El año pasado, coincidiendo con los peores compases de la pandemia de coronavirus, fue un año crítico para las cárceles españolas y en los centros de inserción social en cuanto cifras de internos fallecidos por reacción adversa a sustancias psicoactivas: de los 6 que se registraron en 2019 se pasaron a 26 en 2020, de acuerdo a las estadísticas que se manejan desde el Ministerio del Interior. Sólo en la centro penitenciario de A Lama, en Pontevedra, murieron cuatro reclusos. Los datos se han estabilizado en lo que va de 2021 y, por el momento, se han certificado diez decesos por esta causa.
La lucha contra el tráfico de drogas en las cárceles españolas es uno de los objetivos que persiguen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como los funcionarios que dependen de Instituciones Penitenciarias (IIPP). De ahí que, con relativa frecuencia se lleven a cabo operaciones en las prisiones para evitar que los estupefacientes terminen en manos de los internos. En lo que va de legislatura se han llevado a cabo 497 intervenciones policiales.
Pese a todo, con cierta frecuencia saltan titulares con el fallecimiento de un recluso debido a sobredosis de drogas. En 2019 ocurrió en seis ocasiones y los episodios tuvieron lugar en los centros penitenciarios de Córdoba, La Moraleja, Málaga II, Sevilla II, Villabona y Zaragoza. Pero las cifras de 2020 son considerablemente superiores, justo cuando la pandemia de coronavirus tuvo una mayor incidencia y se aplicaron medidas para evitar la propagación de la enfermedad en las cárceles españolas, con mayores restricciones en los permisos y en las visitas de familiares.
Así, los servicios forenses acreditaron en 2020 un total de 26 muertes en 18 centros penitenciarios de España. A Lama, con cuatro, fue el que registró una mayor incidencia. En Álava se registraron tres muertes por estas causas, mientras que en Algeciras, Puerto III y Tenerife hubo dos. Las demás cárceles, con un fallecimiento en cada uno de ellos, fueron Badajoz, Cáceres II, Castellón II, Málaga, el centro de inserción social Luis Jiménez de Asúa (Sevilla), Huelva, Lugo, Madrid IV, Madrid VII, Murcia II, Sevilla II, Topas y Zaragoza.
Unas estadísticas elevadas, no sólo en comparación con las de 2019, sino también con las que llevamos en 2021. Hasta ahora se han registrado once fallecimientos: dos en Madrid IV, otros dos en Villabona, y uno en el Centro de Inserción Social de Mallorca, en El Dueso, en León, en Madrid III, en Puerto II y en Zaragoza.
Operaciones antidrogas en cárceles
Las estadísticas preguntan en una respuesta parlamentaria remitida por el Gobierno al grupo parlamentario Vox, tras una batería de preguntas sobre la incidencia del tráfico de drogas en las cárceles. "El Ministerio del Interior implementa de continuo políticas para la prevención de actos ilícitos en los centros penitenciarios, con independencia de quienes sean o puedan ser los autores de los mismos", señala el Ejecutivo.
En este sentido, el Ministerio del Interior informa de que en lo que va de legislatura ha sido condenado un funcionario de prisiones por tráfico de drogas, mientras que otros ocho han sido detenidos por el mismo delito. La entrada de estupefacientes se produce principalmente en las entradas de personas. Este lunes, la Guardia Civil informó de la detención de dos mujeres que llevaban narcóticos introducidos en su cuerpo en una visita a la cárcel de Monterroso (Lugo). Y esta misma semana se detuvo a otros dos presos que volvían a la prisión de Badajoz tras un permiso, uno con heroína y otro con hachís.
Así, el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska asegura que se han aumentado los controles de personas, los cacheos y requisas, así como la utilización de las unidades caninas. También se mantienen los programas internos relativos al tratamiento de las toxicomanías y deshabituación. El Gobierno señala que la coordinación de la lucha contra el tráfico de drogas en las cárceles españolas se sostiene sobre la instrucción de Servicio 3/2010 de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, así como la influencia que la presencia de narcóticos tiene en ámbitos de sanidad, seguridad y tratamiento.