Felipe VI ha reivindicado la "unidad" del Espíritu de Ermua en el homenaje a Miguel Ángel Blanco celebrado este domingo en el polideportivo municipal de la localidad vizcaína. Ante numerosas autoridades encabezadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el Rey ha defendido la memoria de las víctimas del terrorismo etarra para que "lo vivido no caiga en el olvido".

Día de fuertes emociones y hondos recuerdos en Ermua. No era para menos porque se celebraba la conmemoración del vigesimoquinto aniversario del martirio del concejal del PP. A dicha efeméride, de por sí emocionante por todo lo que supuso para la lucha contra el terrorismo etarra, había que sumar la polémica de los últimos días por los pactos entre el Gobierno y Bildu. Acuerdos que generan malestar entre muchas víctimas de ETA.

Marcaban este homenaje la división entre asociaciones de víctimas y también las diferencias entre los partidos políticos. Todo ello a raíz de los citados pactos entre el Ejecutivo y la coalición abertzale. De todos sus acuerdos, el PP, Vox y algunas asociaciones de víctimas han criticado sobremanera el relativo a la ley de Memoria Democrática. En ese contexto de enfrentamiento, Felipe VI ha defendido la "unidad" de los demócratas con el recuerdo de la reacción ciudadana al crimen contra Blanco.

El discurso del Rey

En un discurso plagado de referencias a los damnificados por el terror, Felipe VI ha llamado a "perseverar para que "lo vivido no caiga en el olvido, para que la unidad nos convoque en torno a nuestra historia reciente, para que el espíritu de Ermua nos recuerde cada día, el valor de la paz, de la vida, de la libertad y de la democracia".

Construir un relato fiel a la realidad conjugando tanto la memoria como la verdad histórica es lo que siempre reclaman las víctimas de ETA. A ese respecto, el Rey ha subrayado que "no podemos permitir que haya generaciones que ignoren lo que pasó en esos dolorosos días de nuestra historia", además de destacar que las víctimas "dignifican nuestra democracia" y merecen "permanentemente respeto y máxima consideración".

Felipe VI rememora que en aquellos días de julio "el miedo paralizante del terrorismo se empequeñecía cada vez más frente a las movilizaciones multitudinarias que tomaron las calles"

Tras recordar que él mismo estuvo en Ermua cuando era príncipe para asistir al entierro de Blanco, el Monarca ha glosado qué fue ese espíritu surgido en aquellos jornadas difíciles de hace 25 años. Ha rememorado que "el miedo paralizante del terrorismo se empequeñecía cada vez más frente a las movilizaciones multitudinarias que tomaron las calles", que "esa unidad proporcionó una seguridad que nunca habíamos sentido" y que entonces se vivieron "las mayores movilizaciones en la historia de la democracia española en aquel tiempo".

La hermana de Blanco, contra Sánchez

Teniendo en cuenta todo lo que había sucedido en los días previos, las ausencias y las presencias eran importantes, pero también las palabras, claro. Sin duda, uno de los momentos clave del acto era escuchar el discurso de Marimar Blanco, diputada en Madrid del PP y hermana del concejal asesinado, que en un principio no iba a participar en el acto hasta que el Ayuntamiento de Ermua rectificó. Ella ha reclamado al Gobierno que no pacte con los bildutarras.

Más en concreto, la hermana del edil secuestrado y asesinado ha exigido que la memoria democrática presente la historia del terrorismo "con buenos y malos, víctimas y verdugos". "La justicia y la verdad debiera ser prioridad de cualquier Gobierno. Lo contrario ni es justo ni decente". "Pido unidad y que no se negocie con quien no reconoce a las víctimas del terrorismo". Un mensaje nítido para Sánchez, que escuchaba junto a Felipe VI con gesto impertérrito.

"Dos países libres"

El jefe del Ejecutivo no ha entrado en la controversia sobre sus acuerdos con Bildu. Sánchez ha querido destacar que es necesario seguir haciendo memoria de lo que ocurrió. "Hay que seguir contando esta historia y que la sociedad no olvide". Ya en un artículo publicado este mismo domingo en El Correo, apuntaba que ETA "empezó a perder" frente a los demócratas en aquellos luctuosos días de julio de 1997 porque "la gente perdió el miedo".

Asimismo, el presidente del Gobierno ha sorprendido a los presentes cuando se ha referido al País Vasco y España como "dos países libres". Esta referencia ha provocado numerosas críticas a Sánchez en las redes sociales.

Por su parte, el lehendakari, Íñigo Urkullu, ha evidenciado la particular pugna que mantienen estos días el PNV y Bildu a cuenta del asesinato de Blanco y de la ausencia de condena de la violencia etarra por parte de los bildutarras. Urkullu ha pedido a Bildu que reflexione sobre lo que ocurrió. El jefe del Gobierno vasco reclamaba "una reflexión valiente y una autocrítica sincera" a quienes "ejercieron y ampararon la violencia terrorista".

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