Los casi 300 dirigentes del PSOE que este fin de semana se reunirán en el comité federal llegarán a la cita con las ideas muy claras sobre qué piensa la gestora. Su presidente, Javier Fernández, se ha dirigido esta mañana en el Senado al grupo parlamentario socialista para explicarles que su partido no tiene otra alternativa razonable diferente a la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. "Estamos en el territorio del mal menor y solo hay una disyuntiva, abstenerse o ir a terceras elecciones. Los ciudadanos no las quieren y penalizarán al partido que produzca el bloqueo. Además, para lo único que servirían otras elecciones es para saber con cuantos diputados más gobernaría la derecha".
"Otras elecciones solo servirían para saber con cuantos diputados más gobernaría el PP"
Abstenerse, no es apoyar, ha subrayado Fernández, quien ha descrito un panorama sombrío para el PSOE. "El edificio político del partido está muy dañado, pero conservamos todavía el solar". A su juicio, los socialistas tienen que emprender un proceso de renovación similar al que protagonizaron después de la Guerra Civil, cuando tras una travesía de cuarenta años durante los que sufrieron el exilio se convirtieron en los principales promotores de la modernidad, gracias a su "solvencia y moderación".
El momento para encarar esta reconstrucción del partido, ha enfatizado el presidente de la gestora, es crítico. "La política se ha divorciado del poder, hay fuerzas financieras sin control ni regulación, la derecha encarna un proyecto reaccionario con un presidente que se cree ajeno a la corrupción, pero el PP es un partido correoso, roqueño, y ha logrado por dos veces consecutivas ser la fuerza más votada". A la izquierda, según Fernández, el panorama tampoco mejora: "Podemos ha sido capaz de conectar con el malestar social, quiere resolver el presente haciéndole una enmienda de totalidad al pasado y quiere convertir al PSOE en subalterno para presentarse como una fuerza hegemónica de la izquierda".
Javier Fernández no ha eludido la autocrítica. Se siente responsable de no haber promovido junto a otros dirigentes del partido un debate a tiempo para haber evitado el callejón sin salida al que ha abocado al PSOE "un enfrentamiento y una lucha cainita que me provoca vértigo". En estos momentos, ha añadido el presidente de la gestora, hay que afrontar este debate en unas circunstancias donde se carecen de alternativas a la abstención, ya que ha quedado claro en los últimos meses que un Gobierno del PSOE con Ciudadanos y Podemos es inviable y otro tanto sucede con un Gabinete en el que participe la formación morada y los independentistas. "Tenemos que discutir qué hacer como compañeros y no como bandos enfrentados".
Por último, Fernández ha emitido un último aviso a los miembros que este fin de semana votarán qué hacer ante la investidura de Rajoy: "Nuestro enfrentamiento no debe interferir en el funcionamiento de las instituciones. No podemos perder de vista también la insoportable tensión política y social entre Cataluña y España".
"El edificio del PSOE está muy dañado, pero todavía nos queda el solar", afirma el presidente de la gestora
Una vez finalizado su discurso, en el grupo parlamentario se han producido treinta peticiones de palabra. Antes de entrar a la reunión, el exsecretario de Organización socialista César Luena, brazo derecho de Pedro Sánchez, ha mantenido que habrá que respetar lo que diga el comité federal sobre la investidura de Rajoy.