La huelga que un sector minoritario de los transportistas iniciaron el pasado lunes ya está empezando a afectar a la cadena de suministros, según han denunciado profesionales del sector de la fruta o el pescado. Para hacer frente a las protestas de los piquetes, Interior ha decidido movilizar a 23.500 agentes (7.122 de Policía Nacional y 16.476 de Guardia Civil) para un paro que la ministra Isabel Rodríguez ha señalado que está espoleada por la "ultraderecha", según recoge la agencia Europa Press.
La ministra de Política Territorial ha sostenido este jueves que una parte "minoritaria" del colectivo de transportistas ha provocado "una reacción que parece orientada, que parece abordada por posicionamientos de la ultraderecha".
Así lo ha manifestado la ministra en el transcurso de un encuentro con el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, en la sede del partido en Sevilla, en la que se ha referido a la "acción minoritaria de transportistas" que "no están ejerciendo su derecho a la huelga, sino que están boicoteando al resto de trabajadores y al sector que en este momento tan complicado trabajan para garantizarnos los alimentos y productos de primera necesidad".
Según la ministra, estos grupos están "en muchos casos apoyados por la ultraderecha" --entre los partidos políticos, Vox ha apoyado el paro-- y estarían evitando que "la mayoría de los transportistas ejerzan su derecho a trabajar".
"No podemos permitir que sometan a ese país a un pulso que no vamos a tolerar, estamos trabajando con el Ministerio de Interior y hemos movilizado más de 15.000 agentes para reprimir estas actuaciones violentas que no representan al sector. Somos sensibles pero no vamos a ceder a este chantaje, sabotaje y boicot", ha añadido.
Garantizar el abastecimiento
En este sentido, la cadena de suministros ya se ha visto afectada y toda la industria ha pedido a la Administración que actúe con urgencia para asegurar el abastecimiento, ya que los productos no están llegando a las fábricas y demás centros de producción.
Pese a que el paro ha sido convocado por una organización con una representación pequeña y ninguna de las organizaciones mayoritarias lo han secundado, para las grandes patronales, a las que se ha sumado la propia CEOE, los piquetes están actuando "con violencia" para detener a los camioneros y son las propias empresas de transportes las que han decidido parar "por la seguridad de sus trabajadores".
Los asalariados no están llamados al paro puesto que no se trata de una huelga convocada por sus representantes (los sindicatos), pero muchos no pueden continuar con su trabajo por actuaciones como "pinchazos de ruedas", según denuncian las organizaciones empresariales.