Juan Carlos I recibió presiones de su entorno para quedarse en España, pero las ignoró por completo y unos días antes del histórico comunicado de este lunes decidió que su marcha del territorio nacional era lo mejor para Felipe VI, la Corona y el país, según supo Vozpópuli de personas de su entorno.
Al final, el rey emérito tomó la decisión que a priori parecía más drástica por traer al recuerdo los exilios de antepasados suyos como Alfonso XII o Isabel II. Las implicaciones de dicha salida, además, son enormes porque hacen difícil su regreso, con independencia de si hay una citación judicial o no.
Desde que varios medios de comunicación, entre ellos este periódico, empezaron a publicar en julio detalles de la Fundación Lucum con la que don Juan Carlos se benefició económicamente gracias a una controvertida donación saudí, al rey emérito se le planteó la conveniencia de salir de La Zarzuela, pero varios de sus allegados le animaron a quedarse en territorio nacional.
Surgieron varias posibles ubicaciones, pero el anterior jefe del Estado hizo oídos sordos a todas ellas. "El que le conoce bien sabe que presionar al rey Juan Carlos es algo incompatible", subraya una persona cercana a él. Tras una "meditada" reflexión, decidió abandonar España, se lo dijo a muy pocos conocidos y escribió la carta que aparece en el histórico comunicado de la Casa Real. En definitiva, fue una decisión "exclusiva" del anterior jefe del Estado sin que nadie le conminase a tomarla.
Su abogado, Javier Sánchez-Junco, fue una de esas pocas personas a las que anticipó sus intenciones, según las citadas fuentes. Gracias a ello, pudo redactar con calma su propio comunicado en el que garantizó que su cliente se pone "a disposición del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que se considere oportuna". Pero el letrado desconocía ayer, por ejemplo, a dónde había viajado el monarca.
En este sentido, el destino elegido por don Juan Carlos para vivir en el extranjero es una incógnita. Una televisión portuguesa habló anoche de que había llegado a Estoril, la localidad balnearia en la que la familia de don Juan Carlos -y él mismo- pasó una parte del largo exilio. Pero ni la Casa Real ni el bufete del abogado del monarca confirmaron dicha noticia a Vozpópuli.
Desde La Zarzuela se subrayó tras el comunicado que el Emérito tiene una vida completamente privada desde que hace un año comunicó a su hijo que se apartaba de las actividades oficiales. Además, en marzo se le retiró la asignación presupuestaria anual de casi 200.000 euros brutos a raíz de la exclusiva de The Telegraph en la que salieron a la luz tanto la Fundación Lucum como Zagatka, esta última vinculada a su primo Álvaro de Orleans y desde la cual se le pagaron viajes de carácter privado.
"Va donde él quiere"
Sin actos oficiales ni asignación pública de los Presupuestos Generales del Estado, don Juan Carlos tenía libertad para ir allí donde quisiese. "Desde entonces, todos sus movimientos eran de carácter privado. Va donde él quiere", se hace hincapié desde la Casa Real. Y tan privada fue su salida que, al menos, una parte del Gobierno dio la sensación de que desconocía cómo se produjo, a tenor de las reacciones de Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos.
En todo caso, las citadas fuentes dejan claro que se está muy lejos de un exilio o una huida -"Es una barbaridad lo que se está diciendo", subrayó a Vozpópuli un amigo del monarca-, y que una decisión de este tipo "no es una cosa que se improvise de un día para el otro".
"Ha creído que era el mejor servicio y que con su salida no perjudica a su hijo, ni a su reinado ni a la institución (la Corona). Las cosas se van gestando poco a poco, cada uno en su cabeza, hasta que se toma una decisión", resume un conocido de don Juan Carlos.
Otra duda es si estar en el extranjero le beneficia o no ante las diligencias abiertas en Suiza y España que en algún momento le pudieran afectar. A día de hoy, don Juan Carlos no está investigado en ninguna causa judicial. El entorno del rey emérito rechaza de plano que el monarca busque un lugar desde el que evitar una hipotética extradición. "No hay ningún sitio que sea más conveniente porque no tiene intención de sustraerse a una citación de la Justicia", subrayan.
Además, sigue ostentando el título de Rey a pesar de la abdicación de 2014 y forma parte de la Familia Real española a efectos de protocolo y consideración en terceros países. En cuanto al blindaje jurídico por haber sido jefe de Estado, ahí hay más dudas. En teoría, sólo está cubierto Felipe VI pero tampoco preocupa lo más mínimo al Emérito. "Lo más importante es que él ni siquiera está investigado", concluye uno sus más allegados.