Madrid

La Cibeles afronta su restauración más importante desde la Guerra Civil para lucir como Neptuno

Icono de la ciudad de Madrid, la fuente diseñada por Ventura Rodríguez en 1781 sufre a diario el peso de la contaminación y la climatología

  • Imagen de la fuente de Cibeles -

Madrid vivirá un nuevo episodio de obras en la zona centro. La Fuente de Cibeles será vaciada los días 4 y 5 de febrero para llevar a cabo estudios preliminares que determinarán su estado de conservación y las necesidades específicas de restauración de este símbolo de la ciudad.

Estos trabajos, impulsados por el Área de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Madrid tienen como objetivo garantizar la preservación de este monumento histórico y su disfrute por parte de los madrileños y visitantes. El importe de estas actuaciones previas asciende a 15.800 euros.

La ubicación de la fuente en un entorno de intenso tráfico, junto con los efectos de la contaminación y los agentes ambientales, ha provocado alteraciones en su conjunto escultórico como la aparición de una pátina blanquecina que será objeto de análisis en esta fase inicial.

Estas patologías fueron detectadas, según informó el consistorio, en una reciente inspección visual, de la que derivó, como conclusión principal, la necesidad de acometer una intervención de conservación y restauración en el conjunto escultórico.

El vaciado de la fuente, que está previsto para esta fase inicial, permitirá realizar una caracterización exhaustiva de las alteraciones que afectan al monumento, ensayar técnicas de limpieza y protección y determinar los materiales y procedimientos necesarios para su restauración. Una vez finalizados estos estudios, se elaborará un informe técnico que guiará las futuras intervenciones en la fuente.

La Dirección General de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano del Ayuntamiento de Madrid desarrolla estas actuaciones en el marco de sus competencias de preservación y puesta en valor de los bienes culturales municipales.

Un ejemplo de ello son los trabajos de restauración iniciados en la Fuente de Neptuno el pasado mes de octubre. Ambas plazas, hermandas y cercanas en el mapa, lucirán mejor que nunca al finalizar estas obras. 

La Cibeles, 250 años de historia

La fuente de Cibeles fue diseñada en 1777 por el Maestro Mayor de la Villa y de sus Fuentes y Viajes de Agua, el arquitecto madrileño de Ciempozuelos Ventura Rodríguez Tizón (1717-1785), por encargo del Consejo de Castilla.

Se enmarcó dentro del programa iconográfico del nuevo Salón del Prado que había ideado hacia 1776, tras hacerse cargo el año anterior de ejecutar la reforma del histórico paseo planteada en 1768 por el capitán de ingenieros pacense José de Hermosilla Sandoval (h. 1715-1776), que ya había establecido su nueva disposición circoagonal al modo de un hipódromo clásico inspirada en la romana piazza Navona.

Este presentaba un trazado similar punteado por tres fuentes: una central concebida como un hito vertical la famosa Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini y dos más bajas en los extremos llamadas del Moro y de Neptuno.

Para Madrid, Rodríguez adoptó un programa basado en los cuatro elementos, dedicando la fuente central a Apolo, que como dios del Sol que surca los cielos podía personificar simultáneamente el Aire y el Fuego, sustituyendo al más habitual Vulcano.

Las de los extremos se consagraron al dios marino Neptuno en representación del Agua, y a la diosa frigia de la naturaleza Cibeles, identificada con la romana Gea y las griegas Rea y Demeter, simbolizando la Tierra.

Si hablamos de reformas, y aunque ha sufrido varias, la más importante para restaurar los desperfectos sufridos durante la Guerra Civil, la definitiva que vemos actualmente fue realizada en 1968, siendo alcalde el conde de Mayalde, por el arquitecto Jefe del Departamento de Parques y Jardines y Estética Urbana, Manuel Herrero Palacios, que eliminó las rocallas decimonónicas y elevó la fuente sobre un escalón estriado en el que se derramaba el agua que rebosaba en cascada desde el antiguo pilón, para verterse en uno nuevo instalado a la altura de la calzada.

En 1980 se realizó una completa restauración, aprovechándose la ocasión para realizar el vaciado para una réplica en bronce que se envió a México, donde fue inaugurada el 5 de septiembre de 1980 por el presidente José López Portillo en presencia del entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, como reconocimiento de la comunidad española residente en aquella ciudad, y a cambio del monumento a Miguel Hidalgo del Parque del Oeste, que había sido donado por la capital azteca el año anterior.

Las más mediáticas se produjeron en 1994, cuando un aficionado del Real Madrid, al subirse a la diosa, ocasionó la pérdida de la mano derecha, que tuvo que ser repuesta, limitándose desde entonces el acceso.

Aunque en 2002 volvió a perderla como resultado de un acto vandálico, siendo sustituida por una copia ejecutada por el escultor José Luis Parés Parra con mármol de la cantera original donado por el pueblo de Montesclaros.

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