Salvo que Pedro Sánchez tuviera a su alcance conseguir el 26J la mayoría absoluta, no tiene sentido alguno, aseguran en su partido, que anuncie fichajes para su ‘Gobierno en la sombra’ que pueden ser vetados por el PP, Ciudadanos o Podemos, las tres formaciones con las que obligatoriamente tendría que compartir alianzas para llegar a La Moncloa. Pero el aspecto que más chirría es que prácticamente ninguna de las personas que ha tocado para animarle la campaña electoral se caracteriza por respetar la disciplina de partido, circunstancia que podría conducir al absurdo: el PSOE participando en un Gobierno de coalición sin controlar a los ministros que le representan.
¿Pedro Sánchez espera obtener la mayoría absoluta?, ironizan en el PSOE
Es el caso de la jueza Margarita Robles, ‘número dos’ en la lista por Madrid, de la que en el PSOE recuerdan que ni siquiera el exministro Juan Alberto Belloch, que la tenía bajo su mando en Interior, podía controlar. “No la controlaba el ministro ni tampoco María Teresa Fernández de la Vega, con quien acabó a bofetadas”, resumen fuentes del Gobierno de aquella época. “Robles es una mujer independiente, progresista y feminista”, dijo este jueves de ella su valedor.
Para esta nueva pasarela, Pedro Sánchez ha tocado también al exministro de Educación Ángel Gabilondo, excandidato a la presidencia de la comunidad madrileña, al economista Ángel Ubide y a la catedrática de Filosofía Victoria Camps. “Los tres tienen un gran prestigio en sus respectivas áreas de actividad, pero se distinguen por pasarse también por el arco del triunfo la obediencia al partido”, asegura una fuente del Grupo Parlamentario Socialista.
En realidad, admite esta fuente, no hay grandes novedades en los fichajes en que Sánchez confía para dar un golpe de efecto que tenga mayor éxito que el que intentó antes del 20D con la exUPyD Irene Lozano o la excomandante Zaida Cantera. La mayoría han sido repescados del ‘grupo de sabios’ con el que elaboró parte de su programa electoral, al que a última hora se unieron también como colaboradores externos algunos exministros como José Borrell, presentado ahora en el imaginario socialista como el futuro titular de Exteriores. En la misma función participan también Jordi Sevilla, Meritxell Batet y el vasco Rodolfo Ares, junto al portavoz en el Congreso, Antonio Hernando.
Ubide, Camps y Gabilondo, otros futuros ministrables a los ojos del líder socialista
Fuentes de la ejecutiva reconocen que Sánchez no lo está teniendo fácil para dar grandes sorpresas y contar con colaboradores que le aporten tirón electoral o savia nueva ya que su relación con Felipe González es fría, con José Luis Rodríguez Zapatero inexistente, con Alfredo Pérez Rubalcaba distante y con la mayoría de los presidentes regionales, sobre todo con los que le dan por acabado el 26J, algo más que tormentosa.
La tempestad provocada por la hábil invitación de Podemos a compartir listas conjuntas en el Senado es, precisamente, la que quiere apagar Pedro Sánchez este fin de semana, cerrando primero las listas y después siendo proclamado de nuevo candidato por el comité federal, rodeado de sus futuros ministrables. Quedan seis semanas para las elecciones y el líder socialista es consciente de que el PSOE vuelve a dar un espectáculo “vergonzante”, según reconoció ayer uno de sus fieles, el todavía presidente del Congreso, Patxi López.
El presidente valenciano, Ximo Puig, un ‘verso suelto’ dentro de las baronías que rigen en el PSOE, no para de aclarar que acabará acatando lo que dicte el comité federal, pero defiende con ahínco la lista conjunta al Senado que andaba semanas negociando con Compromís y Podemos. Sánchez prefiere quedarse sin representación en la Cámara Alta y dejar al PP que siga disfrutando de su mayoría absoluta antes que concurrir al 26J con Pablo Iglesias como compañero de viaje, después de haberle impedido llegar a La Moncloa agarrado de la mano de Ciudadanos. El secretario de Organización, César Luena, no para de apagar fuego con los barones, pues a unos les gustaría ensayar los pasos de Puig en la comunidad valenciana y otros ven esta posibilidad como un sacrilegio.
Algunos diputados concluyen que el PSOE se ha convertido en un gallinero sin estrategia electoral
Tan profunda es la división interna que se vive en el PSOE, resume un veterano, que ni siquiera Rajoy va a tener la oportunidad de hablar con solvencia en campaña del peligro de un ‘frente popular’. Hoy el Partido Socialista es lo más parecido a un gallinero: un sector quiere pactos con Podemos, otro es alérgico a ellos pero está gobernando más de media docena de comunidades y cientos de ayuntamientos gracias a la formación morada, otro anhela gobernar con Ciudadanos y también lo hay que vería como solución una colaboración conjunta de Gobierno con el PP. “Difícil cuadro para componer una melodía afinada y una estrategia electoral eficaz”, concluyen las fuentes.