La Policía Nacional detuvo el pasado viernes al abogado e hijo del presidente del Tribunal Constitucional Cándido Conde-Pumpido Varela, de 35 años. Fue arrestado por presuntamente participar en una agresión sexual grupal a una mujer brasileña, que ejerce la prostitución, en su chalet de Madrid. Posteriormente, la juez decretó libertad al individuo, una magistrada que fue un alto cargo del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
María Isabel Durántez, magistrada del Juzgado de Instrucción número 44 de Madrid, ocupó el puesto de directora general de la Marina Mercante entre julio del año 2009 y enero de 2012. Su cese llegó con la entrada del 'popular' Mariano Rajoy en La Moncloa.
El nombramiento de esta magistrada, que nació en Palencia, se licenció en Derecho en la Universidad de Valladolid y que accedió a la carrera judicial en 1989, se produjo cuando José Blanco lideraba la cartera de Fomento.
La magistrada también ocupó un alto cargo político en la Xunta de Galicia gobernada por el socialista Emilio Pérez Touriño y fue directora general de Interior de la Consellería de Presidencia del bipartito de PSOE y BNG.
Asimismo, Durántez Gil es miembro de la asociación progresista Jueces para la Democracia y ha ejercicido sus labores en distintos juzgados con otras relacionadas con la igualdad y con la violencia de género.
El actual presidente del Constitucional y padre del arrestado, Cándido Conde-Pumpido, fue fiscal general del Estado también con Zapatero.
Por otro lado, la hermana de la jueza es la teniendo fiscal de la Audiencia Nacional encargada del 'caso Rubiales'. Finalmente, Durántez Gil archivó la demanda de los Franco que denunciaba irregularidades del Ejecutivo de Pedro Sánchez en el proceso de exhumación del dictador.
Cándido Conde-Pumpido fue fiscal general con Zapatero
Además de la jueza, el actual presidente del Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, fue fiscal general del Estado también con Zapatero.
Salmanasar
Esto de los jueces metidos en política o que lo han estado anteriormente es una verdadera plaga. ¿Qué garantía de imparcialidad puede uno encontrar en ellos?