada mañana a las nueve en el polígono Masía del Juez para realizar batidas de búsqueda de los hermanos. El primero en llegar fue el tío de los niños, Iván Matías, que se encontraba descolocado tras la noticia de la aparición del cadáver de la perra de la familia, un animal de mayor peso que los críos, en un garaje de Paiporta, a unos ocho kilómetros de distancia de las zonas que suelen rastrear.
La búsqueda
Los primeros miembros de este dispositivo, organizado entre voluntarios, partieron en vehículos como todoterrenos y motos, tras lo cual el grupo más numeroso partió a pie para recorrer el terreno de busca dividido hasta en cinco sectores "Intentamos ir todos en fila, cinco metros de espacio entre cada uno, todos frenamos si vemos algo, damos aviso, no nos agrupamos, marcamos ubicación y seguimos adelante, no podemos formar barullo", indicaba uno de los coordinadores de la búsqueda antes de partir. Subrayaba además la importancia de "mirar la siembra y los naranjos, que es lo que ha hecho de filtro" en la bajada del agua el pasado día 29, momento en el que los niños fueron arrastrados por la riada mientras su padre logró agarrarse a un árbol, donde permaneció cuatro horas.
Rescate internacional
Juan Manuel Solana es miembro de una organización de rescate internacional que trabaja en toda Europa y llevaba días participando en la búsqueda de Rubén e Izan con un kayak que lleva una camilla de rescate con la que van "testeando" el agua y marcando puntos en los que luego los voluntarios excavan con más profundidad. "Ayer nos sumergimos hasta cinco metros y medio pero había dos metros y medio más de fango, ahí puede haber cualquier cosa", indica a EFE la semana pasada, antes de añadir que se encontraron camiones y coches hundidos, debajo de los cuales podían encontrarse personas. Aseguró que los miembros del dispositivo estaban trabajando "con la mente abierta" puesto que "después de nueve días es muy difícil encontrar gente con vida" y recuerda que, además de los dos pequeños, su labor se ampliaba a la búsqueda de otros 28 desaparecidos en la zona. "La búsqueda es un poco a tientas", reconocía antes de salir hacia la zona y añadir que, aunque ha participado en otros operativos complicados, en España "esto no lo había visto en la vida, parece una zona de guerra".
Avituallamiento preparado por vecinos
Los grupos partieron la semana pasada del aparcamiento de un restaurante cercano a la casa cuya dueña cedió sus instalaciones para que pudieran utilizarse en el dispositivo y dónde otra decena de voluntarios se afanaba en repartir guantes y mascarillas y preparar comida para que los participantes pudieran recuperar fuerzas. En la búsqueda del pasado viernes participaban más personas que días atrás debido al llamamiento que se había realizado a través de las redes sociales, y a la misma se habían incorporado voluntarios sanitarios -no médicos pero sí técnicos, enfermeros y auxiliares de enfermería- que se repartían por equipos con cada grupo de batida. Además otro grupo se quedaba en el restaurante, en cuyo patio se amontonaban carteles de otros voluntarios que se ofrecían para ayudar a los damnificados en labores desde fontanería o electricidad hasta asistencia a diabéticos o servicios de veterinaria.
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