La isla de Formentera, con una extensión de apenas 83,24 kilómetros cuadrados y una población que ronda los 11.389 habitantes, se enfrenta a una crisis migratoria sin precedentes, al igual que las Ilas Canarias y el restante archipiélago balear. Durante 2024, un total de 2.670 inmigrantes llegaron a sus costas en 167 embarcaciones. Esta cifra representa un aumento del 546% respecto al año anterior, cuando llegaron 489 personas en 35 pateras. Con un promedio de siete inmigrantes al día y 51 a la semana, Formentera se ha convertido en el epicentro del flujo migratorio hacia Baleares.
Los más de 2.600 migrantes que arribaron a Formentera en 2024 constituyen el 45,6% del total de llegadas en patera a las Islas Baleares. En términos relativos, la carga migratoria que soporta Formentera es descomunal: un migrante por cada 4,3 residentes. Esto contrasta fuertemente con otras islas del archipiélago, como Ibiza, con un migrante por cada 472 habitantes, y Mallorca, con uno por cada 332 locales. A nivel autonómico, la proporción es de un migrante por cada 211 habitantes.
La situación de la pequeña isla también se agrava por la llegada de menores no acompañados (MENAs). En la actualidad, Formentera tiene bajo su responsabilidad a 95 menores, a pesar de no contar con ningún servicio de acogida adecuado. Esta carencia obliga al Consell insular a derivarlos a centros en Ibiza, Mallorca o incluso en la península, generando un coste insostenible para las arcas locales.
Formentera quiere devolver las competencias de menores al Govern
A pesar de que en octubre de 2024 el entonces presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, ya expresó la necesidad de devolver al Govern balear las competencias de menores extranjeros no acompañados debido al alto coste que supone para la Administración insular, tres meses después la situación no ha cambiado. Desde la conselleria balear de Asuntos Sociales confirmaron que aún no han recibido una petición formal al respecto. Sin embargo, el Consell de Formentera adelantó que "durante esta semana" la consellera de Bienestar Social, Cristina Costa, hablará con Catalina Cirer, su homóloga en el Govern, para trasladar esta intención.
Formentera alberga un centenar de menores llegados a la isla a través del tráfico ilegal de personas, sin familiares que se hagan cargo de ellos, lo que convierte al Consell insular en su tutor. La mayoría de estos niños se encuentran en centros de acogida de Mallorca, mientras que unos quince permanecen en la isla, alojados en instalaciones propiedad del Consell que solo están disponibles hasta el inicio de la temporada estival.
El coste estimado para el cuidado de estos menores asciende a 235 euros diarios por niño, según el Instituto Mallorquí de Asuntos Sociales, lo que supone un gasto anual cercano a los 8,5 millones de euros. Esta cantidad representa más del 20% del presupuesto anual de Formentera, que en 2024 rondaba los 44 millones de euros. En noviembre, el pleno del Consell aprobó una propuesta para solicitar al Govern balear que asuma estas competencias.
Por su parte, el Govern balear también ha denunciado la saturación que enfrentan las islas debido a la masiva llegada de migrantes, incluidos menores. El portavoz del Gobierno de Canarias, Alfonso Cabello, instó al Govern a sumarse a su propuesta de un decreto ley para un reparto extraordinario de menores migrantes si también se siente "saturado". Canarias tutela en solitario a más de 5.800 menores, mientras Baleares contabilizó la llegada de 5.994 migrantes irregulares en 2024, el 9,3% del total nacional.
Primeros días de 2025: continúa la tendencia migratoria
El comienzo de 2025 no augura una mejora en esta crisis. Solo el 1 de enero, 73 personas llegaron a las Pitiusas en patera, 21 de ellas a Formentera. Estas cifras iniciales reflejan que la tendencia al alza se mantiene, dejando claro que las estrategias implementadas hasta ahora no han logrado frenar este fenómeno.
La situación en Baleares, aunque preocupante, aún queda lejos de la crisis que vive Canarias. Hasta el 15 de noviembre de 2024, más de 39.700 personas habían llegado a las costas canarias, superando las 32.209 de 2023. En total, las llegadas irregulares a España en 2024 ascienden a 51.849 personas, un 13,6% más que el año anterior.
En Baleares, la llegada de migrantes también alcanzó cifras récord. Entre enero y noviembre de 2024, 4.694 personas arribaron en 284 embarcaciones, en comparación con las 2.278 de 2023. La mayoría de estas llegadas se concentró en Formentera.
El día a día en Formentera
Las fuerzas de seguridad y los equipos de salvamento trabajan bajo una presión constante en las Pitiusas. La Cruz Roja, que lidera la atención inicial a los migrantes, ha tenido que reforzar su equipo de voluntarios para afrontar la creciente demanda. "Es una barbaridad", admite Juanan Torres, coordinador del equipo de Primera Respuesta de Emergencia en Ibiza.
Las llegadas de pateras no solo tensionan los servicios de acogida, sino también el medio ambiente y la logística insular. En Formentera, las autoridades han contratado de urgencia a una empresa para retirar las embarcaciones acumuladas en el litoral. Se prevé que esta medida se convierta en una licitación regular, dada la consolidación de esta ruta migratoria.
La crisis migratoria ha sacado a la luz las desigualdades estructurales de las Pitiusas. En una isla conocida por el lujo y el turismo de alto nivel, coexisten mansiones de ricos y famosos con poblados chabolistas donde trabajadores sobreviven en condiciones precarias. La carestía de la vivienda también afecta a los migrantes que logran quedarse. Muchos terminan hacinados en pisos compartidos o viviendo en infraviviendas.
Vicent Torres, vicepresidente de la Plataforma Sociosanitaria de las Pitiusas, señala que esta "Ibiza sumergida" es una realidad que pocos quieren ver. Añade que la saturación de los servicios públicos y la explotación de la mano de obra barata generan polarización social y perpetúan un modelo económico insostenible.
Mientras las llegadas continúan, las soluciones parecen lejanas. Las autoridades locales y autonómicas exigen al Gobierno central una respuesta contundente, pero el avance es lento. En el interín, Formentera y las Pitiusas en general seguirán siendo un punto de entrada clave para quienes buscan un futuro mejor en Europa, cargando con un peso que excede sus capacidades.
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