La presión del independentismo catalán contra Felipe VI para que no acuda a la manifestación del próximo sábado en Barcelona va en aumento. La cita fue convocada por la Generalitat (Carles Puigdemont) y el Ayuntamiento de Barcelona (Ada Colau) en señal de repulsa por los atentados terroristas del 17 de agosto. Un grupo vinculado a la CUP llamado Poble Lliure, ha hecho un llamamiento a "entidades soberanistas, movimientos populares y partidos" para "expresar su rechazo por la presencia del monarca". Así, en caso de que el Rey finalmente acudiera, Poble Lliure emplaza a los asistentes a "emprender acciones de protesta".
Desde el secesionismo se ha exigido en los últimos días que el Rey no encabece la marcha. Una cuestión que ya estaría superada puesto que los organizadores han consensuado con las distintas administraciones que los representantes políticos desfilen en una posición secundaria de la manifestación. Sería ahí donde se ubicaría el jefe del Estado. Desde Zarzuela todavía no han confirmado que acuda. Es más, fuentes de la Casa del Rey apuntan que su asistencia no se sabrá hasta pocas horas antes de la marcha por cuestiones de seguridad.
Así mismo, la corriente cupaire Poble Lliure ha afirmado que Felipe VI "es culpable del ataque de Barcelona y así se demuestra con los tratos económicos, armamentísticos y geopolíticos que propicia con países como Arabia Saudí y Qatar, los cuales son fuente de financiación de Daesh".
"No es bienvenido"
En una entrevista en Catalunya Ràdio el pasado domingo, la diputada de la CUP Mireia Boya se mostró contraria a la presencia del Rey en la marcha y dijo que "no es bienvenido para nosotros". También reclamó que "los cuerpos de seguridad, médicos, enfermeros y taxistas" estén en la cabecera y dijo que su formación no confirmaría su asistencia hasta conocer los detalles organizativos. Boya expresó su rechazo a la imagen del minuto de silencio del pasado viernes en la plaza Cataluña de Barcelona, con el Rey, Rajoy y la plana mayor del Gobierno en primera fila.
En la misma línea, el co-portavoz de ERC en el Congreso, Gabril Rufián, señaló este lunes que "la manifestación del 26A la deben liderar héroes por su cometido y no reyes por su apellido". Desde Podemos Cataluña también su secretario general, Albano Dante Fachin, ha comentado en las redes sociales que "teniendo en cuenta lo que se sabe de las relaciones entre yihadismo y Arabia Saudí, el rey debería dar explicaciones antes de ir a más manis".
Más allá en estos ataques ha ido la plataforma Súmate, próxima a Esquerra y componente de la tríada civil de Junts Pel Sí, junto a la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. Los castellanohablantes del procés han llegado a criticar la visita de Felipe VI y doña Letizia a las víctimas hospitalizadas. Bajo el mensaje "26A No detrás de un rey", desde Súmate se han burlado incluso del saludo afectuoso de la Reina a un niño ingresado que sufrió la barbarie terrorista. "Tranqui guapi que cuelgo la foto en Instagram y vuelvo al yate", escribe Súmate, junto a una imagen de doña Letizia y el pequeño hospitalizado.
El fundador de Súmate es Eduardo Reyes, diputado en el Parlamento catalán por Junts Pel Sí (ERC y PDCat). Fue el número seis de la lista independentista de Artur Mas para las elecciones del 27-S de 2015.
https://twitter.com/sumate_asoc/status/899396271378751488
En concreto, la cabecera del 26A estará integrada por comerciantes y miembros de los servicios públicos que hicieron frente de primera mano y sobre el terreno a los ataques terroristas de Barcelona y Cambrils (Tarragona): Mossos d'Esquadra, guardias urbanos, así como servicios de emergencias y sanitarios. Por su parte, las autoridades irán en "segunda" o "tercera fila". El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los líderes de PSOE, Podemos y Ciudadanos (Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera) han avanzado que estarán presentes.
La manifestación, que comenzará a las 18.00 horas en Jardines de Gràcia, bajará por el Paseo del mismo nombre hasta la plaza Cataluña bajo el lema "No tinc por" ('No tengo miedo'), que es el cántico que la multitud coreó tras el minuto de silencio del pasado viernes en la Ciudad Condal.
