Un simple trámite administrativo de 657 euros implica a la Fundación Zagatka de Álvaro de Orleans con la disolución de la Fundación Lucum, la entidad panameña creada por Arturo Fasana y Dante Canonica para esconder la donación saudí de 100 millones de dólares (64,8 millones de euros) que Juan Carlos I recibió del rey Abdalá.
A principios de junio 2012 se procedió a la donación de los fondos que había en Lucum por parte del entonces jefe del Estado a Corinna Larsen. Se trataba de una cifra considerable pues seguía rondando los 65 millones de euros pasados cuatro años del regalo saudí, tal y como se especificó en el contrato de donación que ambos firmaron el 5 de junio de ese año y al que ha tenido acceso Vozpópuli (ver abajo).
Contrato de donación entre ... by Vozpopuli on Scribd
Al día siguiente, Canonica envió una carta al banco Mirabaud informándole del contrato firmado entre el monarca y la empresaria germano-danesa. El 13 de junio, don Juan Carlos revisó los balances de Lucum tras las distintas operaciones realizadas a lo largo del año, concretamente desde el 1 de enero al 11 de junio de ese 2012. El rey emérito estampó su firma en la última de las cinco páginas que le habían entregado y escribió a mano "Bon pour accord" -"Correcto para el acuerdo"-.
El siguiente paso vino de Mirabaud. La entidad financiera envió el 14 de junio un documento con la orden de transferencia de los bienes a la cuenta que Larsen en una sociedad denominada 'Solare' del Banco Gonet & Cie en Nassau (Bahamas). Tras ello, se procedió al cierre de la cuenta de Lucum que a Mirabaud tanto le incomodaba desde la polémica de Botsuana.
El penúltimo episodio de Lucum se produjo el 31 de julio con la presentación del acta de disolución en Panamá, un trámite que realizó el despacho de Canonica. Esa gestión administrativa tuvo un coste económico de apenas 795 francos suizos (657 euros al cambio de aquella época).
Lo sorprendente es que fuese Zagatka la que asumiese el pago con el que se escribía el epílogo de Lucum. Esa transferencia, del 27 de septiembre de ese año, es el único documento que vincula a las dos fundaciones de las que se sirvió don Juan Carlos en su beneficio durante aquellos años (ver abajo).
¿Por qué la fundación de Álvaro de Orleans se hizo cargo de ese trámite? Alguien tenía que pagar al estudio de Canonica y, previsiblemente, don Juan Carlos recurrió a su primo para que asumiese dicha transferencia y así no dejar rastro. Además, De Orleans compartía los mismos gestores suizos que el entonces jefe del Estado, así que formalmente todo quedaba en casa.
Interrogatorio de Bertossa
Curiosamente, De Orleans se mostró esquivo ante el fiscal Yves Bertossa cuando en octubre de 2018 le preguntó por Lucum. Es más, dijo estar sorprendido al descubrir que el rey emérito tenía fondos más que suficientes para sufragarse sus viajes privados en vez de depender de su Fundación Zagatka. Cuando Bertossa le advirtió a De Orleans que Juan Carlos I no tenía necesidad de su ayuda en la medida que disponía de 65 millones de euros en Lucum, la respuesta de éste fue de total incredulidad.
"Lo ignoraba completamente. Se trata de una gran sorpresa para mí. Históricamente, pertenezco a una familia (los Orleans-Borbón) que gracias a sus actividades en la industria italiana dispone de recursos suficientes. En mi fuero interno, Juan Carlos I no disponía de medios importantes más allá de aquellos pagados por el contribuyente español u ofrecidos oficialmente por empresas españolas", relató al fiscal suizo.
Además, De Orleans desveló que cuando aparecieron las primeras informaciones en España sobre los viajes que realizaba el rey emérito pudo hablar con don Juan Carlos y éste último le escribió una carta al respecto, cuyo contenido se desconoce. El presidente de Zagatka le entregó a Bertossa una copia de la misiva.