"Pablo está feliz". Así de claros se muestran los dirigentes de Podemos, algunos de ellos muy cercanos al exvicepresidente del Gobierno, para comentar la salida de la primera línea del exvicepresidente Pablo Iglesias. Según estas fuentes, Iglesias está de facto fuera del partido; no se interesa demasiado por él y más allá de sus conversaciones privadas con Irene Montero e Yolanda Díaz, está centrado ahora en sus asuntos personales. Busca una segunda vida en las participaciones en los medios de comunicación, con el sueño de abrir un programa propio de investigación periodística.
La segunda vida de Iglesias, no obstante, también genera problemas. Las fuentes consultadas admiten que en la formación la situación es más caótica de lo que parece. Las familias involucradas empiezan a levantar las espadas, y el futuro es incierto. Es por ello que, como adelantó este diario, en algunas regiones como Madrid, Valencia y Andalucía, se ha detectado una fuga de cuadros y contactos con Más País y el PSOE. No es casual, de hecho, que la nueva secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, haya empezado esta semana una gira por los territorios, con primera etapa en Andalucía
"El problema es que Pablo ya no está. Y esto se nota. La gente no trabaja o trabaja menos. Todo el mundo se cree que esto no va a durar, y han empezado incluso a buscar trabajo. Por otro lado, Pablo está demostrando que él se ha buscado una alternativa, y que después de seis años cada uno se debe buscar la suya, sin pedirle nada". Este el mensaje que, en definitiva, se está trasladando a los cuadros del partido, aunque de manera indirecta, según las fuentes consultadas. Es por ellos que resumen que si Iglesias está feliz, "los demás no lo están".
Cinco contratos en cuatro meses
Después de la derrota del 4-M, Iglesias se ha reciclado en el mundo de la comunicación con columnas en diarios como Ctxt, Ara y Gara. Además, participa como tertuliano en las emisoras radio Cadena Ser y RAC1, y colabora con la universidad a distancia UOC. A la vez, fuentes de Podemos aseguran que estas colaboraciones le sirven para "calentar motores" de cara al proyecto televisivo que quiere lanzar. En cuanto al salario, Iglesias renunciará a la indemnización por el cargo de vicepresidente, que alcanzaba los 5.000 euros mensuales. Pero en su formación creen que su actual caché es igual o mayor.
A nivel interno, algunos dirigentes señalan que el liderazgo de Ione Belarra es "débil". Y sostienen que esto hace que en algunos territorios algunos miembros del partido estén ignorando sus órdenes. A la vez que los cuadros intermedios empiezan a percibir la sensación de "descomposición", tal y como revelan en conversación con este diario.
Es por ello que si bien algunos destacan esa incertidumbre, otros añaden que más adelante pueden darse dinámicas inesperadas, con un regreso del líder de los indignados: "Pablo no ha hecho como Anguita, que de verdad se ha callado diez años, y cuando volvió a hablar lo hizo desde la distancia. Ha vuelto muy pronto, y esto significa que, si la etapa mediática no dura mucho tiempo, podrá volver a la política".
En el momento de su salida, en efecto, Iglesias dejó una herencia envenenada. No lanzó un liderazgo único, sino que aupó a Belarra en la secretaria general e impulsó a Yolanda Díaz como sucesora en el Gobierno. Belarra y Díaz, sin embargo, empiezan a alejarse y corre peligro que el espacio de la izquierda alternativa al PSOE se fragmente. De ser así, la única solución podría ser la vuelta del exlíder morado. Aunque para ello queda mucho tiempo, y en el entorno de Iglesias lo dejan claro: "Ahora Pablo está feliz".