Las diferencias en las pruebas de Selectividad entre las distintas comunidades autónomas también afectan a las Matemáticas. Además de que los ejercicios de los exámenes dependen de cada región, las reglas del juego tampoco son las mismas. Solo Castilla-La Mancha permite usar todo tipo de calculadoras para resolver los problemas, mientras que los alumnos del resto de comunidades tienen distintas restricciones.
Así lo han denunciado desde la Federación Española de Sociedades Profesores de Matemáticas (FESPM), que considera que la calculadora es un recurso más y está en contra de prohibir o limitar su uso en las pruebas de Acceso a la Universidad. Entre otros reclamos, los docentes quieren que la nueva EvAU que se implantará en 2024, permita usar las calculadoras, como ocurre en Portugal, Francia y otros países europeos. "El mapa es muy desigual", advierte.
Onofre Monzó, presidente de la FESPM, es catedrático de Matemáticas en la Comunidad Valenciana y lleva 36 años dando clases de esta asignatura. "Desde la federación no abogamos por una prueba única a nivel nacional porque las competencias en Educación están transferidas a las CCAA bajo el paraguas del estado autonómico, pero las pruebas han de tener una dificultad equivalente y ser homologables", aclara en Vozpópuli.
El hecho de que no lo sean -explica Monzó- ha provocado que, en los últimos años, se hayan dado casos en los que los alumnos de determinadas autonomías han sacado notas más bajas que en otras y se han visto perjudicados a la hora de acceder a las carreras que querían. "Los alumnos que se presentan a las pruebas de acceso a la Universidad ya han aprobado Bachillerato, así que la función de estos exámenes viene a ser la de ordenarles según las carreras. Las notas de corte van subiendo y entrar en algunas de las más demandadas, como Medicina, puede ser cuestión de décimas", dice.
Exámenes de Matemáticas
El presidente de la FESPM admite que su asignatura se presta menos a la subjetividad y que las diferencias en cuanto a contenidos en Bachillerato son muy pocas. Sin embargo, señala que sí se dan distinciones en los exámenes de la EvAU: "En algunas pruebas hay más preguntas teóricas, en otras más ejercicios prácticos... Y el uso para usar las calculadoras tampoco es el mismo", insiste.
"En Castilla-La Mancha se pueden usar las calculadoras gráficas, pero en el resto de CCOO no. Mientras que en Andalucía, Cantabria, Galicia y Baleares dejan usar calculadoras científicas de última generación que resuelven ecuaciones, en Aragón, Madrid, La Rioja, País Vasco y Extremadura solo dejan usar calculadoras científicas básicas", sostiene. Por otro lado, Monzó hace hincapié en que la nota también depende de los correctores.
Según Monzó, aunque las universidades y comunidades autónomas tengan sus propias competencias, los alumnos deberían competir con las mismas condiciones. "Como profesor yo quiero que mis alumnos aprendan Matemáticas, pero también quiero que tengan la nota necesaria para acceder a la carrera que quieren y que no se vean perjudicados por las distintas pruebas", reconoce.
Agustín Carrillo de Albornoz, secretario general de la FESPM, sostiene que la calculadora es una herramienta que acompaña al alumno en su desarrollo educativo a lo largo de las distintas etapas académicas. "Dentro de un marco en el que las competencias digitales forman parte de las habilidades que los ciudadanos deben adquirir puede parecer contradictorio que no se pueda emplear, como un recurso más, en una prueba tan importante como la EvAU. "Los tipos de exámenes que evalúan estos conocimientos pueden plantear ejercicios que pueden resolverse entre los conocimientos que el alumno tenga y herramientas pedagógicas como la calculadora", defienden.
Calculadoras en otros países
Además, recuerda que el nuevo currículo educativo concede un papel central al desarrollo de la competencia digital y que la calculadora no solo se debe poder utilizar, sino que se debe aprender a usar en el ámbito del aprendizaje competencial. "En Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia, las calculadoras gráficas son necesarias en clase y en los exámenes finales, permitiéndose incluso las que disponen de cálculo algebraico. Los alumnos deben saber utilizarla y su manejo se considera una competencia evaluable", comparan desde la federación.
Tras 35 años dando clases de Matemáticas a alumnos y formando a profesores, Carrillo de Albornoz cree que las diferencias a la hora de permitir o no el uso de determinadas calculadoras radica en los diferentes criterios de los coordinadores. "Resulta imposible hacerles entender nuestra visión. Las instituciones a nivel internacional marcan pautas, pero aquí cada universidad dice una cosa. Por lo general, creen que el hecho de usar calculadoras gráficas es de gran ayuda para los alumnos y no están de acuerdo, pero la realidad es que si el alumno no tiene conocimientos matemáticos no va a saber resolver los problemas por mucho que disponga de una calculadora así", asegura.
Además, el reconocido matemático andaluz dice que, en algunas ocasiones, este tipo de prohibiciones se debe a que los profesores vigilantes de los exámenes no están acostumbrados a ver ciertas calculadoras con pantallas capaces de mostrar gráficas o representaciones de funciones y se crea una suerte de alarma.
"En Portugal y Francia, la calculadora gráfica se utiliza desde hace más de 10 años y en el currículum se exige saber su funcionamiento. En ambos países, en las pruebas de acceso a la universidad es imprescindible para resolver parte del examen planteado. Italia es uno de los últimos países que ha dado el paso hacia un avance educativo permitiendo el uso de este recurso a sus estudiantes", concluye.