Por lo general, no residir en España implica no tener que pagar impuestos en el país. Sin embargo, Hacienda obliga a algunas personas a hacerlo, a pesar de ello, a través de otras reclamaciones, sobre todo cuando estos reciben ingresos españoles, cuando tienen algún inmueble en España o cuando, por ejemplo, reciben una herencia de un residente español. En todos estos casos, esas personas están obligadas a tributar algunos pagos especiales.
La residencia en territorio español se determinará de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 8 - 10 de la Ley 35/2006, la misma que detalla la renta de las personas físicas, de los no residentes o del patrimonio, entre otros aspectos. En ella se entiende que alguien tiene su residencia habitual en territorio español cuando permanece en España más de 183 días durante el año natural. Se computan, además y no obstante, las ausencias esporádicas, salvo que en estas el contribuyente acredite su residencia. También se consideraría así tener el núcleo principal o la base de sus actividades en España.
Por otro lado, la Ley 27/2014 del Impuesto sobre Sociedades, en su artículo 8.1, establece que serán residentes en España las entidades que cumplan ciertos criterios. Por ejemplo: que se hayan constituido conforme a la ley española, que tengan su domicilio social en territorio español o que tengan aquí la sede de dirección efectiva.
Al no residir en España, todos estos casos no están sometidos a la mayoría de las obligaciones fiscales impuestas por Hacienda. Por ejemplo, pagar el IRPF, el célebre impuesto sobre la renta de las personas físicas, no es responsabilidad suya. Sin embargo, incluso aunque se pase de ese medio año en el país, Hacienda puede considerar que una persona sí es residente a efectos fiscales en España cuando, entre otros ejemplos, su cónyuge no separado legalmente y los hijos menores de edad que de él dependen en cierta medida son residentes españoles. Así, hay gente que no vive en España, pero sí que ha de hacer frente a algunos impuestos.
Los impuestos que exige Hacienda a los que no residen en España normalmente
Los impuestos que deben pagar los no residentes en España varían según el origen de los ingresos que estos mismos reciban y de los bienes que tengan en el país. Por ejemplo, apunta Hacienda, un no residente que tenga un inmueble alquilado tendrá que declarar los ingresos que recibe y, además, pagar el IBI (impuesto municipal sobre bienes inmuebles), mientras que si los ingresos o los bienes son recibidos como herencia, ejercerá el impuesto de sucesiones.
En cualquier caso, no todas las responsabilidades exigidas por Hacienda son iguales a las que se aplican a quienes sí viven en España. De este modo, los impuestos que se destacan son:
- Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR): parecido al IRPF y se aplica a las personas físicas sin residencia fiscal en España que obtienen ingresos españoles. Por ejemplo: de alquileres o ventas de inmuebles en España o inversiones. El tipo impositivo suele ser el 19% o el 24% dependiendo del tipo de ingreso y la declaración ha de presentarse online en la web.
- Impuesto sobre el Patrimonio: a los no residentes, Hacienda les exige solo este impuesto por los bienes en territorio español si la cuota tributaria es a ingresar o cuando el valor de los bienes en España es superior a 2.000.000 euros. En estos casos, la declaración también debe ser presentada por Internet y el plazo es el mismo que para los residentes: alrededor de dos meses.
- Impuesto de Sucesiones y Donaciones: si una persona no residente en España recibe una herencia o una donación, Hacienda exige que se autoliquide este impuesto y elija entre aplicar la normativa estatal o la de las comunidades autónomas donde resida el fallecido o en la que se encuentre el inmueble. También se aplica la fórmula a la viceversa: cuando alguien de España recibe una herencia de una persona que no es residente.
- Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI): las personas no residentes en España propietarias de inmuebles en territorio español tienen que pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles del ayuntamiento al que pertenezca el establecimiento en cuestión.
Además, otros dos impuestos pueden entrar también en juego en estos casos. El primero de ellos es la plusvalía municipal. Quien vende un inmueble tiene que pagar el impuesto sobre el incremento de los terrenos de naturaleza urbana (lo que se conoce como 'plusvalía'). Sin embargo, cuando quien vende el terreno es una persona no residente en España, la obligación de pago de ese impuesto recaerá en el comprador, que es quien tiene que presentar y pagar el impuesto en el Ayuntamiento del mismo inmueble.
Por otro lado, Hacienda también podría exigir el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales Onerosas a quienes no residen en España. Si estos compran un inmueble de segunda mano en el territorio español, deberán tramitarlo en su comunidad autónoma.
