Diego Torres declaró el pasado sábado ante el juez que instruye el caso Nóos que su exsocio Iñaki Urdangarin se resistía a dedicarse a otras actividades porque "no quería ser un florero", una vez que la Casa Real le aconsejó dejar las labores de consultoría que llevaba a cabo el Instituto Nóos.
Torres relató que el asesor jurídico de la Casa del Rey, José Manuel Romero, conde de Fontao, recomendó que Urdangarin dejara su labor en el Instituto Nóos, investigado por el presunto desvío de fondos públicos, y que, en todo caso, se incorporase como consejero a una nueva entidad de la que no fuera fundador, según figura en la declaración.
Según Torres, para el asesor de la Casa Real lo importante es que no apareciera Urdangarin creando ni fundando nada, sino que fuera invitado a colaborar, pero este consejo era algo a lo que el duque de Palma "se resistía".
"No quería ser un florero y lo que quería es poder tener un desarrollo profesional", declaró Torres ante el juez, según la transcripción de su comparecencia, en la que indica que desde la Casa Real se le indicó a Urdangarin que no se preocupara porque se le conseguirían consejos de administración para que tuviera resuelta la parte económica.
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