Primero, la medalla de oro al mérito policial a la Virgen del Amor. Y, ahora, una canción religiosa en los actos oficiales del Cuerpo Nacional de Policía. El Ministerio del Interior vuelve a hacer gala del fervor religioso de su máximo responsable, Jorge Fernández Díaz, al impartir instrucciones para que en la jura de los nuevos inspectores que se celebrará el próximo viernes 28 de febrero en la Academia de Policía de Ávila se sustituya en el homenaje a los caídos la tradicional marcha fúnebre de Frédéric Chopin por una himno con numerosas referencias católicas en su letra. La orden incluye la entrega a todos los funcionarios que participen en la misma de una hoja en la que figuran las estrofas del cántico con la instrucción concreta de que la memoricen para ese día o, en su defecto, “muevan los labios” cuando se entone, según fuentes policiales.
La Dirección General de la Policía ha repartido a los agentes que participan en la jura del próximo viernes la letra de la canción 'La muerte no es el final', compuesta por un sacerdote y entonada ya en actos castrenses
Hasta ahora, durante el homenaje a los fallecidos en acto de servicio que se realiza en todos los actos oficiales del Cuerpo Nacional de Policía se seguía siempre la misma ceremonia. Se hacía desfilar la bandera a media altura mientras varios policías trasladaban una corona de laurel hasta un monolito. Una vez allí, un miembro de la academia pronunciaba unas palabras mientras sonaba de fondo la conocida música del compositor polaco. Sin embargo, la intención de la Dirección General es que a partir del próximo viernes se sustituya esta pieza clásica por la canción 'La muerte no es el final', compuesta por el sacerdote vasco Cesáreo Gabaráin y que desde 1981 se interpreta en ceremonias militares similares.
La orden ha creado un fuerte malestar entre los agentes que no entienden la incorporación de elementos religiosos en un acto de "un cuerpo civil y aconfesional como es la Policía", según han manifestado a este diario varios de ellos. Sin embargo, desde la Dirección General de la Policía se justifica su inclusión en que ya fue entonada en el homenaje a los tres policías muertos en enero de 2012 en la playa coruñesa de Orzán. Las fuentes consultadas señalan al actual 'número 2' de la Policía, el comisario Eugenio Pino, como el instigador de esta medida, que ha contado con el visto bueno final de sus superiores políticos, el propio Fernández Díaz y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó.
El antecedente de 2012
No es la primera vez que la Dirección General de la Policía intenta incluir este himno religioso en sus actos oficiales. De hecho, en junio de 2012 ya intentó que se entonara en la jura de los 1.945 nuevos agentes que salían entonces de la Academia de Ávila. Entonces, los responsables del acto llegaron a repartir entre los agentes un archivo de sonido en formato 'mp3' para que aprendieran a entonarla correctamente. Incluso, se hizo una modificación en la letra para adaptarla a la institución. Así, la palabra “hermano” había sido sustituida por “policía”, aunque el resto de las estrofas se mantenían tal cual, con las referencias religiosas intactas. Finalmente, y ante la polémica interna que se produjo, la Dirección General decidió aplazar su inclusión.
El SUP denuncia desde hace meses el intento del actual equipo de Interior de 'militarizar' las ceremonias de la Policía con la inclusión de desfiles y descargas de fusilería
No es la primera vez que fuentes sindicales de la Policía denuncian la “obsesión” de los máximos responsables de la Policía por modificar los actos oficiales para incluir elementos totalmente ajenos hasta ahora a los mismos. Muchos de los cuales, afirman, tienen “evidentes connotaciones religiosas o suponen una militarización ‘encubierta’ de unas ceremonias que, no lo olvidemos, son las de un cuerpo civil y laico”, señalan fuentes del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), el mayoritario del cuerpo y el que más se ha opuesto a estas modificaciones “innecesarias”, como las califican. Así, señalan que ya hace dos años se intentó incluir el desfile de agentes y las descargas de fusilería, además de la canción ‘La muerte no es el final’.
Sin embargo, la que no se ha frenado es la denunciada ‘militarización’ que contempla el proyecto de los nuevos galones que lucen los integrantes del Cuerpo Nacional de Policía. El borrador que maneja Interior, y cuyo contenido adelantó en exclusiva Vozpópuli el pasado noviembre, recoge la inclusión por primera vez en la divisas de los policías de una corona real en "oro y gules (rojo)" hasta ahora inexistente en dichos distintivos y que no termina de convencer a los representantes de los sindicatos. Desde el SUP se insiste que la Constitución determina que la Policía depende orgánicamente del Gobierno y no del Rey que sí tiene el mando de las Fuerzas Armadas. Por ello, consideran que la inclusión de dicho elemento ornamental “no está justificado”.
Más divisas 'militarizadas'
Además, el borrador recoge un aumento del número de divisas al pasar de las once actuales a 16. De las cinco nuevas, cuatro no servirán para determinar el grado del agente, sino su puesto de responsabilidad. Para conformarlos, la Dirección General ha decidido también dejar a un lado las hojas y coronas de laurel características del Cuerpo y utilizar la corona real, bastones de mandos y entorchados muy similares a los que emplea actualmente la Armada española. Por último, el departamento de Jorge Fernández Díaz pretende que a las hojas y coronas de laurel que hasta ahora servían para distinguir el grado de los agentes junto a entorchados y enmarcados, incorporen nuevos elementos, como galones en ‘v’ y serretas.
Pero la mayor crítica hacia los nuevos cambios se dirigen contra el coste económico de supondrá dotar de los nuevos distintivos a los 65.000 agentes con los que cuenta en la actualidad el Cuerpo Nacional de Policía. En la orden que pretende sacar adelante, la Dirección General reconocía que su implantación se hará de modo escalonado “conforme lo vayan permitiendo las disponibilidades presupuestarias”, aunque sin especificar en ningún momento ni la cuantía y en que periodo de tiempo se hará. El sindicato policial asegura, sin embargo, que el mismo costará cerca 3 millones de euros.