El tiempo típico de marzo que se ha instalado esta última semana en España es una metáfora perfecta para sintetizar cómo terminan los socialistas la campaña del 28-M. La DANA del PSOE pintó el cielo de nubes negras el 2 de mayo, el día que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, dio un espectáculo al intentar subir sin permiso a la tribuna de la Puerta del Sol. Días después, las listas de Bildu con 44 etarras desplomaron la temperatura en Ferraz. Y la implicación de dos candidatos del partido en Mojácar en una supuesta trama de compra de votos ha sido la 'puntilla' que ha empapado las opciones de un buen resultado el próximo domingo. La semana negra del PSOE ha llevado el miedo al cuartel general, según varias fuentes consultadas por este diario. "Hay quien ya está buscando culpables", explica una de ellas.
Un termómetro más para calibrar las perspectivas que manejan en Ferraz es que no será el secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien comparezca en la sede socialista. Según fuentes del partido, "con toda seguridad" será la portavoz y ministra de Educación, Pilar Alegría, quien haga una valoración de los resultados. El presidente ha decidido no poner rostro a un drama, porque en el PSOE ven difícil vender algún éxito a raíz de las encuestas internas. Algunas de ellas son desoladoras. En Madrid, sin ir más lejos, las expectativas de superar a Más Madrid se han volatilizado. En el partido hay malestar por la campaña de la exministra Reyes Maroto para hacerse con la alcaldía. Y el candidato en la Comunidad, Juan Lobato, está sufriendo el desgaste de la marca.
En el PSOE, según hasta cinco fuentes relevantes del partido, hay un sector que cree que el presidente del Gobierno y su núcleo más cercano de decisión en Moncloa se han equivocado; que nunca debió haber protagonizado la campaña electoral y, menos aún, nacionalizarla. Y todo porque eso ha permitido al PP atacar y plantear los comicios como un plebiscito, lo que de facto ya aceptan los propios socialistas. Es más, en Ferraz hay quien reconoce en privado que el golpe de Bildu ha sido demoledor. No ya por la inclusión en sí de los etarras, sino por la reacción del Gobierno, que tardó 24 horas en responder con contundencia.
La estrategia de Ferraz y Moncloa para ganar las elecciones ha sido cocinada directamente por el presidente y consensuada con su jefe de gabinete, Óscar López. El secretario general de los socialistas ha decidido plantar cara directamente a Alberto Núñez Feijóo desde el primer momento. El anhelo del presidente es propiciar una primera derrota a su némesis en Génova para cortar la sensación de cambio ciclo que transmiten casi todas las encuestas. Pero nada ha salido como esperaba.
El PSOE comienza a ver el resultado del 28-M como un plebiscito sobre Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno y líder socialista se ha involucrado tanto en el carrusel electoral que, fuentes socialistas de primer nivel consultadas por este diario asumen que el veredicto de las urnas será, en cierta manera, la opinión de los españoles sobre el mandato de Sánchez.
En Ferraz, llegado este punto, admiten que "la campaña es él". El presidente Sánchez lleva semanas haciendo grandes anuncios -que suponen casi 20.000 millones-. Pero en el partido cunden los nervios porque nadie se acuerda de ellos. Solo se ha hablado de Bildu y, en la recta final, de los insultos racistas a Vinícius, el jugador del Real Madrid.
Y es que hay alcaldes, presidentes autonómicos socialistas y candidatos que se han tenido que defender de la marca Sánchez en sus particulares debates electorales. El PP ha logrado colar como tema central de la campaña la derogación del ‘sanchismo’ y han conseguido tapar la gestión de los asuntos locales y regionales. Fuentes gubernamentales intentan dar la vuelta al argumento y venden que es precisamente a los candidatos del PP a quienes no les hace gracia hablar de Bildu o de Sánchez porque no pueden lucirse y vender sus programas. Pero esa es precisamente la gasolina que necesitan para superar al PSOE. Génova ha logrado vincular al PSOE con Sánchez. No hay más.
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Por eso se ha concedido la nacionalidad española a muchos miles de supuestos descendientes de españoles que jamás han vivido ni piensan hacerlo en España ni tan siquiera venir de vacaciones. Pero representan muchos votos por correo y así se pueden hacer miles de fraudes