España

Las llamadas de Feijóo a Weber y de Weber a Iratxe García que paralizan la nueva Comisión Europea

El líder del PP mantuvo una videollamada con el presidente del PPE el lunes a las 13:30. Más tarde, Weber transmitió el órdago a su homóloga socialista

Se produjo el lunes, mientras Borja Sémper comparecía ante los medios en la sala de prensa de Génova. Siete plantas más arriba, Alberto Núñez Feijóo hablaba por videoconferencia con el líder del Partido Popular Europeo (PPE), el alemán Manfred Weber, para pedirle un favor que acabaría por retrasar la conformación del nuevo Colegio de Comisarios presidido por su compatriota y compañera de filas Ursula von der Leyen. Eran las 13:30 horas. El portavoz nacional del PP lanzaba sobre la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Energética que "los episodios de los últimos 15 días no hacen más que reforzar el rechazo a su perfil y a su forma de actuar". Al mismo tiempo, Feijóo le repetía a Weber –como había hecho en los días venideros– su firme voluntad de tumbar la candidatura de Teresa Ribera

"Nuestros compañeros en la Unión Europea saben lo que opinamos; y el conjunto de los españoles, también", decía Sémper, mientras el líder de su formación ultimaba un triple ataque estratégico contra el Gobierno. Uno, por lo que significa para Pedro Sánchez ver torpeados sus planes en Bruselas por quien lidera su oposición. Dos, por lo que implica para el prestigio político de Ribera que se limpien los trapos sucios domésticos el día de tu elección como 'número dos' de la UE. Tres, por lo que supone para Carlos Mazón (y para el PP) en su lucha por el relato de lo que sucedió en Valencia el pasado 29-O. 

Según narran a Vozpópuli fuentes conocedoras de la conversación, Feijóo insistió a Weber que "no contaría con el apoyo" de sus 22 eurodiputados, y que "no iba a ser así porque estaba haciendo lobby para sí misma mientras había gente en Valencia buscando a sus familiares bajo el lodo". Weber tomó nota de la exigencia del líder del segundo partido con más peso en la bancada que lidera, sólo por después de la coalición (CDU) en la que se integra el suyo propio (CSU, algo así como el PSC bávaro del centroderecha alemán). Pocas horas después tomó el teléfono e informó a Iratxe García, su homóloga en el Grupo de Socialistas y Demócratas (S&D) del Parlamento Europeo.

Consciente del palo en la rueda que suponía que el PPE secundara a Feijóo, y que la votación de Ribera se pusiera en peligro, o al menos se aplazara, los socialistas pactaron con populares y liberales "votar en bloque" –esto en palabras de fuentes socialistas en Bruselas– a los otros cinco vicepresidentes que este martes también iban a ser elegidos. Entre ellos, Raffaele Fitto, cuota de Fratelli d'Italia y Giorgia Meloni, a quien los socialistas tumbarían rápidamente si pasaba con Ribera algo fuera de guion. 

Iratxe García, presidenta de grupo socialista en Bruselas.

"Hoy iban a caer Fitto y ella, Meloni y el PSOE", celebran en el PP una jugada que no saben hasta dónde llegará. Sí que provocará noticias en toda la prensa europea susceptible de acabar en el dossier de prensa que cada mañana recibe, sobre su mesa, Von der Leyen. "Puede que Sánchez lo acabe consiguiendo", conceden, "pero ya le ha supuesto un quebradero de cabeza y un problema reputacional" para su candidata, que "tiene en stand by a la Comisión Europea". Las fuentes socialistas en Bruselas apuntan a que la presidenta de la Comisión Europea "tiene que estar de Dolors [Montserrat] y Weber hasta las narices". 

La intención del PP es que Ribera dé explicaciones en el Congreso y aclare su responsabilidad política en la DANA como responsable última de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Además de por su reacción tras la tragedia del 29 de octubre, dibujada por el principal partido de la oposición (y de gobierno en la Comunidad Valenciana) como de absoluto desentendimiento. "El PSOE ha tomado como rehén a cinco comisarios por la situación personal de Teresa Ribera", dicen en Génova. Fuentes de Moncloa reducen el movimiento de Feijóo a un órdago que "perderán al final". Seguramente, habrá que esperar como mucho una semana para saberlo. 

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